ALTERNATIVA AL BARRO
El 17 de abril, "aguas mil", tras las lluvias caídas, se busca una alternativa, los caminos están mojados y embarrados, por lo que se opta por el asfalto. La propuesta del Maestre de ir a Puente, no ha calado en sus gentes, y la ruta del Chorro del Pedroso tendrá que esperar hasta que los caminos se puedan orear. La enmienda a la propuesta, presentada por Roberto "Timones", capitán de los "Gamones", y Víctor "Canilla", marqués de la Cocinilla, al Consejo de Los Caballeros Veleños, es aceptada y la escuadra se pone en marcha, de Velada a Gamonal en dirección al Canal,
enlazamos con el carreterín asfaltado a la altura de Talaverilla, nos incorporamos al mismo en sentido Este, pasamos los cruces de La Portiña y las carreteras de Segurilla, Cervera, San Román, también bajo el Puente de la Nacional... hasta aquí muy poco que contar, arribamos a las compuertas del Embalse de Cazalegas, nos embarga la desilusión al ver que las compuertas están cerradas y no abiertas, ¡vaya patata!, foto de la escuadra varada, como consuelo una pata, grande y blanca -Víctor es el primero que las ha visto-, ¡vaya por dios! ánades no son, ¡ y encima chinas!, mientras tanto, crece la "coña" de los marchantes dirigida a su Maestre: ¡Teníamos que haber ido a Puente! Junto con exóticos personajes de cuyos nombres no quiero acordarme...Cruzamos la urbanización de Serranillos, carretera de Reguerones y a San Román de los Montes,
delante de su panel de cerámica posamos para fotografiarnos. Tras cruzar la carretera de Hinojosa a Talavera, a una fuente llegamos, paramos, nos alimentamos y descansamos; finaliza así la primera parte de la ruta, sin excusas, ha resultado aburrida y muy poco atractiva. Empieza la segunda parte, por el camino de Marrupe nos adentramos en una vaguada entre cerros berroqueños, se encuentra hormigonado y en buen estado, la vegetación se muestra exuberante y , a veces, envolvente, el musgo cubre los muros, bolos de roca, tapiza el tronco de distintas especies arbóreas, los los líquenes cuelgan de las ramas, las hierbas se adornan de flores en las orillas de los regatos, el canto melodioso del ruiseñor ameniza la marcha, los enebros van apareciendo y su número va en aumento, progresa la marcha bajo el dosel de su enramada arqueada, tonificada y llena de vida por la humedad de la umbría...¡ahora ésto ha cambiado y lo disfrutamos!
¡El agua fuente de vida! ¡Qué maravilla! Recibe el nombre de Camino de Los Enebros", por lo abundantes que son y proliferan en sus márgenes. A medio camino, antes por tanto de llegar a Marrupe, nos desviamos por un sendero que sale a la izquierda y que asciende por la ladera de un cerro, frecuentado por ciclistas, la empinada e intrincada vía requiere pericia y mucha fuerza, sobre todo, en las piernas; por lo que descabalga la mayoría, sólo los más osados consiguen salvar el mal trago, como el longevo Ilde, que con sus sesenta, cumple la penitencia y saca nota de excelencia..
.El Maestre no está para esos trotes, ni derroches, más cuando toca fotografía se encarama en su caballería, hay que cuidar la imagen docta y amable, a ser posible sonriente a pesar de los inconvenientes...; siempre queda el empujón para rematar mejor. Nos adentramos en un bosque mediterráneo adehesado, es decir, clareado por el hombre para abrirlo a los pastos, sustento y alimento del ganado, una cabaña de vacuno deambula por el prado, pasamos a su lado, ni se inmutan...Entramos en un tramo de difícil pedaleo, angosto, pedregoso, desnivelado, protuberancia de raíces que sobresalen, firme térreo irregular, roderas...
enlazamos con el carreterín asfaltado a la altura de Talaverilla, nos incorporamos al mismo en sentido Este, pasamos los cruces de La Portiña y las carreteras de Segurilla, Cervera, San Román, también bajo el Puente de la Nacional... hasta aquí muy poco que contar, arribamos a las compuertas del Embalse de Cazalegas, nos embarga la desilusión al ver que las compuertas están cerradas y no abiertas, ¡vaya patata!, foto de la escuadra varada, como consuelo una pata, grande y blanca -Víctor es el primero que las ha visto-, ¡vaya por dios! ánades no son, ¡ y encima chinas!, mientras tanto, crece la "coña" de los marchantes dirigida a su Maestre: ¡Teníamos que haber ido a Puente! Junto con exóticos personajes de cuyos nombres no quiero acordarme...Cruzamos la urbanización de Serranillos, carretera de Reguerones y a San Román de los Montes,
delante de su panel de cerámica posamos para fotografiarnos. Tras cruzar la carretera de Hinojosa a Talavera, a una fuente llegamos, paramos, nos alimentamos y descansamos; finaliza así la primera parte de la ruta, sin excusas, ha resultado aburrida y muy poco atractiva. Empieza la segunda parte, por el camino de Marrupe nos adentramos en una vaguada entre cerros berroqueños, se encuentra hormigonado y en buen estado, la vegetación se muestra exuberante y , a veces, envolvente, el musgo cubre los muros, bolos de roca, tapiza el tronco de distintas especies arbóreas, los los líquenes cuelgan de las ramas, las hierbas se adornan de flores en las orillas de los regatos, el canto melodioso del ruiseñor ameniza la marcha, los enebros van apareciendo y su número va en aumento, progresa la marcha bajo el dosel de su enramada arqueada, tonificada y llena de vida por la humedad de la umbría...¡ahora ésto ha cambiado y lo disfrutamos!
