lunes, 11 de julio de 2016

EL ÁGUILA LEVANTA EL VUELO DE NUEVO

RUTA DE LOS PENITENTES BAJO UN SOL ARDIENTE









Un nutrido grupo de burriclistas acuden a la cita de salida, siendo 8.30 del 10 de julio en el Centro de Salud, mas sin acuerdo sobre el terreno, se produce la división, y El Maestre dirige al subgrupo menor, en el que se enrolan los valientes caballeros formando un singular cuarteto, el equipo B: El Maestre, El Carpi, El Maca y Gabriel. El Pelotón A, más numeroso y portentoso, "El Sapo" les resulta poco, es una "pachanga" en el llano y buscan una ruta de más calado; sin embargo, se supo después que fue un empeño vano y pronto a casa retornaron, por el calor derrotados. 
Siguiendo la Cañada Real, rumbo Sur, circula "pasimonioso" el cuarteto observando los campos esteparios abrasados por el ardiente sol de julio, convertidos en auténticos secarrales pajizos, en tonos amarillentos; mi mirada buscaba la llamativa avutarda entre las rastrojeras de cebada y/o de trigo, pero tan solo la vulgar garcilla bueyera se dejaba ver por las charcas de agua que se mantenían en los bajos; mientras tanto, alguno comenta la cantidad de alpacas cosechadas en las parcelas agrarias y su voluminoso porte...Nos desviamos por el camino de Alcañizo, avistamos el charcho de "Los Noques", de agua hasta los "topes", me refiero a que el nivel de agua acumulada es muy alto, y verdea la vegetación palustre que prolifera en el estanque; por cierto, hay que señalar que aquí se elaboraban, en el pasado, los adobes de construcción, hechos con arcilla y paja. Poco después, a la izquierda, se halla la Ermita, destaca  su modesta pero coqueta construcción y su arboleda bien cuidada. Antes de llegar a la población, nos desviamos a la izquierda para bordearla por el Sur, tomando a continuación el camino de El Puente del Arzobispo, señalizado con una baliza, y unos kilómetros más adelante nos adentramos en la conocida finca de "El Sapo", en cuyo arroyo proliferan gran cantidad de conejos que corretean a nuestro paso, podríamos denominar al paraje como "la Hispania" (tierra de conejos, según los fenicios) de nuestra comarca; remontamos el alto de la labranza "El Sapo" y en lo alto del edificio semiderruido, en el caballete, se halla un águila posado, oteando desde su atalaya y vigilando sus dominios (imaginamos que el águila de Alcañizo ha levantado el vuelo de nuevo y está al acecho) . Tras cruzar el arroyo, el Gran Maestre les invita a seguir para explorar el camino de El Torrico; pero el resto del cuarteto no está dispuesto, se hace tarde y aprieta el calor, por lo que poner rumbo a Oropesa es lo mejor. Dejamos a un lado la Ermita de Peñitas y continuamos hasta el panel cerámico ubicado a la entrada de la villa, donde nos detenemos para tomar unas fotografías, posamos en distintos encuadres, y de manera singular, como un camaleón se adapta El Maca a la situación, enclavado en la silueta del caminante peregrino, posa en el camino, dejando su paso para el recuerdo (je, je...). Continuamos, nos dirigimos a la fechada del Palacio del Parador, y en el parque enfrentado, junto a una fuente, nos paramos, descansamos, nos alimentamos, comentamos y nos vamos. Camino de Torralba, entre olivos e higueras, pedaleamos a duras penas, el sol aprieta y el agua se calienta, seguimos por el camino de servicio de la N-V hasta el cruce de Alcañizo, donde nos desviamos hacia ·"El Horcajo", después la labranza de Salabroso, salimos al Camino Real que hasta Velada nos ha de llevar; mas en el último tramo, El Gran Maestre, se nos ha desconfigurado, de vez en cuando hay que parar para tomar aire y refrescar, el trío acompañante le espera y le alienta, ya queda poco, mejor desviarnos por Cornocosillo que resulta más flojo, evitando así la arena que en el Camino Real es más molesta; ¡vale! estoy de acuerdo, como digáis, pero no corráis...El Carpi, que va "sobrao" y observa la situación, decide darle un empujón, coronando así las últimas rampas que al Gran Maestre se le atragantan, pero con fuerza y vigor (la del Carpi en esta ocasión) salva la situación. Hemos llegado, estoy agotado, jornada mucho calor, una ruta de 55 Km. y las 12 en el reloj.
 



domingo, 5 de junio de 2016

Camino "Caídas": El águila por los suelos.

