Y
CAMINO DE HIERRO
Escapada de fin de semana al municipio zamorano de Fermoselle (su nombre podría obedecer a "Hermosillo", o bien, según versión popular "Fermosa-elle"=Hermosa-ella). Es conocido como "el pueblo de las mil bodegas", y
también, como "el balcón del Duero". Se halla formando parte del Parque Natural de los Arribes del Duero, ubicado en la "Raya", línea fronteriza de España-Portugal que viene marcada por el Cañón del río Duero. El casco urbano se levanta sobre una colina rocosa de granito y gneis (una especie de batolito), siendo el subsuelo horadado por el hombre hace siglos, con piquetas, para la construcción de bodegas subterráneas; según nos informan, las bodegas más antiguas datan de época visigoda, alrededor del siglo V d.C. Resulta muy interesante la visita guiada a varias de sus bodegas para apreciar el trabajo realizado en las rocas de gneis (más blanda) y granito para albergar las artesanales bodegas, más bien pequeñas. En esta visita,
tuvimos la ocasión de contemplar alguno de los
aljibes con agua, que fueron utilizados por los judíos de la época para su ritual de purificación, con siete escalones para bajar (número sagrado con especial significado para ellos). También se nos informó, que el pueblo, dada su proximidad a Portugal, fue en el pasado refugio de muchos judíos cuando fueron perseguidos, quienes habitaron en el pueblo; y que tras la expulsión de 1492, unos
huyeron a Portugal y otros se convirtieron obligados al Cristianismo para permanecer en la localidad (judíos "conversos").
Asistimos a una Cata de Vinos del terreno en la Bodega Pascual Fernández con una enóloga muy atenta y agradable. Degustamos distintas variedades de uvas locales.
Recorrimos algunos barrios del pueblo, con edificaciones tradicionales, como la Calle
Requejo, con sus casas típicas de piedra, el famoso "Arco", bajo el que transitamos. Se trata de un arco agudo de sillares de piedra con travesaño superior , de una de las puertas de la muralla medieval (desaparecida). Dicha calle, según nos cuentan, alberga 200 bodegas subterráneas excavadas en la roca. En la Plaza Mayor se ubica el edificio del ayuntamiento, con Torreta con reloj y campana (conocida como la campana torera). Esta plaza, en el pasado, formaba parte del Castillo Medieval de doña Urraca (Portuguesa).
El Castillo fue destruido por orden
de Carlos V en el siglo XVI, por el apoyo del Obispo Acuña, instalado en él, al bando de Los Comuneros. En la actualidad, presenta un mirador espectacular del Cañón del río Duero.El patrimonio religioso cuenta con la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (data de los siglos XIII-XVIII, con estilos románico, gótico y renacentista. Destaca su alta Torre, los sillares graníticos de sus materiales de construcción, su portada gótica) y la Iglesia de Santa Colomba (siglo XIl, sillares de granito, estilo arquitectónico románico). Y el antiguo Convento Religioso reconvertido en Casa de los Arribes del Duero.El turismo rural en Fermoselle es muy importante dado que reúne un gran potencial, tanto por el patrimonio histórico-artístico como por la riqueza natural, sobre todo, belleza paisajística. Cuenta con rutas de senderismo muy atractivas, con espectaculares miradores que ofrecen maravillosas vistas de los Arribes (laderas elevadas) del Duero.
Al día siguiente, domingo, teníamos la reserva
para realizar la ruta de senderismo "Camino de Hierro" en la provincia de Salamanca. La ruta turística está gestionada por una Empresa, tras la concesión pertinente de la Diputación Provincial de Salamanca, por cierto, una iniciativa que ayuda al mantenimiento y conservación. Según la información recibida por parte del personal encargado, y paneles informativos, la ruta de 17 kms, discurre por un tramo de Vía de Ferrocarril que unía, a través deenlaces, la ciudad de Medina del Campo, en Castilla, con la ciudad portuguesa de Oporto, construida con finesde intercambios comerciales, pero pasado un tiempo el proyecto resultó deficitario y se abandonó.
El punto de recepción se halla en el
Muelle Fluvial Vega del Terrón (crucero turístico por los Arribes del Duero), donde te proporcionan una linterna y un chaleco reflectante, te dan la información correspondiente, así como las normas a respetar (evitar molestar a las colonias de murciélagos que pueblan alguno de los 20 túneles que hay en el recorrido). Tras la explicación, en un autobús nos trasladan al punto de inicio de la ruta sito en el municipio de La Fregeneda (Salamanca).La estación de La Fregeneda fue muy importante
en su tiempo, dado que era control de frontera de paso a Portugal, con el servicio de Aduana, vigilancia de pasajeros y mercancías, despacho de billetes, almacenes, etc. Aún se mantienen en pie varios de sus edificios, si bien, con los desperfectospropios del abandono y paso del tiempo. Encontranos un vagón de tren y un indicativo conmemorativos de la vía férrea. El tramo de la vía iba desde La Fregeneda en Salamanca a Barca d'Alva en Portugal.
