VUELTA CICLISTA A ESPAÑA 2017: SUBIDA AL ANGLIRU
En la mañana del día 9 de septiembre de 2017, nos disponemos a viajar en coche desde Oviedo hasta la población de Riosa con la intención de asistir al espectáculo deportivo más atractivo en el ámbito del ciclismo profesional dentro de la Península Ibérica: la subida al Angliru, un puerto de montaña de categoría especial, que en esta ocasión coincide con la etapa reina de la vuelta, también conocido en el argot de los ciclistas como el infierno. Tras dejar estacionado el vehículo, nos dirigimos a pie hasta Riosa, donde el Ayuntamiento había dispuesto unos microbuses para trasladar a parte del público asistente hasta la explanada de Viapará que se halla a mitad de la ascensión; sin embargo, tras una hora de espera, se nos comunicó por parte de la organización que no nos aseguraban plaza en el mismo, dada la larga cola de personas a la espera, por tanto, decidimos abandonar la cola y dirigirnos a pie al alto del Angliru. Atrás dejamos la población de Riosa y enfilamos la carretera que asciende, en principio, suavemente, y que a medida que progresábamos en la subida se iba incrementando la pendiente. Los primeros kilómetros resultaban agradables, con la vista puesta en el verdor del paisaje, con distintos tonos según la vegetación reinante: prados de siega con un verde claro, rodales de bosque en las laderas con un verde mucho más oscuro que contrasta con el anterior, el verde de los manzanos que aportan otro colorido, casas rurales dispersas con su terruño anejo...De vez en cuando, una parada y una foto para recordar lo que nuestros ojos contemplaban, todo ello se acompaña con una charla animada. A su vez, una retahíla de cicloturistas, tanto con bicis de carretera como mtb, se dirigían al alto con pedaleo firme y denotando ganas, ilusión, disfrute; es decir, con aire festivo. No faltaban los grupos de caminantes, que acarreando sus neveras y viandas, iban derrochando bienestar, alegría, buen rollo, que contagiaban a los demás y caldeaban el ambiente; así, no faltaba un señor que equipado con sus botes y útiles de pintura iba decorando la carretera con variopintas pintadas, que hacían mención a la carrera y a los ciclistas participantes. El día amenazaba lluvia, y así fue, en un abrir y cerrar de ojos aparecieron raudas las nubes y nos cayó un fuerte chaparrón, gracias a que íbamos equipados para la ocasión y al poco escampó. Al cabo de dos horas, aproximadamente, alcanzamos la explanada de Viapará, donde la organización había establecido un área recreativa con carpa incluida, cuya estructura yacía esparcida por los suelos derribada por el viento. A partir de este punto intermedio, la gente se va posicionando a ambos lados de la carretera para el momento culminante del paso de la carrera, por cierto, penúltima etapa y la reina, un hito en el mundo del ciclismo, y que se ha convertido en un poderoso reclamo para los aficionados a este deporte -aquí se dan cita y encontramos a personas venidas de todos los lugares, tanto nacionales como extranjeros, enarbolando sus respectivas banderas: española, ikurriña, catalana, andaluza, extremeña, asturiana, colombiana, irlandesa, británica, francesa, uruguaya...Por cierto, también desplegamos la nuestra de "LA CABRA TIRA PAL MONTE" y nos colocamos la camiseta del club MTB VELADA, del que hacemos gala, incluidas nuestras mujeres que nos acompañan en el evento. Continuamos ascendiendo hasta alcanzar la célebre rampa de Les Cabanes, con un desnivel del 21%, de obligada parada para fotografiarnos junto al panel (empieza el infierno); tras lo cual, seguimos camino, las fuerzas de algunos/as van flaqueando y nos vamos separando, cada cual con su pareja, el cansancio es la consecuencia. De nuevo vuelve a llover, son cerca de las tres, decidimos que conviene ya parar, dar descanso a la mente y al cuerpo ingiriendo alimento; alguno/a de los integrantes del grupo (somos ocho) ya no puede más, y