domingo, 21 de enero de 2018

LA RUTA DEL GAMO

Hacía bastante tiempo que no escribía sobre las rutas de mtb que venimos realizando cada domingo en el Club de Velada, pero en esta ocasión no he podido resistirme, la emoción vivida no puedo por menos que transmitirla.
El domingo, 21 de enero, a las 9.00 horas, en el Centro Médico, de la villa de Velada, nos reunimos los ruteros, entre las opciones presentadas, el LAGO HELADO del Dehesón o Jabalí, La Hinojosa y Valdepalacios; nos quedamos con la última, etapa llana por la campiña alcañizana y dehesa Oropesana. Por cierto, desechamos el Lago Helado, pues en los últimos diez años, el cambio climático ha hecho estragos y no lo hemos vuelto a ver "congelado"; en este sentido, sobrepasado mediados de enero y no hay rastro de los hielos, en concreto, esta mañana se presenta luminosa, soleada y sin apenas helada, destaca la ausencia de escarcha en la mañana temprana. 
Ponemos rumbo al destino archiconocido, del Gran Maestre el preferido, se trata de la finca del Sapo, a continuación Pozuelo y , por último Valdepalacios (restaurante conocido por sus estrellas "michelín"), con retorno por la Ermita de Peñitas, El Horcajo, Salabroso y Camino Real para a Velada  llegar. 
Me erijo en Adelantado Mayor y doy la salida al pelotón, por la Cañada Real Leonesa Oriental nos enfilamos hacia la Casa de Postas, a orillas de la N-V, para tomar la vía de servicio en sentido Alcañizo, pedaleamos a buen ritmo y con mi "capitana" voy abriendo camino -bici nueva, de carbono y muy ligera, atrás queda la indómita GT con tantas aventuras gloriosas-, alcanzamos La Venta de Pedrobanegas donde enlazamos con el camino de Velada-Alcañizo, los rayos solares van calentando y la mañana fresca se va atemperando. Ya en la inmediaciones de Alcañizo, mis "compis" detienen su ímpetu, tienen a bien hacerme los honores de que sea yo quien primero entre por sus calles y callejones, voy contando experiencias de antaño - el palomar donde nos colábamos cuando éramos niños para ver los pichones en los nidos; acompañados de las niñas de nuestra quinta, ¡qué recuerdos! en el oscuro rincón a la caza de un beso- . Atrás dejamos el pueblo, sorteamos el charco de un vado, y al camino de Puente del Arzobispo nos incorporamos, con lugareños nos cruzamos, que no identificamos, han pasado muchos años sin apenas contacto, A continuación, divisamos un cartel con las señas de identidad de la finca, se trata de "El Rincón del Sapo", dos percherones pastando, un conejo cruzando, el arroyo discurre a nuestro lado en sus márgenes numerosos chaparros, nos adentramos en la finca del Sapo tras cruzar el guardaganados, un encinar adehesado con pastizales y brotes verdes de cereales. De repente, un rebaño de gamos aparece no muy lejano, con nuestra presencia se han espantado y algunos se han arrancado, emprenden una veloz carrera en medio de la dehesa, entretanto, dos espectaculares gamos, con sus cornamentas aplanadas y enhiestas, bien formadas y cuajadas, salvan el camino con un salto olímpico, a dos metros de nuestras burricletas, que a todos nos deja con las "bocas abiertas", todos exclamamos: ¡qué pena no tener una cámara preparada para haberlo grabado! No obstante, quedará la imagen grabada a través de la retina en el desván de los recuerdos, pues a todos nos ha impactado y emocionado. Poco después, llegamos a una intersección de caminos, otro que viene de Oropesa, donde observamos que han colocado un hito de madera con el indicativo del Camino Real de Guadalupe, que discurre por estos hermosos parajes, de  encinares  bien conservados...Pululan los pájaros de árbol en árbol, distingo algún rabilargo entre tantos, y así llegamos a la finca de Pozuelos; aquí nos desviamos hacia El Torrico, en busca del restaurante Valdepalacios, con la carretera de Puente a Oropesa nos topamos y nos paramos. En este punto, surgen diferencias, por un lado, los que les gustaría seguir, y por otro, los que prefieren por la carretera acortar porque tienen premura para pronto regresar. La idea era continuar por la carretera local que se dirige hacia El Torrico y desviarnos por un camino que se dirige a Oropesa, atravesando varias fincas agropecuarias, con muchas encinas, entre ellas Corralejo, donde en el pasado avistamos unos buitres leonados dando buena cuenta de unos despojos de ganado; fue una pena no haber rematado la faena, pues optamos por la carretera rumbo a Oropesa. En la Ermita de Peñitas tomamos las viandas, mientras contemplamos su fachada de la puerta de entrada. Retomamos la marcha hacia Alcañizo, pegados a la vía del ferrocarril, flanqueados de siembras que verdean, nos despistamos y hacia Torralba nos encaminamos, un pequeño retroceso y de nuevo giramos en dirección a El Horcajo, después Salabroso, Camino Real de los Veratos, Carril de Las Mulas, Cornocosillo y...Velada. Distancia: 62 Km, llana, sin fotos.