CAMINO CAÍDAS: EL ÁGUILA POR LOS SUELOS

En la villa de Velada, siendo la 8.30 horas del 22 de mayo, una decena de valientes caballeros, con el bautismo de uno nuevo, en el lugar habitual de salida, inician la partida, una vez aceptada la arriesgada propuesta del Gran Maestre: abrir nueva ruta explorando el tradicional camino, que se halla desaparecido, de Cervera a San Román, otra odisea más. Nos preguntábamos, mientras el alto de La Gamonosa escalábamos, cómo habría de terminar tan disparatada aventura, con comentarios de "es una locura", "vayámonos por otro lado", "de Cervera a Sotillo es más apropiado"...; pero el Gran Maestre se mostraba firme e inflexible: no se puede posponer más, es el día elegido para acometer el tan cacareado reto pendiente: explorar el paso entre los montes, de Cervera a San Román por el camino y cañada tradicional. De pronto, mirada al frente, y un encierro de vacas parece, sus mugidos nos alertan y orillamos las burricletas, la escuadra permanece quieta, pero avanzan furibundas y el maletilla Chema las burla, encaramándose en lo alto del burladero pétreo -muro del cercado levantado a los lados-; pasado el susto, se cohesiona de nuevo el grupo, cruzamos la villa zorrera de Mejorada por sus céntricas calles y por el camino de Segurilla alcanzamos la vecina villa, apodada cagarrache, ambas muy honorables, con sus caminos abiertos y transitables.
La bordeamos por el norte enlazando con el camino de Los Leñadores, vía estrecha que discurre entre muretes de piedra,  también abundan dispersas en el firme irregular del trazado pero que  aportan atractivo y encanto; seguidamente, nos adentramos en un conocido sendero muy estrecho emparedados de zarzas a ambos lados, mas como jinetes expertos salimos ilesos, salvo algún pinchazo en piernas o brazos...después atravesamos la hermosa pradera con sus altas y frescas hierbas, vadeamos el regato y hacia Cervera nos encaminamos, salimos al carreterín y tras bajada nos hallamos allí, es el momento de decidir, a Sotillo o proseguir; el Carpi no lo ve claro, reserva sus fuerzas y da media vuelta. El "tontom" del Gran Maestre marca "de frente", no lo dudamos y por el arroyo avanzamos, atravesamos el pueblo, giramos y la burricleta de Víctor, que es potranca con fuerza, se lanza hacia la cuesta, se trata de la subida al Calvario, pero la ruta iba para otro lado, nos agrupamos, preguntamos a un aldeano y nos orienta por donde vamos; pero su comentario cae como "jarro de agua fría", que el camino de Cervera a San Román ya no existía -buff!!! más difícil todavía-.
Lejos de desanimarnos, continuamos pedaleándo, además por un tramo de camino conocido, llegamos al arroyo y aquí nos apartamos del sendero conocido (Sendero de Los Enebros), giramos a la derecha y bajamos pegados al curso del arroyo La Argamasa, por su margen izquierda, abrimos una portera, nos adentramos en un paraje asilvestrado, donde se mezclan las chaparras, con hierbajos y enebros; por fin encontramos una señal, la fuente de la canaleja se halla a nuestra izquierda, por tanto, éste es el camino que queríamos, todo parece ir sobre ruedas a pesar de los múltiples y variopintos obstáculos, pérdidas del trazado, ramas y piedras...no obstante, en consonancia con nuestro lema "fuerza y vigor" vamos pedaleando con ilusión, convencidos de que, pese a las dificultades, lograremos abrirnos paso por el nuevo camino.  Cabe señalar, que este tramo del camino, que discurre casi paralelo al arroyo, resulta muy atractivo en esta época del año (primavera), en especial, el paso entre las ramas bajas de los enebros -como se puede apreciar en las fotos que se acompañan-; asimismo, nos percatamos que el camino tradicional discurría exactamente por donde vamos, prueba de ello son los restos de muros de piedra encontrados a nuestro paso. Tras la inyección de moral, de poderlo lograr, pedaleamos con precaución y cuidado pues los altos pastos han ocultado el trazado;
 poco después, "una piedra en el camino" y pérdida del equilibrio, la burricleta del Gran Maestre se espanta y "el  águila su vuelo no levanta", rueda por los suelos y contra el tocón de una retama se estampa; Víctor, que lo ha visto, da la voz de alarma, la escuadra se para y retorna a ver lo que pasa, acude Ángel Charquitos y presta los primeros auxilios, el accidentado se levanta mas el  dolor del hombro no aguanta, bebe un poco de agua y reanuda la marcha, pero andando y con la burricleta en una mano, alcanzamos la cañada o vía pecuaria en el tramo que une San Román de Los Montes con Pepino y al abrir la portera que da acceso...????? ¡Vaya pasada! ¿Pero qué es esto? Para nuestra sorpresa y desgracia, toda la superficie de la cañada se halla cubierta de hierbas altas, de pastos asilvestrados que impiden el paso...¡buff! ¡¿Y ahora qué?! ¡¿Damos la vuelta otra vez?! El Gran Maestre, dolorido, en la encrucijada se calla, asumen el mando Cristóbal y Fernando, ambos cuentan con GPS, marcan la ubicación y señalan la dirección: hay que continuar unos dos kilómetros más. Resulta casi imposible transitar, unos montan y otros desmontan, los hierbajos de los pastos sobrepasan nuestra cintura y apenas se ven las bicicletas, decidimos saltar la alambrada del cercado que está en uno de los costados, pero poco después la volvemos a saltar y a la cañada hemos de retornar...
Cansancio y fatiga, la lucha es numantina, Chema pedalea como puede y, de pronto, pilla una liebre, lo vuelve a intentar y otra liebre más, pero no se da por vencido y logra el trío, mas como es un diestro jinete sus caídas son intrascendentes... Se escuchan gritos de aliento y esperanza, han encontrado el paso adecuado para vadear el arroyo por unas piedras pasaderas, la vegetación es tan exuberante y densa que nos cubre por completo, continuamos recto por el camino de San Román, si bien la cañada se desvía y cruza el arroyo más a la izquierda;
pero eso es lo de menos, lo que importa es que a San Román llegamos tan solo con un lesionado, una auténtica proeza el abrirse paso entre la maleza, "nunca más", "nunca más"...se oía exclamar. En la fuente de San Román nos detuvimos a descansar, se telefoneó a la intendencia para evacuar al herido, pero cuando iba a ser evacuado, el maletero resultaba poco adecuado, por lo que el valiente caballero se subió de nuevo en su vetusta burricleta y pedaleando por la carretera llegó a su tierra de Talavera.



