viernes, 25 de octubre de 2024

CASTILLO DE MANZANARES EL REAL


CASTILLO DE MANZANARES EL REAL 

El Castillo de Duque del Infantado en Manzanares El Real (Comunidad de Madrid), se levanta en un entorno geográfico estratégico, con la Sierra de Guadarrama al Norte y el río Manzanares al Sur. 


Mandado construir a finales del siglo XV por Don Diego Hurtado de Mendoza, primer Duque del Infantado, hijo del célebre caballero cortesano y poeta Don Iñigo López de Mendoza "El Marqués de Santillana" (autor de conocidas obras como "las Serranillas", "Sonetos" y "Proverbios), quien fuera también primer Conde del Real Señorío de Manzanares.


Fue residencia oficial de la Casa de Los Mendoza hasta su traslado al Palacio del Infantado en Guadalajara, a partir del siglo XVIII quedó en estado de abandono y olvidado, hasta que llegado principios del siglo XX fue totalmente reconstruido: tal como lo vemos hoy día.

Al acercarnos a la puerta principal


de acceso, contemplamos una impresionante vista panorámica del conjunto de la construcción: El primer recinto amurallado, la denominada barbacana, con su puerta de entrada flanqueada por dos torreones defensivos, si bien,

en el pasado,  la edificación se hallaba rodeada de un foso, hoy desaparecido. Seguidamente, tras esa primera barrera, se encuentra el acorazado castillo con sus sólidos muros de granito almenados reforzados en sus esquinas por 4 robustos torreones coronados por sus soberbias y estéticas torres,  tres de ellas de vigilancia de planta circular y la cuarta, denominada del homenaje, de planta octogonal, ornamentadas con bolas isabelinas y estucos de cal. 

Rodeando el perímetro  de la edificación, frente a su fachada meridional, contemplamos la

sección con la decoración más exuberante, con la galería de Juan Guas de estilo gótico isabelino (flamígero) con ventanales y arcadas ornamentadas de filigranas en material de roca caliza, el muro y columnas adornados con los ornatos arquitectónicos de punta de diamante, su alta torre octogonal del homenaje almenada con sus bolas isabelinas, la franja horizontal de matacanes a lo largo de la muralla... 

El cuerpo oriental de la edificación quedó inconcluso, y en la actualidad sin restaurar. Alberga las ruinas del ábside de la iglesia rodeado por la muralla exterior y torreón. 


Por último, en la cara norte, la

primera barrera de la muralla exterior, los sólidos muros del castillo y las altas torres de vigilancia de las esquinas.


En su interior, en la planta semisótano encontramos distintos paneles ilustrativos e interpretativos. En la planta baja se halla el Patio de Armas, de planta cuadrangular, porticado y de dos plantas. Galerías en piedra caliza de estilo gótico tardío, con arcos carpaneles, o rebajados, balaustrada decoradas con rosetones, columnas con

acanaladuras y capiteles con motivos vegetales. En el espacio se hallan los escudos de armas de la casa de Mendoza y de la Vega, de los Álvarez de Toledo (Duques de Alba) y de Fernández de Velasco. También se encuentra la estancia del Zaguán, de sus paredes cuelgan valiosos tapices flamencos. 


En la primera planta se ubican varias salas: Santillana, Infantado, Maea y la Estrada de las 


Damas; esta última alberga una ventana con un maravilloso mirador del embalse de Santillana.



En la segunda planta tenemos la suntuosa Alcoba y el Oratorio. 



Y en la tercera planta, la planta superior, encontramos la exuberante galería de Juan Guas, de bello estilo gótico isabelino, con su arquería de filigranas trilobuladas y columnillas decoradas con punta de diamante. 




Recorremos su adarve con las arpilleras abiertas en las almenas, sus cuatro torres almenadas y ornamentadas con bolas isabelinas en las esquinas, el Cuerpo Oriental inacabado con el ábside de la iglesia en ruinas; y con unas vistas

espectaculares de las cumbres de La Pedriza (Sierra de Guadarrama), destaca en primer término la majestuosa cumbre del Yelmo.



REPORTAJE FOTOGRÁFICO..















































 

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