lunes, 25 de febrero de 2019

VÍA VERDE DE LA JARA: LOS ALMENDROS EN FLOR

VÍA VERDE DE LA JARA: LOS ALMENDROS EN FLOR 


Como todos los años por estas fechas, finales de febrero, solemos acercarnos a los campos de Aldeanueva de Barbarroya (Toledo) para contemplar el maravilloso espectáculo de centenares de almendros en flor, la nívea blancura de sus pétalos se combina con el rosáceo de otras flores, también de almendros, resaltando una amalgama luminosa que deleita nuestras miradas y despierta emociones que avivan nuestros sentidos. En fecha 24 de febrero de 2019, realizamos la ruta de mtb con salida y llegada desde la villa de Velada (Toledo); tomamos la cañada Leonesa Oriental para enlazar con el camino vecinal que nos lleva hasta Calera y Chozas, punto de partida de la "Vía verde de la Jara" -antiguo trazado de ferrocarril que nunca llegó a funcionar, pero que dejó habilitada la solera de la infraestructura, acondicionada como vía verde-, donde nos incorporamos a dicha vía. La mañana se mostraba soleada, con temperatura agradable, si bien azotaba demasiado viento, pero soportable y que no impedía el disfrute. Enseguida vislumbramos en una modesta parcela una veintena de almendros agrupados que estaban en plena floración, en esta ocasión con sus pétalos blancos bien abiertos, los finos filamentos de sus estambres con sus granitos amarillos de su polen sobre un fondo rojizo amanchonado; mientras nos sonreía el azar de haber llegado en el mejor momento de la floración. Más adelante, en las proximidades de la estación de Silos, a ambos lados de la vía, flanqueada en hilera sen entremezclan almendros de flores blancas y rosadas, a su vez, distintos pétalos alfombran el firme; se hace obligatorio una parada para tomar muestras del momento, y posamos para las fotos junto a los almendros floridos, posiblemente en tiempo de su máximo esplendor, anunciando que la primavera se acerca y la naturaleza se dispone a agasajarnos con sus mejores galas, con sus floreados vestidos multicolor. Atravesamos la finca El Arco, donde se suelen ver algunos cérvidos en el encinar, mas no en esta ocasión, tan solo algún conejito deambulando de un lado a otro junto con el arrullo de cierta tórtola despistada. Tras atravesar los dos primeros túneles, circulamos por el imponente viaducto sobre el río Tajo, también conocido por los lugareños con el nombre de puente Amador, al llegar al otro extremo, nos detenemos unos instantes a mirar la majestuosidad de la construcción, sus enormes arcos, la altura y solidez de sus pilares, el cauce del río con sus aguas sosegadas, las encinas y chaparras que pueblan las laderas de los cerros que le flanquean. Continuamos unos cuantos kilómetros más, sobrepasamos la arcada de un puente y nos adentramos en una trinchera de altos taludes rocosos, con somera cubierta vegetal, donde aparecen disemía inados algunos jóvenes almendros junto a la cuneta, aprovecho la circunstancia para encuadrar la foto, más bien las fotos, de mis compañeros entre las ramas de un almendro cuajadas de blancas flores que aparecen en primer término.  Mis compañeros de ruta deciden parar para ingerir las viandas del frugal avituallamiento, mientras tanto, continuo un par de kilómetros más, hasta llegar a la altura del paraje conocido como Ciscarros, donde se puede apreciar aún una edificación (casa) en medio de las aguas del río, que formaba parte de unos antiguos molinos que fueron anegados por las aguas cuando se construyó el embalse de Azután en el río Tajo. La panorámica que se contempla es impactante, la ladera que desciende hasta la orilla del río cubierta de almendros plagados de flores y al fondo el discurrir de las aguas azuladas del río hasta perderse en la lejanía entre los cerros que le encauzan; a su vez, al otro lado de la vía, aparece un camino que va remontando la loma surcado de numerosos almendros florecidos, que tiñen de blanco sus redondeadas copas, e invitan a una marcha campestre al interior de los cultivos. No puedo por menos que sacar el móvil para fotografíar la belleza que contemplan mis ojos; después de disfrutar del momento tan pletórico e intenso, he de regresar a reencontrarme con mis compañeros, con quienes me agrupo en el retorno a nuestro pueblo.