martes, 11 de agosto de 2020

CARDONA (BARCELONA): CASTILLO-FORTALEZA, MONTAÑA DE SAL Y CASCO URBANO

 CASTILLO DE CARDONA Y SUS FAMOSAS MINAS DE SAL

El día 4-8-20 llegamos a Cardona para alojarnos en su maravilloso Castillo Medieval reconvertido en Parador Nacional. Se trata de una impresionante fortaleza moderna, en cuyo interior se encuentra el viejo castillo mandado construir en el siglo IX por el Conde de Barcelona Wifredo El Velloso, de estilo románico y gótico, y la excepcional colegiata de San Vicente (joya del románico lombardo catalán, que fue convento de los Agustinos). 

Sus orígenes se remontan a un torreón circular (reforzada en el siglo XI y denominada La Torre Minyona y su leyenda) de vigilancia en la denominada Marca Hispánica que estableció el Imperio Carolingio para controlar el avance árabe en estos territorios de frontera.

 






Posteriormente, se construyó el Castillo, tal vez la fortaleza medieval más importante de Cataluña, cuya principal función  era defender la posesión de La Montaña de Sal, el oro de la Edad Media, que reportaba grandes beneficios económicos a los Señores Feudales de Cardona (Vizcondes, Condes y Duques). Durante el siglo XV los duques de Cardona fueron la familia más rica e importante de la Corona de Aragón.



Durante la Guerra de Sucesión por la corona Española entre la familia real de los Borbones (Felipe V) y la de los Austrias, resultó un bastión inexpugnable frente al asedio del ejército borbónico de Felipe V, su entrega tuvo lugar tras la rendición de Barcelona (que apoyaron al Archiduque Carlos de Austria). 

La Ciudad de Cardona surgió de la repoblación de las tierras al amparo del Castillo, atraídos sus pobladores por los privilegios otorgados (tierras gratis, exención de impuestos, poder sacar un día en la semana la sal de la montaña...). Entre sus habitantes destacaban los mercaderes, y una parte importante lo formaban la comunidad judía. Se levantó una hermosa iglesia gótica, cuenta con un ábside de gran belleza y una cripta con sus reliquias. Un recorrido por sus calles de trazado medieval en visita guiada bien merece la pena.

Por otro lado, la Montaña de Sal, la que fuera la mayor joya de Cardona, resulta imprescindible.

 

La espectacularidad del frontal salado de la montaña impresiona al acercarnos a la boca de entrada. Después, una vez dentro, los túneles de las galería recubiertos de distintas capas de sal, con distintos y variados pliegues (halita de color blanco, silvina de color anaranjado y la carnillita en color rojizo). Según cuentan, un brazo de mar del océano atlántico quedó aislado por el plegamiento tectónico formando un gran lago, con el tiempo sus aguas se fueron evaporando y sus sales depositando en el fondo formando varias capas, y plegamientos posteriores elevaron el terreno formando la montaña. 


Según avanzamos cuelgan de la bóveda del techo las estalactitas de cristal como los tentáculos colgantes de una lámpara de araña, a semejanza de las dendritas. Sin embargo, lo mejor de la visita estaba por llegar, y en una gran sala, denominada "la Capilla Sixtina", apreciamos en todo su esplendor multitud de estalactitas y estalagmitas, columnas, banderas, pantallas ... 

En la variedad de matices de colores, resalta el blanco inmaculado en el recargado artesonado del laberíntico paraje subterráneo. 

Degustar su gastronomía y licores es un auténtico placer.

Tras dejar Cardona, nos dirigimos a Solsona (Barcelona) que cuenta con una espléndida Catedral y

elegante Puerta de Entrada al casco histórico. Un recorrido por sus calles y plazas resulta interesante.

































 

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