domingo, 17 de julio de 2022

SANTANDER Y ALREDEDORES EN FOTOS 

Una opción interesante para evadirse durante unos días del tórrido calor del verano con sus altas temperaturas, podría ser acercarse a la capital cántabra, con temperaturas más benignas debido a la
refrescante brisa del mar Cantábrico, y disfrutar de sus numerosas playas, verdes paisajes, rico patrimonio artístico-monumental, así como degustar su rica gastronomía (pescados y mariscos, por un lado, y sabrosas carnes de la vaca Tudanca).



Si consigues alojarte en alguno de los numerosos establecimientos turísticos de primera línea de playa (la gran playa del Sardinero con sus playas menores: El Camello, La Concha, La Primera del Sardinero y la Segunda del Sardinero), ver amanecer o las atractivas puestas de sol son realmente espectaculares, así como pasear por su extensa playa mojándote los pies, o tomando el sol viendo y escuchando el romper de las olas. 





También posee numerosos atractivos relacionados con museos (como el Célebre Centro Botín, museo de arte y emblemático edificio arquitectónico), monumentos (como su Catedral, entre otros muchos, que merecen una visita, el edificio del Hotel Real, o el Palacete de La Fundación Emilio Botín), urbanismo (como la Plaza Porticada, o la del Ayuntamiento, el Mercado con productos típicos de Cantabria, las calles del centro de la ciudad con sus bares y terrazas donde tapear); 


y especialmente, el Parque y Palacio de la Magdalena, ideal para pasear bajo las sombras de su arboleda visitando el suntuoso

Palacio (Universidad de Verano Menéndez Pelayo), el museo El Hombre y La Mar, y el Parque Marino. 




Cuenta con atractivas sendas y anchas aceras, bien acondicionadas, donde practicar cicloturismo, senderismo, carrera, o bien, pasear tranquilamente y encontrarte a personas relevantes del mundo de la cultura o la política (en mi caso, nos cruzamos con un expresidente de gobierno).



Tal vez la senda  más atractiva, por el entorno natural que le rodea, es la denominada Senda de Mataleñas y Cabo Mayor, que se inicia en el extremo Oeste de la Segunda Playa del Sardinero, remontando el desnivel mediante unas escaleras, linda con la Escuela de Turismo Altamira, seguidamente con el Parque Municipal de Mataleñas y Campo de Golf, circunvalamos la playa de los Molinucos, avanzamos por la senda hasta alcanzarel Mirador del Cabo Menor con maravillosas vistas de la inmensidad del mar y de embarcaciones,
como pequeños Veleros con sus blancas velas desplegadas, seguidamente la recóndita Playa de Mataleñas, ensenada de gran belleza; y por último, el Faro de Cabo Mayor, si nos acercamos a la punta del Cabo, podremos contemplar una de las puestas de sol más hermosas, por lo que merece la pena la espera si se realiza la ruta por la tarde. Tras el ocaso, hay que iniciar sin demora el retorno para aprovechar la luz natural del comienzo del anochecer que aún perdura. 


A medida que nos vamos acercando a la urbe podemos contemplar bellas imágenes de las playas y edificios emblemáticos del Sardinero con el alumbrado artificial, como el Gran Casino, o el Gran Hotel. 





Desde los miradores del Paseo de la Avda. de la Reina Victoria se puede disfrutar de la contemplación de bellas vistas de la Bahía de Santander, con la Playa del Puntal al otro lado, de la población de Pedreña, las playas de Somos y Loredo; y al fondo, la cadena montañosa desde Cabárceno hasta Peña Cabarga.




Por otro lado, en el Barrio Pesquero, se encuentran afamados restaurantes con gran surtido de productos frescos (pescados, arroces, mariscos...) de primera calidad. Mejor reservar, suelen estar muy concurridos.





En los alrededores de la capital santanderina, se aconseja visitar la bellísima ciudad de Castro Urdiales, con su imponente Castillo Faro de Santa Ana en lo alto del promontorio, sobre el abrupto acantilado, la Iglesia Fortaleza de Santa María del siglo XIII, la Ermita de Santa Ana, El coqueto Puerto Pesquero, El Puente Medieval, la Plaza y Edificio del Ayuntamiento, así como las calles aledañas de su casco histórico, con sus bares y ricas tapas.


La ciudad de Laredo, también cuenta con gran riqueza de patrimonio histórico, un casco viejo de atractivas y estrechas calles con sus sólidas puertas y arcadas de acceso, la recia Iglesia-Fortaleza... Y, por último, destacar sus larguísima y espectacular playa, enorme.




También, en los alrededores, cabe destacar la Playa de Loredo, de arenas finas, aguas cristalinas, y unas vistas extraordinarias de la bahía de Santander y de la Capital Cántabra. de la Isla y Faro de Mouro, de las Islas de la Torre y Horadada. 




Además, en las inmediaciones se encuentra el Mirador de los Tranquilos, con maravillosas vistas, desde donde arranca un sendero costero denominado de Los Acantilados, que una vez sobrepasado el Mirador de la Torre se divisan, desde lo alto del acantilado, las célebres Pozas de Langre, piscinas naturales con la mare baja, de difícil acceso, pero para aquellos que se atreven resultará inigualable. 



Nuestro recorrido finaliza en el Cabo de Galizano desde donde contemplamos la hermosa la Playa de Langre; el sendero continúa pero nosotros damos media vuelta. Nos encontramos a dos peregrinos con su perro en su camino a Santiago.




En la localidad de Islares se ubica la Escuela Cántabra de Parapente, y no pude resistirme a la tentación de volar por los aires como las aves, y disfrutar a vista de pájaro de las bellas vistas que hay abajo: costa, praderas, vacas pastando, casitas, carreteras, calas, playas, cabos, cumbres montañosas, bruma, sonido del viento, las copas de los árboles, el despegue y aterrizaje...Todo queda en la retina y en la memoria, fue una experiencia maravillosa, si Dios quiere lo volveré a repetir (je,je,je pero siempre con monitor).