Iniciamos la ruta por la vía con la vista puesta en el primero y más largo de los túneles, el túnel núm 1 denominado La Carretera, con una longitud de 1593 m. Nos introducidos en su interior alumbrados con las linternas que nos proporciona la organización y procurando evitar ruidos, en silencio y enfocando hacia el suelo, nunca hacia arriba donde se hallan colgados los murciélagos (distintas especies). Conviene extremar las precauciones, tanto en los laterales de la vía por donde se canaliza el desagüe del agua, cunetas cubiertas con losetas, como si se transita por el interior de los raíles con las traviesas y cantos (balastro). La oscuridad deja paso a la claridad del ojo del túnel que marca el final.
Atravesado el túnel, mientras caminamos, encontramos el primer puente con el nombre El Pingallo (río). La superficie, solada de listones de madera se muestra resbaladiza, por lo que pasamos despacio.
Comienza a llover, si bien, íbamos
preparados con chubasqueros y paraguas, resulta un incordio.
Más adelante, aparece un segundo túnel, con el nombre de Las
Majadas y 3'32 m de longitud, posiblemente, el más corto de los 20 túneles de la ruta. A la salida nos encontramos que la vía discurre entre trincheras de berrocales.
Aparece a nuestra izquierda un
antiguo chozo de piedras encajadas. Ha dejado de llover y cerramos los paraguas, pero las traviesas están mojadas y resbaladizas.
Alcanzamos el túnel Núm 3 , con el nombre de Morgado y
una longitud de 1400 m. En ésta época se halla abierto, pues en época de cría de los murciélagos está cerrado, por lo que hay que tomar un desvío alternativo. Un panel informativo ilustra sobre las tres especies de murciélagos que tienen su hábitat en el interior: de herradura, ratonero grande y de cueva. A medida que íbamos adentrándonos pudimoscomprobar el manto de guano que cubría el suelo y pisábamos en la travesía.
Pasado el tercer túnel, avanzamos por el camino divisando
parajes espectaculares en los Arribes del río Águeda, donde discurre encajonado y profundo, cuyas aguas, tras las lluvias caídas, se muestran en color café con leche (marrón claro). Las empinadas y elevadas laderas de verde intenso en la cara de Umbría por donde se descuelgan y fluyen impetuosas, por intrincados y angostos valles, las torrenteras bravías. Vuelve a llover y hemos de cruzar el Puente Morgado de 105 m de longitud y 21 m de alto. Tomamos algunas fotos tanto del Puente como del Arroyo, con pequeña, pero bonita cascada.
Más adelante, al otro lado del río Águeda, en la orilla portuguesa, observamos los efectos
en los bancales, o terrazas, (olivos, almendros), arbustos; sin embargo, el manto vegetal herbáceo empieza a recuperarse con las lluvias.
Una pareja de águilas reales vuelan describiendo círculos en las alturas,
sobrevolando por encima de nuestras cabezas, pudiendo apreciar los dos círculos blancos en los extremos de sus alas y una delgada franja transversal blanca en su cola, que sobresalen de su plumaje negro (oscuro) que cubre su cuerpo. Si bien, en la foto no se llega a vislumbrar los detalles, dado que en el momento de la captura se habían alejado.El trazado de la linea ferroviaria discurre a
media ladera, por la margen derecha, paralelo al cauce del río Águeda, que marca la divisoria entre España y Portugal. Y que en este tramo del camino presenta una hendidura muy profunda.Alcanzamos el túnel núm 4, de pequeña longitud, por lo que se divisa la luz del ojo al fondo, no precisa el encendido de las linternas.
Cuando salimos nos espera el Puente
de Poyo Rubio, su longitud es de 113 m y su altura de 22 m, sobre el arroyo del mismo nombre. Miramos por lashendiduras entre los listones de madera al fondo del barranco y suscita cierto vértigo; caminamos lentamente.
En la ladera portuguesa seguimos observando los daños producidos por el incendio forestal, con árboles
quemados en los bancales, donde se intercalan y mezclan los colores predominantes: negro, marrón y verde (con variedad de tonalidades).
Pasamos varios túneles y puentes,
como el número 5 "La Belleza", que horada un precioso Roque.
Cesa la lluvia unos minutos, en la ladera situada a la solana, territorio de España, abunda el acebuche, la retama y las chaparras, entre otras especies vegetales. Ruinas de algunos chozos y cuadras de pastoreo.
