lunes, 11 de septiembre de 2023


 VIAJAMOS  JUNTOS  HASTA  ITALIA

Lo teníamos preparado y organizado desde hacía varios meses, con el itinerario en auto, lugares y monumentos a visitar. 

Y llegó el día, madrugón, los dos coches RAV 4 Hybrid listos con cuatro pasajeros cada uno, el maletero repleto con maletas, bolsones, botellas de agua y neveras, donde no pueden faltar las viandas de ibéricos, quesos, tomates y "muchas latas de cerveza".


Nos ponemos en marcha, vamos juntos hasta Italia, con parada en Francia. Circulamos por la A-V, los conductores en activo y los viajeros dormidos, seguidamente nos incorporamos a la A-2 camino de La Junquera, con parada en la Estación de Servicio del km. 112 para el desayuno. Pasada la ciudad de Zaragoza en la AP-2 (libre de peajes) realizamos una segunda parada para el "bocadillo", donde sacamos las fiambres y embutidos ibéricos que acompañamos con unas cervezas frescas, colocados sobre una mesa de piedra. Charlamos, reímos, recogemos y nos vamos.

Cruzamos la frontera por La Junquera y entramos en territorio francés. Un pequeño despiste, el gps del auto del Maestre nos la ha liado y nos desviamos,  sin posibilidad de marcha atrás, ¡gritos de cuidado nos empotramos! una barrera cortada e inutilizada, y nos colamos, por error, dentro del control fronterizo de la Gendarmerie nationale. Un tanto perplejos y asustados, buscamos cómo salir del embrollo sin que nos dieran el alto; la media vuelta para incorporarnos de nuevo a la autovía no era posible, ¡vaya lío! y ahora Qué podemos hacer! La única solución, un tanto arriesgada, pasar por delante de las narices de los gendarmes en zona restringida al tráfico; nos armamos de valor y adelante, sin novedad circulando de frente e incorporación por un ramal a la autovía: ¡Buff, estamos salvados! ¡Qué mal rato! ¡De la que nos hemos librado! Respiramos. 

Circulamos por la Autopista francesa, tomamos contacto con los pasajeros del otro auto, y a la altura de Perpiñán realizamos una nueva parada para comer y descansar; mientras tomábamos las viandas contamos animadamente lo sucedido en el paso de la frontera. Tras lo cual, "carretera y manta", vuelta a la Autopista y a cada paso (son muchos en Francia, somos afortunados en España) control de Peaje, colocar tarjeta y adelante. Se va echando la noche y aún quedan unos kilómetros, nos vamos aproximando a la ciudad de Grenoble donde se ubica el hotel y  la oscuridad de la carretera apenas nos deja ver, momentos complicados, pero por fin al hotel Ibis llegamos, lo hemos logrado y, después, tras acomodarnos en las habitaciones, lo celebramos: cervecitas frescas, jamón y queso, frutas del tiempo y todos contentos, ¡A dormir! Que mañana muy pronto hemos de salir.


Al día siguiente, segundo día, madrugamos, desayunamos y marchamos; ahora rumbo a la frontera franco-italiana de Los Alpes, atravesando tierras de La Saboya Francesa, admirando el verdor de sus paisajes. Alcanzamos el espectacular túnel de Fréjus de 12.895 m, una gran obra de la ingeniería, y nos adentramos en territorio italiano, por un bonito valle entre altas montañas en dirección Turín, tomamos la autopista que cruza el norte de Italia, pasamos cerca de Milán, del circuito de Monza, y nos desviamos por la carretera que se dirige al famoso Lago Como. Cruzamos el Puente sobre el río Adda que da acceso a la veraniega localidad de Lecco, en la orilla derecha del lago, y dejamos a la izquierda de nuestra marcha la glamurosa ciudad de Como que destaca por las villas y palacios de la "jet set" (George Clooney). 


Circulamos por una estrecha carretera que va bordeando la orilla del lago, denominada "la Costa Dorada", con las mejores condiciones climáticas y una vista panorámica de Lago maravillosa. 



Alcanzamos la localidad de Varenna , donde tras estacionar los coches y sacar las neveras con las viandas, nos dispusimos a almorzar en un pequeño parque mientras contemplábamos casi en primera línea la grandiosidad del Lago Como, con sus románticas villas (Villa Monastero), hermosos palacios (convertidos, en su mayoría, en lujosos hoteles), pueblecitos en sus orillas, rodeado de verdes montañas,   barquitos, motoras y yates que navegan, otros amarrados en el pequeño puerto
... 



Sin palabras, atónitos por lo que veían nuestros ojos, una imagen plena de belleza que quedará en el recuerdo.



Después, unos tomaron café en una terraza con buenas vistas para el disfrute; mientras otros, nos dirigimos al célebre "Paseo de los Enamorati", que discurre por una pasarela sobre el agua del lago, ornamentada con un dosel de vegetación, flores, arcos, corazones, barandilla, balcones con mirador...  



