MENORCA: PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, RESERVA DE LA BIOSFERA Y CALAS TURQUESAS.
Menorca, nombre dado a la isla por los romanos por ser la "menor" respecto a su hermana Mallorca, se encuentra en el mar mediterráneo occidental y forma parte de las Islas Baleares.
Su origen tiene relación con los sedimentos marinos acumulados en la zona (calizas, dolomías, margas...), es decir, principalmente sedimentos carbonatados; y que emergió de las aguas en el Mioceno.
Fue poblada hace aproximadamente unos 4000 años por los primeros menorquines, quienes utilizaron grandes bloques de piedra planos ("mesas" losas sedimentarias de gran tamaño) para las construcciones talayóticas (como las Taulas). Y para las edificaciones de las casas utilizaban unas piezas cortadas de material granado de naturaleza calcárea denominado el "marés menorquín". Por otro lado, sobre todo en la parte norte de la isla encontramos pizarras y arcillas.
Desde el punto de vista geológico existen dos regiones claramente diferenciadas: al norte, la región de Tramuntana con terrenos paleozoicos y mesozoicos, más accidentada; al sur, la región de Migjorn con terrenos del terciario, más llana.
Nos alojamos en un hotel de la playa de Son Bou, situado al sur de la isla y en la parte central, perteneciente al término municipal de Alayor, con unas vistas espectaculares de la playa (tal vez la más extensa de la isla) y del mar Mediterráneo. Al lado, los restos arqueológicos de la Basílica Paleocristiana de Son Bou (s. V-VI).
Caminando desde la basílica, a la orilla de la línea costera, alcanzamos una punta o saliente desde donde se puede asistir a unas puestas de sol maravillosas.
El día siguiente a la llegada, nos preparamos con vestimenta y calzado adecuado para hacer una ruta de senderismo, pues la isla reúne las mejores condiciones para la práctica de este deporte, un auténtico paraíso: el Camí de Cavalls, GR 223, que rodea la isla tiene una longitud de 185 km, senderos y caminos que bordean la costa y, a veces, se adentra en
frondosos barrancos, humedales, parcelas de cultivo, bosques de pinos y restos arqueológicos. El tramo de la ruta elegida se inicia en Son Bou y finaliza en Cala en Porter (longitud: 8 kms).
En primer lugar, visitamos la Cala Llucalari, con frondosa vegetación boscosa que puebla el barranco y nos aporta sombra y frescor; tomamos algunas fotos del paraje y nos percatamos de las casas-cuevas ubicadas en el acantilado, a media altura, alguna de ellas habitada.
Proseguimos remontando, ahora, el barranco en sentido este, bajo un palio de ramaje de distintas especies arbóreas y arbustivas (encinas, enebros, brezos, lentisco, acebuche, aladierno...). Dejamos atrás el barranco, el sendero discurre por campos de cultivo y ganado, con sus cercados típicos de muros de piedra denominados tancas, donde abundan los olivos y acebuches; pero lo que más nos sorprende es el continuo canto de las aves canoras durante todo el camino (ruiseñor, carbonero, tórtola común, verderón, jilguero, curruca...). Me alegré mucho al escuchar el arrullo de la tórtola común, que en mi infancia poblaba los encinares del centro peninsular y en nuestros días ha desaparecido.
Durante el recorrido, optamos por tomar un desvío que se dirigía al poblado Talayótico Torre d'en Galmés y
al Sepulcro megalítico de Ses Roques Lises (una especie de dolmen prehistórico, y al lado, un recinto con portales de acceso al interior y numerosos bloques de piedra colocados en vertical, podría tratarse de un lugar de culto).
A medida que nos íbamos aproximando a la Cala en Porter, los campos de cultivo se van transformando en terrenos hortofrutícolas en el fondo del valle, con numerosos frutales. Nos encontramos con una era, pavimentada de losetas y cercada con un murete, algo diferente que nos sorprende. Nos detenemos unos minutos escuchando el bello canto de un ruiseñor, que también aprovechamos para un pequeño descanso.
