En el casco urbano de Torla, parte de la misma carretera un sendero pedregoso, con escalones en ciertos tramos para salvar la pendiente de bajada hasta el cauce del río Ara, que cruzamos por el puente de la Glera. Después giramos a la izquierda por una pista paralela a la margen izquierda que remonta el río, por lo que la vegetación es la típica de un bosque de ribera de montaña: sauces, álamos, abedules, avellanos, zarzas, escaramujos, majuelos, fresnos, boj etc. También nos acompañan los pajarillos cantores, como el carbonero y el herrerillo, asimismo, el gorrión moruno también abunda por los alrededores. Tras recorrer aproximadamente un kilómetro por la citada pista, con la vista puesta en las verdes praderas de las parcelas adyacentes, nos encontramos con la señalización que andábamos buscando, a Ordesa por el Turieto Alto, punto en el que abandonamos la pista para incorporarnos a un sendero de pronunciada subida que transita a media ladera del valle fluvial del río Arazas, por el espléndido bosque hayedo-abetal del Parque Nacional de Ordesa. Requiere cierto esfuerzo el kilómetro y medio de ascensión, pero al alcance incluso de los más pequeños, ayuda a paliar el sofocón el sombraje que nos proporciona la fronda del denso arbolado.
Al alzar la vista contemplamos la magnitud de las alturas de los árboles, cuyas copas dirigen el foco de la perspectiva hacia un punto de convergencia, por donde se abre un hueco con claro de luz. En los troncos de los árboles viejos que aún quedan en pie, se observan los numerosos agujeros realizados por los pájaros carpinteros, maestros del taladro que ejecuta su pico para sus nidos. En el último tramo del sendero, el perfil del trazado va bajando hasta descender hasta la orilla del río, donde encontramos la placa conmemorativa dedicada a Luciano Briet, divulgador de la excelencias del Valle de Ordesa, y un poco más adelante se halla La Pradera de Ordesa.
Al alzar la vista contemplamos la magnitud de las alturas de los árboles, cuyas copas dirigen el foco de la perspectiva hacia un punto de convergencia, por donde se abre un hueco con claro de luz. En los troncos de los árboles viejos que aún quedan en pie, se observan los numerosos agujeros realizados por los pájaros carpinteros, maestros del taladro que ejecuta su pico para sus nidos. En el último tramo del sendero, el perfil del trazado va bajando hasta descender hasta la orilla del río, donde encontramos la placa conmemorativa dedicada a Luciano Briet, divulgador de la excelencias del Valle de Ordesa, y un poco más adelante se halla La Pradera de Ordesa.
Emprendemos el retorno por la Senda del Turieto Bajo, bien señalizada con los puntos de interés paisajístico, que están asociados al fluir de las aguas del río Araza, que recorreremos siguiendo la margen izquierda del curso del río, con varias paradas en los distintos miradores con los que cuenta, todos ellos maravillosos, tanto por el color de sus aguas azulonas, un azul turquesa deslumbrante, como por sus pozas, toboganes y cascadas: Abetos, Tamborrotera y Molinieto. La sin par belleza de los parajes es captada por nuestras cámaras.
Finalizado el sendero, accedemos a la pista que discurre paralela al río Ara, cruzamos de vuelta nuevamente el puentede la Glera, subimos la rampa escalonada, con muchas piedras sueltas, y llegamos al casco urbano de Torla.
RUTA: CIRCULAR// TIEMPO: 5 HORAS// DIFICULTAD: FÁCIL Y CÓMODA// INTERÉS: PAISAJÍSTICO FLUVIAL DE MONTAÑA (BOSQUE HAYEDO-ABETAL Y CASCADAS)
No hay comentarios:
Publicar un comentario