pese a los ánimos del más avezado en su afán de alcanzar La Cueña Les Cabres con su célebre "un kilómetro más", la respuesta de mi compañera no se hizo esperar: ya es la tercera vez que dices un kilómetro más y me empiezo a enfadar... no hay marcha atrás, elegimos el lugar y el momento para plantarnos con el equipamiento, a unos 4 km. del final de la etapa, hacia el km 10 de la subida aproximadamente, muy cerca de la rampa conocida como La CUEÑA LES CABRES, el tramo más duro de la subida con un porcentaje del 23%; pero, a la altura de una cerrada curva muy empinada, donde el olor a embrague quemado era notorio e intenso. Mientras tanto, llega la pareja de rezagados, El Maca despliega la bandera y las mujeres la sujetan (captada en tve), ya sólo queda esperar, unas dos horas según nos informan; por lo que dos de los integrantes deciden seguir adelante hasta llegar a la rampa mortal para la hazaña coronar y poder fotografiar, después se dejaron caer para situarse en la pancarta del Km 3 a meta para ser captados por la tve -hecho que ocurrió y se les puede ver -. Entre tanto, el cielo se encapota de nubes y vuelve a jarrear, en esta ocasión una buena tromba de agua nos cae encima, y desciende por la pendiente, carretera abajo a todo trapo, inunda el firme y salva en algunas zonas el perfil térreo de la cuneta, nos protegemos como podemos, bajo el paraguas y con el chubasquero, la temperatura experimenta un descenso, notamos que pese al chubasquero algo nos hemos calado, y nos movemos arriba-abajo para no enfriarnos. Pasado un cierto tiempo, vuelve a clarear y las nubes se van, vuelve a lucir el sol y el firme de la carretera recobra el buen estado, prácticamente se ha secado, por lo que las condiciones son propicias para la subida. El Maca ha hecho amigos, y le dan a probar el buen vino, son con ricas viandas caseras de su tierra. Pasadas las cinco de la tarde, estando en vela, se empieza a escuchar el alborozo de los espectadores que se hallan unos kilómetros más abajo, lo que nos alerta de que ya están muy cerca; por fin, en el fondo de la recta, aparecen los motoristas abriendo la carrera, hay quien comenta que se trata de Contador, que viene escapado y ha abierto brecha, se está aproximando y ya le divisamos, la gente agolpada en los laterales le jalea; empiezo a grabar con el móvil al líder de la carrera, eufórico y lleno de entusiasmo exclamo mientras grabo: "valiente, valiente, valiente..." "venga Alberto, venga valiente..." Se le ve muy entregado y que rueda con cadencia, va bastante destacado respecto al grupo perseguidor, compuesto por tres o cuatro, más tarde aparece Chris Froome bien arropado, también les grabo...La curva cerrada en la que estamos tiene un fuerte desnivel y los corredores se tienen que abrir para afrontarla, a los coches y motos que les acompañan les cuesta; van pasando corredores y más corredores, los espectadores aplauden, vitorean, jalean...¡qué gran espectáculo! ¡Es la etapa reina! Cuando giran en la curva los corredores miran a lo alto, no pueden evitarlo (van reventados), para ver que lo más duro aún les queda. También nosotros miramos a LA CUEÑA LES CABRES en lo más alto de la ladera, petado de gente, está a rebosar, cuanta gente allí se concentra; mientras tanto, uno del pelotón nos deleita en plena ascensión con un brillante "caballito" y un montón de aplausos se lleva, otro gesticula con la mano demandando más aplausos y el público se vuelca, les anima, les jalea. Nos enteramos que Contador ha ganado, su segundo Angliru, toda una proeza; sin embargo, en la general queda el cuarto, del podio muy cerca, pero eso no le resta grandeza, porque ha peleado, ha dado espectáculo y con él hemos vibrado, una jornada inolvidable, espectacular, intensa...Más de cien mil personas, según nos cuentan, han asistido al maravilloso espectáculo y nosotros, los ocho, hemos disfrutado. ¡Hasta la próxima! ¡Bravo por los ciclistas, EL ANGLIRU y la vuelta!