Alcanzamos la Cala en Porter, con sus aguas cristalinas en la orilla de la playa, más azuladas en la distancia, con distintas tonalidades. Nos colocamos los bañadores y nos damos un chapuzón refrescante en sus aguas. Tras el baño, un tiempo para relajarnos y disfrutar de las maravillosas vistas de la cala. Seguidamente, iniciamos el regreso por la misma ruta señalizada.
Al día siguiente, nos acercamos a Cala Galdana, donde iniciamos una ruta señalizada por el Camí de Cavalls a las célebres calas de Macarella y Macarelleta, por un sendero sinuoso e intrincado, de cierta dificultad, que va bordeando la línea de costa, con unas vistas espectaculares a lo largo de todo el recorrido, vegetación típica de un ecosistema costero mediterráneo, y cuando te adentras hacia el interior una zona boscosa de pinos.
Encontramos numerosos miradores con bellísimas vistas de las diferentes calas y playas, un auténtico paraíso para el senderismo, disfrutar andando y mirando lo que te rodea. Con la cámara en la mano intentando captar la mejor de las fotos, sin apenas pausa, pues a cada paso un nuevo escenario que impresiona, que quieres fotografiar para el recuerdo.
La Cala de Macarella es amplia, con muchos bañistas, con acceso al parking del chiringuito, entre pinos, con aguas azul turquesa, veleros, yates... Lo que más impresiona es el color azul turquesa de las aguas de la cala, una bellísima estampa para las miradas, requiere parar, contemplar y disfrutar, una sensación agradable de bienestar por lo que ven tus ojos.
Continuamos la ruta y descendemos por un intrincado sendero a la Cala de Macarelleta, a la que sólo se puede acceder a pie, es pequeña y muy coqueta, una auténtica belleza, posiblemente una de las más bellas de la isla.
El color de sus aguas turquesas cautiva la vista, la blancura y finura de las arenas de la playa, el lugar recóndito entre acantilados, la llegada de algún velero adentrándose en la cala... Un montón de fotos para captar el preciado momento.
La bajada resulta un tanto complicada, mientras que la subida se hace fatigosa. Aprieta el sol, sube la temperatura, y el retorno a la Cala Galdana se hace duro, pero no importa, hemos disfrutado mucho de este tramo de la ruta, ruta para enmarcar!!
Por la tarde, visitamos en Mahón a un matrimonio menorquín, padres de un amigo nuestro, que nos recibieron en su casa con mucha amabilidad y familiaridad. En primer lugar, nos mostraron su vivienda, en el sótano pudimos contemplar una enorme y detallada maqueta de la isla de Menorca confeccionada por Miguel, un auténtico ejemplo de hombre del renacimiento, autodidacta del conocimiento e investigador (muestra devoción, entre otras muchas cosas, por el mundo microscópico. Junto a Paquita, su mujer, han editado un libro sobre el Paraíso Microscópico de la isla).
Ambos, personas entrañables, nos obsequiaron con una degustación de productos de la gastronomía típica menorquina. Durante la velada, sentados a la mesa, charlamos amigablemente de distintos temas, especialmente, sobre todo aquello que merecía la pena visitar en la isla, por decirlo de alguna manera, lo indispensable en los pocos días que pasaríamos en ella. Por cierto, la información facilitada nos resultó muy útil. Además, Miguel, ávido de conocimiento y de mente despierta, nos enseñó un estudio experimental que está llevando a cabo sobre el poder terapéutico de las Taulas (monumento megalítico prehistórico). Resultó una velada muy agradable y a quienes estamos muy agradecidos por su hospitalidad.
Al día siguiente, viajamos a la Cala Turqueta. Dejamos el coche alquilado en el parking habilitado, y nos dirigimos caminando hasta esta preciosa cala, que cuenta con servicios/vestidores y una zona de Picnic (merendero). Como llegamos tempranito, pudimos disfrutar de una baño tranquilo y tomar el sol. Como es característico de las Calas de la Costa Sur, la transparencia de
sus aguas se transmutan en la lejanía en un azul turquesa brillante y cálido. Una de las playas más atractivas para el baño; sin embargo, en los meses de verano suele estar saturada y no se permite el acceso en vehículos hasta el parking.