Mientras avanzamos, disfrutamos de las bellas vistas de la hondura del valle tapizado de verde vegetal, que contrasta con el color terroso de las turbias aguas del río. Túnel núm 7 "El Pico" , que agujerea la pared berroqueña.Nos cruzamos con el coche de apoyo de la organización (empresa concesionaria de la explotación), que se dirige a auxiliar a un rutero que ha sufrido un esguince de tobillo. Pasamos el túnel 8 "Cega Verde" e instantes después otro puente,
"Puente El Lugar" con 41 m de altura.
Seguimos la marcha y avistamos un nuevo túnel, en esta ocasión,
el número 10 "La Cortina", con una longitud de 78 m. El trazado presenta una amplia curva.
A la derecha divisamos una antigua chimenea industrial en lo alto del roquedo. Un
nuevo túnel aparece delante de nuestros ojos,
pasado el mismo, seguidamente, hemos de cruzar otro puente.
El tramo por el que transitamos encontramos numerosas
chumberas con sus frutos maduros, los higos chumbos, con su color rojo intenso. También van apareciendo tablillascon el punto kilómetro por el que pasábamos. Aún nos falta un tercio del recorrido y se abre paso entre las nubes tímidamente el sol.
Túneles 11 y 12, Cega Viña y Los Llanos, con las linternas encendidas pasamos los túneles. Algunas losetas que cubren las cunetas presentan desperfectos, por lo que transitamos por el centro de la vía, pisando sobre las traviesas de madera.
Los Torrentes, con sus saltos de agua, se abren paso entre los matorrales de la ladera, en caída accidentada en el brazo del río, cuyo caudal se va acrecentando en su avance hacia la desembocadura.
Continúan proliferando las Chumberas con sus abundantes frutos rojos. Cruzamos un nuevo puente sobre sus tablones mojados.
momentáneamente el paraguas y tomo unas fotos del paisaje en un día lluvioso, si bien, lluvia
intermitente.
Encontramos unos servicios 🚾 móviles a la altura de la caseta de un antiguo apeadero de estación, en ruinas.
Transitamos por el estrecho sendero que discurre a uno de los lados de la
vía y permite aumentar ligeramente la velocidad. Un nuevo puente en el camino, su nombre "Puente LOS POYOS", de 135 m de longitud y 39 m de alto.Y llegamos a uno de los parajes paisajísticos más espectaculares, de una belleza deslumbrante y atractiva, los bancales de la ladera portuguesa poblados de viñedos, con alguna parcela intercalada de olivos. Asistimos a uno de los momentos másatractivos del recorrido, unos rayos de luz se cuelan entre las nubes y crean una ambientación ideal para la captura de fotos. Parece sacado de un cuadro impresionista donde se ha plasmado la gama de matices de la combinación de colores
que presentan las vides en otoño en sus distintas alturas: en la parte inferior las aguas turbias de un color marrón terroso, subiendo a media altura el color anaranjado de las hojas otoñales del campo de vides, con las líneas geométricas de la plantación en perfecta simetría, y por último, en las partes más altas de la ladera, los colores rojos vino de las vides.
Toda una sinfonía de colores otoñales para recrearnos con la contemplación del hermoso paisaje. Un deleite para la vista (la belleza del escenario natural) y el oído (los sonidos en el silencio): captar la belleza y sentirla. Tal vez unas imágenes tomadas en el móvil puedan ilustrar todo aquello que contemplamos.
El último tramo, ya sin lluvia, resulta mucho más fácil y ligero, una vez cruzado el Puente "Las
Almas" de 133 m de longitud en el km 76 de la línea ferroviaria. Resaltan los rojos colores de las hojas de las Cornicabras que abundan en el lugar Pasamos también, a continuación el túnel núm 19, y nos aproximamos al final.Túnel núm 20, un indicativo en tablilla nos informa de la salida obligatoria al final del túnel 20. En la boca de salida disamos la desembocadura del río Águeda, que se ensancha, y vierte sus aguas en el río Duero. Salvando su curso de agua se han construido dos puentes uno, el más
antiguo, con bonita estructura en celosía de vigas metálicas, el puente Internacional (185 m
longitud y 22 m altura) de la abandonada linea de ferrocarril de Fuente de San Esteban a
Pocinho, y el otro, el puente Internacional de carretera abierto al tráfico de vehículos, que conecta las localidades de La Fregeneda y Barca d'Alva.
Finalizamos la ruta Camino de Hierro en el
REPORTAJE FOTOGRÁFICO.




































































































































































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