Cuentan que el grueso de la escuadra, en su regreso a casa, por el camino de Pepino a Segurilla, se toparon con el enemigo en una durísima subida, la acometida del calor y la fatiga no desarboló al equipo que permaneció unido, saliendo del belicoso envite glorioso vencedor, y llegando a casa cerca de las dos. ¡¡¡¡HURRA!!!! ¡¡¡EUREKA!!!! LOS EXPLORADORES VELEÑOS LO CONSIGUIERON.





































lunes, 16 de mayo de 2016

EN BUSCA DE LAS AGUAS BRAVAS DEL RÍO TIÉTAR

NUEVA ÉPICA: GUADYERBAS Y TIÉTAR

Nubes altas, ambiente templado, año 2016, día 15 de mayo, momentos de espera mientras la escuadra se concentra, y un nuevo reto en el pensamiento, la propuesta: la crecida del río Tiétar en tierras navalqueñas, a la altura del molino Montoya, una auténtica joya. A las 8:30 pasadas iniciamos la marcha, cruzamos la plaza y dejamos atrás nuestras casas. Enfilamos el camino de Navalcán, me sitúo en cabeza con el ánimo de disfrutar contemplando y escuchando el latido de la naturaleza, plena de belleza con tantas lluvias caídas en esta húmeda primavera; pronto escucho el canto del ruiseñor en la sauceda contigua al camino, más adelante, en el arroyo de Los Huertos, ruiseñor y verderón se alternan, todo marcha sobre ruedas. 