Seguidamente, realizamos una ruta de senderismo hasta la Cala des Talaier, más recóndita y aislada, la senda discurre entre pinos y vegetación arbustiva propia de ecosistemas de litoral.
Por la tarde, realizamos una visita guiada denominada "Menorca Talayótica", Patrimonio Mundial de la UNESCO. En primer lugar, visitamos el Poblado Prehistórico de Torralba d'en Salort. Está integrado por dos Talayots (s. XII a.C.), una sala hipóstila, varias casas, una muralla ciclópea...Pero lo que realmente llama la atención, dado que resulta espectacular por su monumentalidad (dimensiones), es su "Taula" (mesa), datada en el siglo IV a.C., tal vez la más espectacular de las varias existentes en la isla. El recinto en el que se halla, según parece, se trataría de un santuario.
A continuación, viajamos al Poblado Talayótico de Cornia Nou, con restos arqueológicos de Talayots (Atalayas cuya función era la vigilancia y dominio del entorno, estratégica) y casas. Sus pobladores vivían de la agricultura y el pastoreo de ovejas y cabras; también se han encontrado piezas de cerámica.
Y por último, visitamos el Centro de Interpretación del Poblado Talayótico de Torre d'en Galmés, uno de los poblados más grandes de la Prehistoria en las Islas Baleares. Cuenta con un gran recinto amurallado que rodeaba el poblado, cuyas construcciones están datadas entre 1200-s.I a.C. En la parte más alta, zona central, se levantan tres altos Talayots y un recinto de Taula (santuario). Y en la parte Sur varios conjuntos de casas, salas hipóstilas, edificaciones de almacenaje, cuadras, talleres artesanales, cueva de enterramiento, aljibes...
Menorca es la isla con la mayor densidad por superficie de yacimientos prehistóricos registrados en el mundo.
Al día siguiente, domingo, nos acercamos a la ciudad de Alaior (Alayor), considerada la tercera en importancia tras Mahón (capital de Menorca) y Ciudadela. Fue una próspera ciudad de la industria del calzado, y en la actualidad cuenta con importantes centros turísticos en Son Bou, San Jaime, Torre Solí, Cala en Porter y Cales Coves.
Junto a la iglesia se encuentra la estatua del rey Alfonso III, que conquistó Menorca y expulsó a los árabes-bereberes. La iglesia de Santa Eulalia fue construida el siglo XIV y, posteriormente, levantada nuevamente en el siglo XVII, destaca su fachada principal formada por dos cuerpos superpuestos. El palacio de las Casas Consistoriales data del siglo XVII, presenta una fachada y escalera de gran interés. La casa señorial Can Salort, en la actualidad sede de la Universidad, es una construcción de gran nivel arquitectónico.
Sobresale entre las casitas blancas el Molí d'en Jon.
Consideración especial para el Museo de Arte Contemporáneo, un edificio pintoresco y llamativo, que alberga una amplia y valiosísima exposición de grandes artistas contemporáneos:
Joan Miró, Jaume Plensa, Antonio Saura, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Palazuelo... Se recomienda una visita, pues resulta inimaginable que en una localidad relativamente pequeña albergue una colección de pintura tan interesante.
El Convento de San Diego, data del siglo XVII, está considerado como bien de interés Cultural. Posee de un patio porticado de tres cuerpos de gran belleza, con sus correspondientes arcadas en las galerías. En la actualidad es un Centro Cultural (exposiciones, auditorio, herramientas y enseres del campo, exposición de la industria del calzado).
Por la tarde, en una excursión en grupo, visitamos primero la Cova d'en Xoroi, conocida también como la cueva del moro. Su nombre responde, según nos cuenta, a un suceso ocurrido siglos atrás cuando una embarcación naufragó cerca de la costa menorquina y tan solo se salvó uno de los tripulantes, quien se refugió en esta cueva que lleva su nombre.
Al parecer, este marinero moro, se enamoró y tomó como mujer a una cristiana con quien formó una familia con varios hijos. Pasado el tiempo, fue descubierto y arrestado; por otro lado, su pareja menorquina fue perdonada, y uno de sus hijos sobrevivió. En la actualidad, resulta un reclamo turístico como lugar de copas y discoteca, muy romántico dado su emplazamiento, con plataformas rocosas colgadas del espectacular acantilado sobre las aguas azules del Mediterráneo.
