jueves, 29 de julio de 2021


RUTAS POR CANTABRIA I: Playa del Sardinero y Churrón de Borleña.







Tomando como punto de partida su capital Santander, que bien merece una visita por su casco urbano (Catedral e iglesia del Cristo, iglesia de San Francisco, museo de Prehistoria y Arqueología, Centro Botín, palacio de la Magdalena, Paseo Marítimo por la bahía, Palacio del Ayuntamiento, Casa-Palacio de Menéndez Pelayo ...), realizar a primeras horas de la mañana un paseo por la extensa playa del Sardinero y darse un baño con apenas gente resulta muy gratificante. 


Asimismo, hay una ruta que parte de la playa del Sardinero y llega hasta el Cabo Mayor, donde las puestas de sol son un reclamo para los amantes del disfrute de su contemplación, y que bordeando la costa pasa por el Cabo Menor y la playa Mataleñas. También su gastronomía (productos del mar y carnes de vaca tudanca) y tapas son admirables, un placer para degustar. 



La primera de las rutas en la naturaleza cántabra fue El Churrón de Borleña y La Piedrona. Estacionamos el coche en una buena sombra que proporcionaban los altos árboles de ribera junto a la bolera de la aldea de Borleña, desde la fuente del poblado arranca la ruta de aproximadamente 1,5 km. hasta la cascada del Churrón, que discurre a orillas del torrente, primero remontando por la orilla izquierda y tras cruzar por un puente de madera por la derecha según nuestra marcha. Resulta muy amena y refrescante pues discurre prácticamente toda ella bajo un denso dosel arbóreo y pegada al arroyo, al llegar a nuestro destino nuestra sorpresa fue que nos hallábamos solos, por lo que disfrutamos de lo lindo, tanto de las vistas del bello paraje de la cascada de agua, con una vegetación exuberante y tapizada la roca con el verde musgo, que junto al frescor del chorrear de los canalillos hacen las delicias del caminante; por lo que un baño en sus frías aguas resulta muy estimulante ¡qué maravilla!

De vuelta por el mismo recorrido del primer tramo, cruzado el puente de madera, encontramos una tablilla señalizando el desvío que conduce a La Piedrona. 


En su primer tramo, se asciende por un camino hormigonado en zig-zag con un 30% de desnivel, por lo que resulta un tanto fatigoso, si bien a resguardo de las sombras de hayas y robles. En el último tramo, ya desarbolado, donde aparecen los tojos, helechos, brezos y matojos, un sol de justicia incomoda la marcha, que se ralentiza hasta alcanzar la cumbre del monte donde se levanta firme La Piedrona. Las vistas desde lo alto, del valle del Pas, son maravillosas. Sacamos unas fotos del lugar y volvemos por el mismo camino. La distancia hasta La Piedrona es también de  1,5 km.





Si queremos hacer los dos recorridos, es aconsejable realizar primero La Piedrona (evitando a primeras horas el calor sofocante del mes de julio) y seguidamente El Churrón, cuyo recorrido resulta más placentero y refrescante. La ruta, incluyendo ambos recorridos, ida y vuelta, rondará los 6 km., quizás un poco menos, y sin apenas dificultad, referido a que resulta muy transitable. Tiempo aproximado de 2 a 3 horas.















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