¡El agua fuente de vida! ¡Qué maravilla! Recibe el nombre de Camino de Los Enebros", por lo abundantes que son y proliferan en sus márgenes. A medio camino, antes por tanto de llegar a Marrupe, nos desviamos por un sendero que sale a la izquierda y que asciende por la ladera de un cerro, frecuentado por ciclistas, la empinada e intrincada vía requiere pericia y mucha fuerza, sobre todo, en las piernas; por lo que descabalga la mayoría, sólo los más osados consiguen salvar el mal trago, como el longevo Ilde, que con sus sesenta, cumple la penitencia y saca nota de excelencia..
.El Maestre no está para esos trotes, ni derroches, más cuando toca fotografía se encarama en su caballería, hay que cuidar la imagen docta y amable, a ser posible sonriente a pesar de los inconvenientes...; siempre queda el empujón para rematar mejor. Nos adentramos en un bosque mediterráneo adehesado, es decir, clareado por el hombre para abrirlo a los pastos, sustento y alimento del ganado, una cabaña de vacuno deambula por el prado, pasamos a su lado, ni se inmutan...Entramos en un tramo de difícil pedaleo, angosto, pedregoso, desnivelado, protuberancia de raíces que sobresalen, firme térreo irregular, roderas...
Momento ideal para parar, preparar el móvil y fotografíar -las imágenes anexas captan la belleza-, es el mes primado de la primavera en nuestra tierra, el mes por excelencia, los campos están llenos de vida, la vegetación está en su momento de plenitud -las plantas crecen y florecen- y los animales se cortejan y emparejan, las temperaturas se templan y, por suerte, hoy la lluvia nos respeta. Observamos que muchos de los enebros se llenan de ginebrinas, unas bolitas verdes, sus frutos, que sobresalen entre sus hojas, las encinas extienden sus ramas conformando voluminosas copas, el musgo alfombra los berrocales de granito fragmentados y agrupados en rodales, la pureza del aire reinante se manifiesta en "las barbas de viejo" que cuelgan de los ramajes..
.resulta todo tan natural, apenas alterado, parece como si te remontaras en el tiempo, solo el silencio alterado por el canto de un pájaro, o el mugido de un ternero...y todo ello, sin tener que irse muy lejos. Entramos en el casco urbano de Cervera, nos dirigimos al norte de la población, donde enfilamos la rampa de un estrecho camino que conduce a unos olivares, y a la izquierda sale un sendero que atraviesa
"El Huerto de Los Olivos" -nombre que ya le pusimos en el pasado-, que más adelante discurre entre muros de piedra y con una vegetación muy profusa y densa, que coloniza prácticamente todo el ancho de la vía, pero que resulta sumamente atractivo, y ciertamente "nos encanta".
A continuación, enlazamos con el camino asfaltado que une Cervera con Segurilla, los kilómetros van pesando, y los empujones empezando, me refiero a empujones de ayuda para coronar los repechos, y el Maestre cuando adelanta saca pecho... Después alcanzamos Mejorada, tomamos el camino de Velada y a las 12:30 tiene lugar la llegada. Ruta circular: 70 Km. aproximadamente; tiempo invertido: 4 horas.
.resulta todo tan natural, apenas alterado, parece como si te remontaras en el tiempo, solo el silencio alterado por el canto de un pájaro, o el mugido de un ternero...y todo ello, sin tener que irse muy lejos. Entramos en el casco urbano de Cervera, nos dirigimos al norte de la población, donde enfilamos la rampa de un estrecho camino que conduce a unos olivares, y a la izquierda sale un sendero que atraviesa
"El Huerto de Los Olivos" -nombre que ya le pusimos en el pasado-, que más adelante discurre entre muros de piedra y con una vegetación muy profusa y densa, que coloniza prácticamente todo el ancho de la vía, pero que resulta sumamente atractivo, y ciertamente "nos encanta".
A continuación, enlazamos con el camino asfaltado que une Cervera con Segurilla, los kilómetros van pesando, y los empujones empezando, me refiero a empujones de ayuda para coronar los repechos, y el Maestre cuando adelanta saca pecho... Después alcanzamos Mejorada, tomamos el camino de Velada y a las 12:30 tiene lugar la llegada. Ruta circular: 70 Km. aproximadamente; tiempo invertido: 4 horas.
Track de la ruta: wikiloc "deil". Reportaje fotográfico: Martín, Víctor, Roberto, Diego, Cristobal y Maestre.
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