Y, especialmente, resulta una gozada el poder tomarte una consumición
contemplando una espléndida puesta de sol al atardecer; o bien, disfrutar de una romántica velada de baile por la noche a la luz de la luna, reflejándose su silueta en las aguas del mar (la luna en el mar riela y los enamorados abrazan sus cuerpos, inolvidables momentos...).Abandonamos la Cueva de la Cala en Porter, y seguidamente, nos dirigimos al deslumbrante y pintoresco pueblo de Binibéquer Vell (Binibeca), diseñado por un arquitecto catalán y otro menorquín, con casitas blancas y calles estrechas, siguiendo las construcciones de pueblecitos pesqueros de la costa mediterránea.
Se trata de una urbanización de lujo, construida en los años 70 del siglo pasado, con sus pasadizos, recovecos, placitas, soportales, callejuelas empedradas, escalonadas y muy estrechas. Las casitas de impoluto blanco y sus balconadas de madera, muy abigarradas, como si se tratara de un cuento encantado. Se asemeja a un pueblo costero de alguna de las islas griegas del mediterráneo; pero artificial. La cala de Binibeca se halla en las proximidades y es una preciosidad, arenas blancas, aguas cristalinas y turquesas.
Y por último, visitamos La Cima de Monte Toro, el pico más alto de Menorca con sus 360 m, su ubicación en el centro de la isla, permite una vista panorámica espectacular de toda la isla, incluso se avista la isla de Mallorca.
En la cima se sitúa el Santuario de la Virgen del Toro, patrona de la isla, con una pequeña iglesia en la que se halla un retablo con la imagen de la Virgen con el niño Jesús en brazos, y a los pies un toro. Formaba parte de un antiguo monasterio de finales del siglo XIII, de la Orden de los Mercedarios, tras la conquista en 1287 de la isla por Alfonso III de Aragón. Según cuenta la leyenda de la imagen de la Virgen del Toro, ésta fue hallada por unos monjes, tras observar en la noche un haz luminoso que bajaba del cielo, y al acercarse, conducidos por un toro que derribó unas piedras que se interponían, encontraron la talla de madera de la Virgen con el niño en brazos. La recogieron y se la llevaron al monasterio; sin
embargo, al ir a buscarla al día siguiente, la imagen había desaparecido. Fueron nuevamente a la cueva donde la habían encontrado, y milagrosamente allí estaba la imagen de la Virgen con el toro custodiándola. Así que decidieron erigir en lo alto del monte una Ermita dedicada a la Santísima Virgen María: La Virgen del Toro.
Al lado del Santuario, se levanta una torre defensiva de vigilancia de base cuadrada, del
siglo XVI. También se alzan unas antenas del Centro Emisor CMC. El bar restaurante cuenta con una terraza que ofrece buenas vistas del entorno mientras tomas un refresco o comes algo...
El día siguiente con visita guiada a Mahón, capital de la isla, paseamos por algunas de sus calles peatonales y comerciales, en una de ellas se encuentra el monumento en honor al DR. ORFILA, y nos dirigimos a la Iglesia de Santa María de Maó, destaca su fachada de bella arquitectura y, en el interior, su maravilloso y monumental órgano, de gran calidad artística e instrumental (sonido único). Al lado, se halla el Ayuntamiento de Mahón, edificio de estilo barroco afrancesado del siglo XVII, con un valioso reloj instalado en la parta superior de su fachada principal. Detrás, en la Plaza de la Conquista se ha colocado una estatua homenaje al rey Alfonso III de Aragón, conquistador de Menorca.
Desde el Mirador del Pont des Castell se obtienen unas vistas espectaculares del Puerto de Mahón, un punto extraordinario para captar unas bellas imágenes de la bahía de Mahón, la Estación Marítima, la Isla d'en Pinto,
la iglesia del Carmen, el Claustre del Carme Mercat y de la parte amurallada de la ciudad.