Nos adentramos en la dehesa de Trujillanos, a destacar los numerosos charcos que anegan el camino y los prados vecinos, qué suerte -me digo, mientras miro-, una pareja de patos levantan su vuelo, muy cerca, desde la misma cuneta..la dehesa rebosa agua por todos los lados, los pastos están muy altos y asistimos gozosos a una eclosión de vida en el característico bosque mediterráneo adehesado: los animales domésticos -bovino y equino- se mezclan con la fauna salvaje en un encinar bien conservado. Hemos de decidir por dónde cruzar el próximo curso fluvial, se trata del río Guadyerbas a su paso por nuestras tierras, no hay dudas, decidimos afrontar el reto por la Aliseda, pues su lecho cuenta con una solera hormigonada que facilita el paso de vehículos agrícolas; por tanto, nos dirigimos hacia allí, vadeamos el arroyo de la Aliseda, remontando la senda de ribera que discurre entre el bosque de galería -una densa fresneda- y el encinar, con numerosos alcornoques entre las encinas;

 uno de los compañeros -Angel Charquitos- nos alerta, "una cigüeña negra", levanto la vista mas no la diviso, es una pena...después contemplo en vuelo unas garzas reales, cigüeñas blancas y cormoranes; a su vez, el sol se ha abierto paso entre las nubes, las ahuyenta y nos regala una mañana espléndida, una "luminosa mañana de primavera en el corazón de la foresta", hablamos, comentamos, pedaleamos emocionados, vamos disfrutando del maravilloso paisaje que nos rodea; pero de pronto, al llegar al lugar por dónde había que cruzar, nos quedamos helados, sorprendidos, impresionados, al observar cómo la crecida del río ocupaba con sus aguas completamente el amplio cauce, que en este tramo se abre y mucho se extiende..."¿y ahora qué?, gritaban algunos, ¿cómo cruzamos? nos preguntábamos. Era tal la perplejidad, que el Carpi y el Presi, decidieron renunciar, dieron media vuelta y "patrás"-debieron pensar que era lo más acertado y se marcharon, nos abandonaron-; ante la renuncia del Presidente, toma el mando su "lugarteniente", El Gran Maestre, también conocido como "El Águila de Alcañizo-, decide dar ejemplo y se prepara para épico acontecimiento, espolea a su indómita burricleta -la archiconocida GT- y se lanza como el ingenioso Don Quijote contra la corriente del crecido río, abriéndose paso entre sus aguas, emulando al Gran César y proclamando a los cuatro vientos su célebre frase "alea iacta est" (la suerte está echada, que dijera al pasar el Rubicón), cruzando victorioso el furibundo Guadyerbas, toda una proeza, que figurará por siempre en los anales del Club MTB Velada como nueva hazaña épica (rememorando aquella histórica del 24 de enero de 2010, denominada la "gloriosa", más espectacular, con lluvia, si bien, fue a pie, y con las burricletas a cuestas). 

El resto de caballeros siguieron el ejemplo, unos a pie, otros montados, todos cruzaron; luego, después, a secarse los pies, de nuevo calzados y preparados, nos alejamos, circulamos por la finca de la Aliseda, tomo una ligera ventaja y me detengo bajo un quejigo centenario, con una enorme copa, a la espera de la escuadra para fotografiarla mientras avanza, entre los gruesos troncos que enmarcan el trazado del sendero; más adelante toca abrir una portera, acompañada de jaras con sus radiantes flores blancas.

















