GALICIA EN ABRIL
La Villa Real de Baiona (Pontevedra) declarada Conjunto histórico y Patrimonio Cultural constituye un reclamo turístico de primer orden. Su ubicación en Las Rías Baixas de la Costa Atlántica le ha forjado su identidad: su vinculación al mar. Tanto su geografía como su historia realzan su interés y atractivo turístico.
La ensenada de Baiona a nivel paisajístico, vista desde el Monte doBoi (Buey), es una maravilla, con el Puerto, la ría, las playas, el Monte Lourdo, el río Miñor (Red Natura), La Playa América de Nigrán, el tómbolo de Monteferro al Norte, con las islas Estelas en primer término y las islas Cíes al fondo...Delimita la bahía por el Sur, el Castillo-Fortaleza de Monterreal coronando el Monte Boi, con el Parador Nacional de Turismo Condes de Gondomar.
El Paseo circular por el perímetro de la Fortaleza amurallada, de más de 2 km permite disfrutar de vistas maravillosas: el azote del oleaje en la Playa da Cuncheira y dos Frades, el Monte Sansón con el monumento de La Virgen de la Roca, el Palacio de los Condes de Gondomar, la Torre del Príncipe, las islas Cíes, la infinitud del océano, las Isla Cíes y Estelas, el saliente del Monteferro, el monumento Santuario dedicado a los Marineros, las playas Barbeira y de la Ribeira, finalizando en el Puerto Deportivo donde se halla una réplica de la Carabela La Pinta, que arribó en esta ciudad tras el descubrimiento de América, capitaneada por Alonso Pinzón. Otro atractivo, aparte del baño en sus playas en los meses de verano, es recorrer las calles del casco histórico, con distintos Palacios y casas señoriales, Conventos, Iglesias o Ermitas, a destacar La Colegiata de Santa María...Y bien merece la pena, degustar sus vinos y pinchos en algunas de sus muchas terrazas.

Después de Baiona, nos dirigimos a La Costa da Morte, al espectacular Edificio integrado en la naturaleza correspondiente al Parador Nacional "Costa da Morte", en Muxia (La Coruña). Se ubica en una ladera costera, con unas bonitas vistas, desde sus terrazas, de la Playa Lourido, de la urbe de Muxia y su faro, del Cabo y Faro "Punta da Barca", la inmensidad del océano Atlántico.
Con el coche, nos acercamos a contemplar el atardecer y la puesta de sol en el Cabo de Finisterre, había una gran expectación por dicho acontecimiento, y la verdad es que no defraudó, una pasada, y tuvimos la suerte de disfrutarlo.
En Santiago de Compostela, nuestra corta y provechosa estancia quedará para el recuerdo.
Pasear, tanto de día como de noche, por sus vetustas calles del casco histórico, es para vivirlo y disfrutarlo, no hay palabras para describir todas esas sensaciones, que permanecerán en el recuerdo: La Catedral y sus Plazas (Obradoiro, Platerías...), Los Palacios (Fonseca, Ayuntamiento, Parador de Turismo Reyes Católicos, Colegio de San Jerónimo, Monasterio de San Martín), los Peregrinos que van y vienen, los músicos y gaiteros, la Tuna alegrando la velada nocturna, los bares y terrazas degustando sus vinos y pescados (me encantó el bar restaurante O Gato Negro).
restaurada, como feliz final.
FOTOS DEL VIAJE POR TIERRAS GALLEGAS.
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