Nos dirigimos a la Plaza de España donde se ubica el Mercado del Pescado, bonito recinto que alberga distintos y variados puestos
hosteleros, con ricas tapas y vinos.
En la Plaza del Príncipe se halla el Mercado de proximidad, denominado Claustre del Carme Mercat. Se trata de un antiguo claustro de la orden carmelita del siglo XVIII-XIX,
reconvertido en Mercado de Abastos de la ciudad y Centro Cultural. Al lado, la iglesia del Carmen (siglo XVIII), edificio de estilo neoclásico de bella arquitectura, tanto exterior como interior.
Sin embargo, la tournée por la bahía me encantó, pudiendo observar, desde la distancia claro está, la Comandancia Naval "Almirante Miranda", Isla Pinto, la Isla del Rey (Isla del Hospital), Las Calas y Urbanizaciones Costeras (lujosas mansiones),
el Llatzeret/Lazareto con su maravillosa Puerta de los Leones (Antiguo Centro Hospitalario donde realizar la cuarentena de las tripulaciones de los barcos que llegaban y el tratamiento de infecciones),
el Castillo de San Felipe (siglo XVI) a la derecha y la Fortaleza
de Isabel II a nuestra izquierda (Fortaleza de la Mola, siglo XIX), baluartes defensivos impresionantes situados en la bocana del puerto.
Más adelante, el Fuerte de Marlborough (construcción defensiva inglesa entre los años 1720-1726, durante el período de dominio inglés de la isla), la
Torre d'en Penjat (torre inglesa mandada construir por el gobernador Stuart en 1798. La isla de Menorca estuvo en poder del Imperio Británico, durante tres períodos a lo largo de los siglos XVIII y XIX, entre 1708-1713 la 1ª ocupación inglesa/ entre 1763-1782 la 2ª ocupación/ entre 1798-1802 la 3ª ocupación británica.
Influencia inglesa en arquitectura y gastronomía, también en algunas palabras de la lengua; por otro lado, el Camí d'en Kane fue abierto en el centro de la isla por los ingleses, y convirtieron Mahón en una fortaleza, dada su ubicación estratégica, así como distintas torres defensivas en la costa). Y ocupación francesa entre 1756-1763, la ciudad de Sant Lluis fue proyectada a nivel urbanístico por los franceses...
Las vistas de la costa norte menorquina son espectaculares, así como las espléndidas puestas de sol. Se trata del faro más antiguo de la isla, pues en el pasado fueron frecuentes los naufragios, dado que la costa presenta intricadas escolleras e islotes. Alberga un museo sobre la historia, la geología, el paisaje, la avifauna...
En las inmediaciones se hallan restos de una antigua cantera y refugio de baterías defensivas. Encontramos un entorno, o ecosistema, poco alterado, y está declarado Zona de Protección de Aves. Divisamos los característicos accidentes geográficos de la abrupta costa septentrional de la isla: altos acantilados rocosos (pizarras...), islas e islotes (isla de Sanitja, isla des Pas), cabos, calas, bahías, Puntas...
El faro y cabo de Faváritx se hallan ubicados en una punta alargada de tierra que se asemeja a una pequeña península. Al lado encontramos la Bassa Temporal es Cos des Sindic (charca con mezcla de agua dulce y salada, con avifauna singular por las características del agua) que forma parte del Parque Natural de la Albufera des Grau.
Las puestas de sol en el Faro de Faváritx son espectaculares, siendo otro de los alicientes de la zona; nosotros pudimos asistir a una de las puestas de sol del mes de mayo y disfrutamos mucho. En las fotos que se adjuntan se puede apreciar su belleza, en un litoral costero rocoso (pizarras y otros materiales) caracterizado por su "bravura" (escollos, farallones, puntas, islotes, recortes, tajos, acantilados...).
La mañana siguiente nos acercamos a la joya arqueológica y arquitectónica de la prehistoria menorquina: "La Naveta des Tudons" (Datada entre los años 1000-800 a.C.). Las navetas (su nombre responde a su parecido con una nave invertida) son monumentos sepulcrales de piedras descantadas de tendencia regular superpuestas, exclusivos de la isla de Menorca de época prehistórica.