Paseamos plácidamente tomando un montón de fotos de este lugar tan atractivo (resulta una atracción turística de las más relevantes de la localidad, junto a las escalinatas de sus estrechas y empinadas


callejuelas que bajan al lago, las villas y palacios, sus playitas...



Reanudamos la ruta con rumbo a la "comune" de Bormio, en la provincia de Sondrio, región de Lombardía y Alpes Italianos. Circulamos por la carretera nacional SS-38 por el valle del río Adda remontando las alturas hasta alcanzar la población, que se sitúa en la cima del valle de Valtellina a 1.225 m de altitud, atravesada por el río Adda que nace en una de las cumbres de los alrededores. 


La urbe ha sido sede de dos Campeonatos Mundiales de Esquí, se encuentra rodeada de altas montañas, cuenta con numerosos hoteles y restaurantes, nosotros nos alojamos en un bonito hotel con maravillosas vistas a las pistas de esquí, sede de dos Campeonatos Mundiales de Esquí. 


Su economía se basa en el turismo (pistas de esquí invernales, rutas de ciclismo y senderismo, actividades recreativas para el ocio veraniego con agradables temperaturas... 



En la zona se halla El Parque Nacional de Stelvio y la carretera SS 38 atraviesa la ciudad, convirtiéndose en el origen de la prestigiosa ruta ciclista del Passo dello Stelvio (comúnmente conocida como "la subida al Stelvio"), con sus famosos "tornantis" (38 curvas cerradas, las típicas "zetas", de 180º) y vistas increíbles, muy apreciada por motoristas y ciclistas. 


Al otro lado del Passo (Puerto) se encuentra la comune (localidad) de Stelvio, en la provincia de Bolzano (región Trentino Alto Adigio en el Tirol Sur Italiano) y en su honor lleva ese nombre. 



El término municipal y su valle de Valtellina cuenta con 4 pasos montañosos: El Paso del Stelvio al val de Venosta (Tirol Sur Italiano y en el pasado del Imperio Austro-Húngaro, altitud 2758 m) realizado en mtb y auto, El Paso Umbrail al Val Mostair en Suiza (2.501 m), Paso Foscagno al Val de Livigno (2.291m) y el Paso de Gavia ( 2.621 m) al Ponte di Legno, realizado en auto. Por tanto, resulta un lugar ideal para la práctica de diferentes deportes.


Al día siguiente, tercer día, permanecimos en Bormio y realizamos la subida al Stelvio, una auténtica gozada, tanto para el tridente MTB-VELADA como para el equipo de apoyo, paisajes espectaculares y emoción a raudales. 





Después de la ruta, por la tarde, nos acercamos en coche al Paso de Gavia (2.621), también ascensión típica del Giro Italiano. Aquí se halla una estatua de Fausto Coppi, gran escalador italiano, y en su honor la cima más alta de la vuelta ciclista recibe ese nombre "la Cima Coppi". Desde el lugar se divisan dos glaciares impresionantes. 




Y por la noche, paseamos por la bella ciudad de alta montaña y cenamos en uno de sus muchos restaurantes.



El cuarto día, abandonamos Bormio para dirigirnos a la romántica ciudad de Verona, cuna de la exitosa tragedia de Willian Sakespeare "Romeo y Julieta" ambientada en esta ciudad italiana. En la ruta decidimos pasarnos y hacer una parada en el conocido  Puerto del "Mortirolo, que comunica el Val de Valtellina y el Val de Camonica. La carretera es estrecha y muy empinada, un tanto complicada para el tráfico a la hora de cruzarte con otro coche, y unos 12 km. con una pendiente media superior al 10% y rampas que llegan hasta el 18%. 
La ascensión a la cima del Mortirolo, de 1852 m de altitud, se considera un mito en el deporte del ciclismo. La vista panorámica del entorno es una maravilla, especialmente del fondo del valle en tonos verdes, también de las cumbres y laderas arboladas. Mención especial para el monumento conmemorativo del Alto del Mortirolo, donde nos hicimos las fotos de grupo y alguna individual con bicis de carretera (de las utilizadas por profesionales) prestadas para la ocasión. Una grata experiencia, mereció la pena.

De camino a Verona, bordeamos el Lago Iseo, que es el cuarto lago más grande de Lombardía con una longitud de 25 km. Como viene siendo habitual, nos detuvimos unos minutos para contemplar la belleza de sus aguas, las islitas que se hallan en medio, los pueblecitos ribereños... Salimos a la autopista y de nuevo toca sacar tike , y a la salida de Verona el pago correspondiente.