Tomamos el cordel de ganados y por el camino parrillano nos desviamos, me detengo en un alto, porque las vistas merecen fotografía, destacan las casas blancas de Parrillas sobre un fondo espectacular, la Sierra de Gredos con sus cumbres nevadas -hay que recordar que estamos a mediados de mayo-; 

a continuación nos dirigimos a Navalcán por el paseo habilitado junto a la carretera, siguiendo su trazado, atravesamos la localidad y transitamos por el camino de los motores rumbo norte, 

contemplando en todo momento la grandiosidad de la sierra, sus cimas nevadas captan nuestras miradas, nos desviamos por un camino secundario que sale a nuestra derecha y que se va estrechando según baja hacia el valle del río Tiétar, su firme también va empeorando con numerosas roderas y canaladuras que ponen a prueba nuestra pericia, hasta que por fin avistamos el cauce del río, sus corrientes de aguas bravas sacuden con fuerza los tropezones rocosos que se interponen en barrera y brincan, saltan, se encrespan...vídeos y fotos de portada, el paraje nos envuelve, nos atrapa, bordeamos el molino, alguno en lo alto de la cubierta se encarama, nos acercamos a la orilla,  

tomamos un montón de fotografías del Molino Montoya a la vera del río, del fluir de las aguas bravas del Tiétar y del estrépito que resuena...Nos sentamos, contemplamos, disfrutamos, tomamos alimento y, tras el respiro o descanso, nos marchamos. Toca subir por el empinado sendero hasta coronar el cerro, numerosas plantas en flor, destacan los colores morados del cantueso, también las cabezuelas amarillas que motean las verdes praderas; pero no es momento para la contemplación, nos falta
el aliento, pues la subida requiere mucho empuje y esfuerzo, aún así, no puedo seguirlos, me descuelgo...luego, más arriba, en el camino ancho, les alcanzo de nuevo, y con la ayuda de uno de mis escuderos recobro las fuerzas y me integro. 


























Llegamos a Navalcán, por sus calles una charanga de trompetas y clarinetes al acercarnos nos saluda dándonos la bienvenida al son de una marcha marcial, los lugareños, a ambos lados de la calle, nos hacen el paseíllo mientras aguardan a la comparsa...
bordeamos la iglesia y circulamos a todo trapo 
por el asfalto, carretera en dirección a Parrillas pedaleando a toda prisa, ya llegamos, casi me paso, giramos a la derecha para enlazar con el camino de Velada hasta la Cañada, después por el camino de Parrillas-Mejorada, para volver de nuevo por la Aliseda, 

y cruzar por el paso hormigonado el Guadyerbas, que nos volverá a poner a prueba, esta vez ungidos por el bálsamo de la experiencia, Frente al río nos hallamos, pasa primero el Martín "El Fiero" para grabarnos, luego El Gran Maestre liderando seguido de sus caballeros, nos reagrupamos al otro lado y nos dirigimos a la casa de la labranza, pero en el repecho de la cuesta Víctor rompe la cadena, ha tensado demasiado y un eslabón ha quebrado, pero ausente Roberto "el mecánico", es Ángel Charquitos quien arregla el desaguisado, una vez reparado seguimos pedaleando, una pareja de alcaravanes abandona su nido y se aleja -recuerdo de infancia, me contaba mi abuelo algo así: "alcaraván comí, será a otro tonto pero no a mí"; 













tomamos una ruta alternativa, giramos a la izquierda hacia la fuente del "Acirate" por el camino que conduce a la fresneda, pero hemos de cruzar su arroyo que parece hondo, uno tras otro lo intentamos y lo cruzamos, 






después enlazamos con el camino del Toril en sentido sur hacia los llanos de Velada y el Molino de Viento, otra vez que me descuelgo, esta vez no está Roberto, mi escudero, y le sustituye en el puesto Cristóbal Rituerto, que soluciona el entuerto, y con la ayuda de Angelito Charquitos, empujón más empujón alcanzamos al pelotón, la cuesta coronamos y nos reagrupamos. Por fin, unidos y bien avenidos, entramos contentos en las calles del pueblo, mejor dicho, de la muy leal y noble villa; no obstante, metros antes de la línea de meta, tiene lugar un disputado "sprint" entre Charquitos y el Maestre, alzándose con la victoria de la etapa el caballeroso Angelito, quien lo tiene merecido; si bien, en lo más alto del podio se eleva alzando su vuelo "El Águila de Alcañizo", cuya hazaña se convertirá en un hito (je, je, je...¡qué bien!, como Juan Palomo, "yo me lo guiso, yo me lo como". (Ruta: memorable//Distancia: 52 Km //Tiempo: 4:30 horas)

P.D. Se adjunta una foto del Presi, correspondiente a la memorable épica  del pasado: El paso del río Guadyerbas bajo la lluvia.