Destaca por su forma alargada y gran tamaño, planta en forma de herradura, consta de dos pisos y cuenta con tres paramentos de piedra.
Por la tarde, pusimos rumbo a Fornells, pueblo de pescadores y, en la actualidad, muy turístico. Se sitúa en uno de los flancos de la espectacular bahía, cerca de la bocana, en la denominada Cala Cabra Salada. En el extremo de la Punta se levanta la Torre de Fornells, de forma cilíndrica y de carácter defensivo, construida por los ingleses entre los años 1801 y 1802, durante su período de dominación de la isla, con unas vistas extraordinarias de la costa, del pueblo, del puerto y de la bahía. Tras visitar la torre, paseamos por las calles peatonales con sus casitas de paredes blancas y contraventanas verdes..
Otro de los alicientes de Fornells es su gastronomía, concretamente la caldereta de langosta es uno de los platos más codiciados; así que reservamos en uno de sus restaurantes y degustamos este plato tan exquisito, acompañado con un buen vino de la isla. El precio un tanto elevado pero mereció la pena. Nos invitaron a un chupito y nos ofrecieron visitar su criadero de langostas, que aceptamos gustosos.
Tomamos el coche, después de la comida, para dirigirnos al próximo destino a visita; y, a la salida, en una de sus rotondas, para nuestra sorpresa, los agentes de tráfico haciendo pruebas de alcoholemia. Uno de los agentes, que portaba una bolsa repleta de boquillas en una mano, me da el alto con la otra y decido aorillarme en la rotonda; seguidamente, se acerca el agente bastante enfadado y reprende mi maniobra por no haber detenido el vehículo en medio según su indicación, por lo que pido disculpas
Visitamos el Parque Natural de la Albufera des Grau cuyo recorrido se haya señalizado. Se trata de una laguna costera separada del mar por un sistema dunar, con agua salobre, pero con aportaciones de agua dulce de un torrente. El sendero elegido nos condujo hasta el alto donde se encuentra el mirador. Se trata de una zona convertida en reserva para las aves migratorias, y desde el mirador podemos observar distintas aves acuáticas en la albufera. Cuenta con paneles de las distintas especies vegetales ( salicornia, salsona, taray, cenizo blanco, saladina o limonio) que crecen en la albufera y de las distintas especies de aves que podemos encontrar (Somormujo lavanco, garceta. focha, ánade real, garza real, polla de agua, porrón común, águila pescadora, milano, cernícalo); por otro lado, se puede pasear tranquilamente por los senderos entre los pinos escuchando el canto de los pajarillos, que resulta muy agradable y entretenido. Uno de los senderos que atraviesa el parque, entre pinos carrascos y sabinas, nos conduce a bonitas calas y playas. Finalizamos el recorrido en la extensa Playa des Grau.
Al atardecer nos trasladamos al Faro de Artrutx, en la Cala 'n Bosch, para contemplar una de las más hermosas puestas de sol de la costa menorquina. Situado en el Cabo de Artrutx, en el extremo suroeste de la isla, éste fue construido en 1858, y cuenta con un restaurante menorquín (Sea Club) .
Un lugar emblemática de la isla para observar las puestas de sol tomando una copa o degustando alguno de los platos típicos de la gastronomía menorquina, acompañado de buena música. Al fondo la silueta de la isla de Mallorca. Se adjuntan algunas de las muchas fotos tomadas de la puesta de sol (disfrutamos de una estupenda velada).
El día siguiente de nuestra estancia en la isla la destinamos a la visita guiada en grupo a Ciudadela, situada en la costa occidental fue en el pasado una ciudad aristocrática capital de la isla. Su casco antiguo cuenta con numerosos palacios, casas señoriales, edificios públicos y una hermosa catedral (en la actualidad, sede episcopal).
En la plaza principal, la Plaça des Born, se encuentra el ayuntamiento, un edificio de estilo gótico, y los palacios Salort y Torresaura. Sus calles medievales y plazas nos sorprenden con artísticas edificaciones y mansiones. En el pasado fue una ciudad donde se establecieron numerosas familias de la aristocracia. La calle Ses Voltes cuenta con un tramo porticado de gran belleza.