Tras acomodarnos en el hotel y descargar los bártulos, nos acercamos a comer a un restaurante que nos aconsejaron. Resultó un acierto total, una pasta italiana deliciosa y una fritura de pescado excelente. Seguidamente, unos nos acercamos a visitar la joya arquitectónica de la Iglesia de San Zenón, otros optaron por degustar en distinto local un chupito de Grappa (raquítico y carísimo según cuentan) y el resto se marcharon al hotel a descansar.

Por la tarde-noche, con unas temperaturas veraniegas altas y humedad altísima sudamos de lo lindo, visitamos la hermosa ciudad de Verona en la región del Véneto, patrimonio de la Unesco. 

Cuenta con un casco antiguo medieval a orillas del río Adigio, destaca el Puente y Fortaleza de Castelvecchio, con maravillosas vistas al

atardecer con el sol de poniente, merecedor de unas cuantas fotos. Nos detuvimos en la muy concurrida Piazza Brà, con bellos Palacios a su alrededor, artística Puerta de Entrada, estatua de Victor Manuel II (rey italiano, unificador del país) y el imponente Anfiteatro romano "Arena de Verona" (donde tenía lugar un espectáculo musical de Ópera).

También la Piazza delle Erbe, típica plaza medieval italiana, es una atracción turística de primer orden, ubicada en el corazón del centro histórico de la ciudad, rodeada de imponentes edificios de época, con numerosos puestos y pequeños quioscos de productos típicos veroneses. 


Destacan el Palacio Maffei y la alta Torre dei Lamberti, torre de ladrillo, con su vistoso reloj, columnillas de los vanos y coronada por una linterna ornamental.




Al lado, se ubica la Piazza Dante, con una escultura dedicada al escritor Dante Alighieri, autor de "La Divina Comedia", que vivió en la ciudad de Verona durante algunos años. Rodeada de artísticos edificios.

En lo alrededores, se encuentra la famosa Casa di Giulietta, con el imaginario balcón romántico de Romeo y Julieta, muy visitado por los turistas. La obra literaria "Romeo y Julieta", tragedia romántica del dramaturgo inglés Willian Shadespeare, está ambientada en la ciudad de Verona; pero no hay certeza, ni constancia de que la ficción tenga visos de realidad, puesto que no está acreditado históricamente; según parece, esta casa responde a un palacio del siglo XIII que perteneció a la familia "Dal Capello" y que la leyenda popular alimentó la fábula de que era la casa de la familia "Capuletti", donde vivió Julieta. 


Detrás de las rejas de la Puerta principal podemos avistar el muro de la casa ornamentado con vegetación y el icónico balcón donde tenían lugar los encuentros, según la obra literaria, de los enamorados Romeo y Julieta, con trágico final. Esta relación amorosa, impregnada de romanticismo y dramatismo, ha pasado a la historia como arquetipo de un amor imposible, como la historia de amor más romántica.

Otros monumentos destacados son el Duomo (Catedral), La Puerta e Iglesia de San Giorgio, Iglesia de Santo Stefano, el Teatro Romano y el Castel San Pietro.


El quinto día, por la conocida autopista del norte, nos dirigimos a la fastuosa ciudad de "Venezia".  A media mañana, llegamos al Parking de la Isola del Tronchetto, donde estacionamos los vehículos y cogimos las maletas para embarcar en el "Vaporetto" que nos llevaría hasta la parada en Piazza Roma, aquí hicimos transbordo a otro Vaporetto que nos dejará en Cà D´Oro, cerca del hotel. 

El paseo en vaporetto por el Gran Canal de Venecia resultó muy emocionante: palacio tras palacio, puentes (los más conocidos: El Puente de Calatrava y el Puente de Rialto), torres y cúpulas de iglesias, góndolas con turistas surcando el canal, embarcaderos, floreadas terrazas en las orillas, lujosos hoteles, museos... 

Recorrimos las calles repletas de turistas empujando las maletas hasta alojarnos en el hotel, el recorrido fue un tanto rocambolesco, y con mucho calor (temperaturas altas, alrededor de 31º,  y alta humedad, en consecuencia, nuestra estancia en Venecia: "sudar y sudar"), hasta que por fin dimos con la puerta 😅. 


Por la tarde, visitamos la opulenta Iglesia de los Jesuitas "Santa María Assunta Detta", de estilo barroco y revestida de mármol, con frescos y cuadros de grandes artistas. 



Recorrimos las callejuelas con edificios de hermosas fachadas, los coquetos puentes sobre los canales bajo los que transitaban los gondoleros paleando,  sus placitas con atrayentes terrazas... hasta encontrarnos en medio de la Gran Plaza de San Marcos, un auténtico icono, junto a canales y góndolas, de la ciudad de Venecia (Venezia). 



