miércoles, 12 de agosto de 2020

ALQUÉZAR (HUESCA): UNO DE LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA.


 ALQUÉZAR "UNA AUTÉNTICA BELLEZA"


En fecha 6 y 7 de agosto estuvimos visitando Alquézar (Huesca), localidad oscense de la comarca del Somontano en la Sierra de Guara, que posee la denominación de "los pueblos más bonitos de España", y en verdad que merece dicho reconocimiento por mi parte. Tanto su casco urbano, muy bien cuidado y conservado, como su entorno natural, situado en la falda de la montaña y hendida a sus pies el impresionante cañón del río Vero. Tras estacionar el vehículo en el Parking, que se halla en la zona más alta, la primera invitación que te ofrece es el disfrute de la vista panorámica: la armonía urbanística de sus casas escalonadas y apiñadas en la ladera, sus colores ocres o terrosos perfectamente integrados en el espectacular marco geográfico, su arbolado y parcelas de cultivo a su alrededor (olivos, almendros, huertos), y en la peña más alta del roquedo calizo La Colegiata de Santa María La Mayor protegida por el flanco sur por la muralla y también velada por un sólido Torreón del que en otro tiempo fuera un Castillo inexpugnable. El nombre del pueblo se debe al Castillo, en árabe "al-qasr", construido por los árabes en el siglo IX para defender  la comarca de Barbastro de los reinos cristianos del Sobrarbe.

La Colegiata de Santa María la Mayor se erige en fortaleza perfectamente integrada en el conjunto


defensivo, y está considerada como Bien de Interés Cultural, cuenta con un hermoso claustro (atrio de estilo románico con tres pares de columnas con valiosos capiteles esculpidos en roca (llama la atención uno de ellos, se trata de una figura tricéfala que representa a la Santísima Trinidad sujetando a un



cuerpo que representa la creación del hombre), la mayor parte del mismo de estilo gótico con paredes decoradas con frescos. También cuenta con una iglesia de estilo gótico y retablo dorado extraordinariamente ornamentado posterior en el tiempo. Cabe señalar que en una de sus capillas, en la que se ubica un Cristo románico, decoran sus paredes y suelos azulejos del siglo XVII de Talavera de la Reina; y que los canónigos que habitaban el templo eran PP. Agustinos, al igual que en Talavera, cuya regla era: hospitalidad, educación y oración.












La economía de la localidad gira entorno al turismo, destacando el senderismo y el turismo de aventura: barranquismo, escalada, tirolina...Posee una ruta de senderismo muy atractiva, se trata de la Ruta de Las Pasarelas del río Vero, de aproximadamente 3 Km., que baja desde el pueblo al cauce del río, cuyas aguas muestran un color transparente cuando discurren someras, pero cuando aumenta la profundidad presentan un color azul de agua marina, con cierta tonalidad verdosa, muy singular y atractivo, producto de la disolución de sales minerales; resulta casi inevitable darse un buen chapuzón en verano. Además, otro de los atractivos es el tramo de pasarelas colgadas a gran altura de la pared rocosa, pero la infraestructura está muy bien dispuesta y en perfecto estado, por lo que el peligro es mínimo si se cumplen las normas básicas de precaución. Hay un pequeño desvío a la Cueva Picomartillo, y a lo largo del recorrido encontramos una pequeña presa hidráulica para suministro de agua y energía que origina una pequeña cascada artificial, pero merece la pena descansar un rato en algún peñasco y contemplar, se trata de un azud. Otros de los atractivos son el puente colgante en altura sobre un barranco y, especialmente, el Mirador sobre el río Vero, donde se puede observar la profundidad del lecho del río y la altura de las paredes rocosas del Cañón; por otro lado, sobrevolando los cortados y aprovechando las corrientes térmicas avistamos distintas aves carroñeras (buitres, quebrantahuesos, alimoches) y águilas. 

Decidimos alargar 1 km. aproximadamente la ruta para acercarnos al famoso Puente de Fuendebaños y recorrer un sendero de ribera a la sombra de su arbolado (chopos, robles, sauces, cañas, escaramujos...), donde hicimos una parada para el avituallamiento y refrescarnos en las muy limpias aguas del Vero.


 

También mención especial a su gastronomía, degustamos un excelente menú en el restaurante Cueva Reina, desde su salón comedor se tienen unas espectaculares vistas del valle del rió Vero.











































































En el viaje de retorno no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar la segunda bodega mejor del mundo, tras una de California, calificada según su arquitectura y nuevas técnicas empleadas. Se trata de la Bodega SOMMOS en Barbastro (capital del Somontano, vinos con denominación de origen) con un diseño arquitectónico modernista que guarda cierto parecido con el Guggenheim de Bilbao,  que cuenta con 4 plantas subterráneas y se halla rodeada de viñedos. La bodega es todo un espectáculo e impresiona enormemente.