Por otro lado, un paseo por el Puerto Antiguo y el Paseo Marítimo resulta muy agradable, donde se ubica el Castell de Sant Nicolau, una torre octogonal del siglo XVII con foso y puente levadizo.
La catedral de Santa María data del siglo XIV, de estilo gótico,
fue mandada construir por el rey Alfonso III de Aragón tras la conquista de Menorca a los musulmanes en 1287, en la parte más alta de la ciudad, donde antes se hallaba una antigua mezquita. Durante el asalto de los piratas turcos se produjo la destrucción del mobiliario y grandes desperfectos en su estructura arquitectónica. La capilla del Santísimo data del siglo XVI, y fue restaurada en el siglo XVIIIdurante la dominación británica siguiendo un estilo neoclásico. La capilla de las Almas data del siglo XVII, siendo su estilo barroco. El edificio posee grandes vidrieras en estilo gótico catalán. La fachada principal, de estilo neoclásico, fue construida en el siglo XIX. El templo está considerado bien de interés cultural.
El Mercado Municipal con puestos de pescados, mariscos, embutidos, quesos, vinos y
verduras. Edificio porticado con losetas de cerámica en colores verde y blanco, paredes blancas y armazón de hierro. En los alrededores, se ubica el antiguo Convento de San Agustín, reconvertido en museo, se trata de un edificio de estilo barroco y de gran valor arquitectónico, data del siglo XVIII. El claustro interior es de gran belleza, así como las pinturas de los muros y techos de su iglesia.El Palacio Can Saura cuenta con una exposición de objetos arqueológicos encontrados en la isla. Se trata de una antigua mansión aristocrática de los siglos XVII-XVIII.
El Casco Histórico está declarado Bien de Interés Cultural. Cabe destacar los numerosos palacios de familias aristocráticas asentadas
en Ciudadela: El Palacio Can Sintas del siglo XVII, El Palacio Vivó/Can Vivó Salort del siglo XIX, Palacio Torresaura del siglo XIX, Can Olivar de los siglos XVII-XIX, Can Saura del siglo XVII-XVIII, Can Simó (siglo XIX), Can Olives (siglo XX), Palacio del Consell Insular de Menorca.La antigua iglesia del Roser (s. XV-XVI), reconvertida en sala de exposiciones, cuenta con una fachada de gran valor arquitectónico, especialmente su portalada, artísticamente ornamentada. La iglesia del Sant Crist, de estilo barroco, data del siglo XVII y posee un valioso retablo que alberga la talla de madera del Cristo crucificado.
La farmacia Llabrés es un edificio emblemático, posee un rico mobiliario y unas hermosas vidrieras de estilo modernista, así como diversos elementos decorativos, como telas pintadas...
El edificio del Ayuntamiento es de gran belleza arquitectónica, data del siglo XVII
como Alcázar real, y pasó a ser residencia del Gobernador militar de la isla. Ciudadela fue la capital de Menorca desde la conquista de la isla por Alfonso III en 1287 hasta la ocupación inglesa de la isla ocurrida en 1714 (ocupación británica de la isla abarca desde 1714 hasta 1802, en tres períodos).En la Plaza des Born, donde se ubica el Ayuntamiento, se levanta un bonito Obelisco decorado con símbolos que hacen referencia a la historia de la isla. También encontramos la iglesia de San Francisco de Asís, de estilos gótico tardío y neoclásico, perteneciente al antiguo convento franciscano, destacan sus hermosas pinturas..
La mañana del penúltimo día visitamos la famosa quesería de Subaida, que cuenta con una impresionante Granja de Ganados, especialmente ganado vacuno del que se obtiene la leche para la elaboración de sus galardonados quesos.
Se ubica en una extensa y cuidada dehesa de encinas a su alrededor, con unas instalaciones agropecuarias modernas, donde se realizan visitas guiadas; además, cuenta con una hermosa casa de campo, residencia de los propietarios (quienes, muchos años atrás, recuerdos de mi infancia, lanzaron al mercado los quesitos del Caserío, con aquel conocido slogan: "Quesitos El Caserío-De El Caserío me fío". La fábrica de quesos, donde puedes ver a través de una cristalera cómo se elaboran, posee una tienda anexa de venta y degustación de quesos y otros productos típicos (embutidos), acompañado de explicaciones sobre su elaboración, manipulación y conservación dirigidas al público. La encargada de la tienda, Alexandra, se muestra muy atenta y simpática.
