
Cruzamos la finca El Arco, el sol se va despojando del velo y tímidamente va luciendo, dos túneles pasamos y el río Tajo alcanzamos, marchamos por el gigantesco viaducto o Puente Amador con unas vistas de impresión, a lo lejos en las laderas de los cerros se divisan los campos de almendros. Continuamos por la vía verde pedaleando, disfrutando de una mañana templada, hasta que llegamos a la altura de los Molinos de Ciscarros, camino de Belvís de La Jara a los Molinos, detenemos la marcha y nos desviamos a la izquierda, remontando una pequeña cuesta, y a continuación el blanco de la flor se adueña de la retina mientras desfilamos en fila, un camino estrecho alfombrado de pétalos nos agasaja con sus encantos: muretes pétreos a ambos lados, con los almendros florecidos y olorosos aromas. Momento ideal para parar y disfrutar, con la cámara o móvil en mano lo inmortalizamos. Vuelta a casa por la Vía Verde de La Jara, algunas fotos más mientras veía al pelotón circular.
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