Por otro lado, puede resultar una visita muy amena para las familias con niños pequeños, quienes disfrutarán acercándose y acariciando a los diferentes animales con que cuenta la granja: terneros, cabritillos, pollitos, borriquillos...
Finalizada la visita a la Granja de Subaida con la compra de distintos quesos con denominación de origen Mahón, nos dirigimos con el coche al Puerto de Mahón, donde se encuentra la destilería de ginebra más emblemática de la isla, denominada "Xoriguer". En la tienda existe un mostrador con distintas botellas de bebidas alcohólicas y unos visitos para que los visitantes puedan probar los licores. La botella más emblemática es la "GIN XORIGUER MAHON" (en Mahón se conoce como "pomada" a la copa de gin con limonada), por lo que hicimos acopio de unas botellas.
Por la tarde, en los alrededores del hotel Sol Milanos Pingüinos, paseo tranquilo por la Playa Son Bou y desde un mirador costero contemplar la maravillosa puesta de sol.
En la mañana del último día, ya sin coche de alquiler, la dedicamos a pasear, realizando una ruta de senderismo por el Camí de Cavalls desde Son Bou a Santo Tomás. Recorrido bordeando la playa de Son Bou, donde se agrupaban varias aves acuáticas en torno a una charca, a continuación la Playa de
Talis, una parte nudista, de finas arenas, y finalizada ésta, una pequeña subida al alto de la Punta de Talis, con unas vistas espectaculares de las extensas playas en línea (junto a la de Son Bou), y donde se halla una torre defensiva.
Retomamos el camino y nos detenemos frente a una portera de la Finca Atalis para observar de cerca a una yegua con su potrillo de la raza menorquina. También tomamos varias fotografías de los caballos que pastaban en la pradera.
Proseguimos la ruta que transita por la Cala Peregrina, de perfil rocoso, con numerosos e intrincados peñascos; y con aguas de colores turquesa y azul, de gran transparencia en la orilla.
Seguidamente, pasamos junto a una masa boscosa de pinar de pino carrasco, y bajamos a la Playa de Santo Tomás, junto a la que se levanta la urbanización del mismo nombre. Extensa playa de unos 500 metros de longitud y aguas de azul mediterráneo, con arenas blancas y finas.
Alcanzamos la Playa de Binigaus y el Barranc de Torrevella, con bifurcación de senderos, el de la derecha se dirigen hacia La Cova des Coloms y el que transita bordeando el litoral costero hacia La Cova de Cala Niu LLorc y Racó des Barril, que fue el elegido y discurre bajo el arbolado; sin embargo, resulta de difícil acceso a la Cova de Cala Niu Llorc, a la que sólo se puede acceder desde pequeñas embarcaciones.
Así pues, optamos por dar media vuelta e iniciar el retorno por la misma ruta en sentido contrario.
Después del avituallamiento y el pequeño descanso, reanudamos la marcha, dejando atrás la Playa de Santo Tomás, para dirigirnos hacia la urbanización de Son Bou donde se ubica el hotel donde nos alojamos. En medio del camino, en la Playa de Talis, detuvimos la marcha, nos colocamos los bañadores y
disfrutamos de un refrescante baño. Seguidamente, recorrido por la Playa de Son Bou, que se halla contigua, hasta alcanzar el hotel, que se agradece tras una larga ruta, pues apetece un tiempo de relajación y descanso.
Luego por la tarde, nos acercamos al mirador costero, que se halla en las proximidades, para contemplar otro día más las espectaculares puestas de sol que nos ofrece la Playa de Son Bou.
Al día siguiente, embarque en el aeropuerto y vuelo tranquilo, sin incidencias, en avión de Iberia rumbo a Madrid..
REPORTAJE FOTOGRÁFICO POR LA ISLA DE MENORCA
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