La Plaza de planta rectangular, de grandes dimensiones, se encuentra rodeada de bellísimos edificios de época porticados, y al frente la fastuosa portada de la fachada Oeste de la imponente Basílica de San Marcos con sus arcos labrados coronados por glabetes-capiteles y tímpanos decorados, toda una maravilla de la arquitectura religiosa de estilo Románico-bizantino y gótico (s. XI-XIII). 



En la plaza se alza excelso, apuntando hacia el cielo, el esbelto y altísimo "Campanile", su cuerpo principal es de ladrillo sobre el que se levanta el campanario blanco con arcos y varias campanas. Fue reconstruido en 1912.


En la Plaza podemos encontrar varias terrazas y algunas de las más prestigiosas cafeterías, como el glamuroso "Café Florian", frecuentado por personalidades destacadas y famosos, así como escenario de varias películas. Se trata de una cafetería del siglo XVIII y había que probar, aunque pudiera resultar el café más caro que jamás hubiéramos tomado, así que tomamos asiento en el lujoso interior, con una artística decoración a base de cuadros y paredes pintadas, y refinado mobiliario de época... El Servicio y el café muy "selectos". 


También, probamos en una terraza frente al Palacio Ducal (S.X-XI), con unas vistas impagables de la bellísima fachada del palacio, mejor obra de arquitectura del gótico veneciano, que fue residencia del "dux" y magistrados de la República Veneciana. Y, por cierto, resultó la cuenta "impagable", que se lo pregunten a nuestro amigo Jesús, de quien fue la ocurrencia, ¡vaya sablazo que nos dio el morenito cuanto nos llevó el ticket! ¡Bien que lo recuerda y aún le escuece! Asimismo, desde la terraza se tienen buenas vistas de otro de los símbolos de la ciudad, las dos Columnas con los Santos de la Ciudad: la estatua del león alado que representa a San Marcos y la estatua de San Teodoro pisando al dragón. 



En la Plaza San Marcos se halla también la Torre de L´Orológio con el famoso reloj de San Marcos (león alado), en su esfera se hallan representados los doce signos del zodiaco, un bello ejemplar de la arquitectura del Renacimiento italiano (S. XV), coronada con dos esculturas de los "Mori" con el mazo a ambos lados de la campana.


En las proximidades a la Plaza San Marcos, se encuentra el célebre Puente de Los Suspiros, muy fotografiado por los turistas, que une el Palacio Ducal con la antigua Prisión, sobre el Canal Di Palazzo, bajo el que transitan las vistosas Góndolas con el Gondolero y la pareja de enamorados. 

A media tarde, tomamos el Vaporetto que nos lleva a la Isla "Lido di Venezia", de forma alargada, que posee una larguísima playa poblada de sus típicas casetas de baño, donde se han rodado escenas de conocidas películas: "Muerte en Venecia" y "La Belle Èpoque". Frente a la playa se halla el edificio que alberga el certamen cinematográfico

de "La Mostra de Venecia", donde se entregan los Premios " El León de Oro" a directores y actores, y donde acuden muchas celebridades del mundo del cine. 



Al lado, se ubica el grandioso y glamuroso Hotel "Excelsior Venice Lido", donde se alojan los asistentes a La Mostra; y al que suelen llegar por mar en lujosos "taxis acuáticos" y "lanchas rápidas" de película.


Por la noche, nos acercamos al barrio del Rialto Market (Mercado) para tomar unas copas en alguna de las terrazas en las que se dan cita los jóvenes, como el popular "Aperol Spritz".
 


El sexto día, lo dedicamos a visitar distintos monumentos y edificios de interés moviéndonos en los típicos Vaporettos. En primer lugar, entrada a La Basílica-Catedral de San Marcos, su interior es una auténtica joya de la arquitectura bizantina, con los muros revestidos de mármoles y mosaicos de teselas doradas vitrificadas (S. XI, estilo Románico-bizantino y gótico), que dan un aspecto de suntuosidad y
ostentación. 


En la parte trasera del Altar Mayor se encuentra una espléndida obra de arte de la orfebrería bizantina confecciona con esmaltes engarzados en monturas de oro y plata, y adornados con piedras preciosas: la "Pala d´Oro" (retablo de oro). 


En el Museo de la Catedral se puede contemplar otra de sus joyas más sobresalientes, se trata del grupo escultórico "Los Caballos del hipódromo de Estambul" (cuádriga formada por cuatro esculturas de caballos realizadas en cobre traídas de Estambul).

Otro de los atractivos de la visita al museo de la Catedral es la salida a su terraza, que ofrece unas vistas maravillosas de la porticada Plaza de San Marcos, con sus fabulosos edificios de época, el Campanile, las Columnas, el Palacio Ducal, la Torre dell´Orologio (reloj con los signos del Zodiaco), los Canales, el mar Adriático en la lejanía.

Además, resulta interesante la visita al Campanile, un tanto singular, dado que se halla separado de la Basílica. Su construcción data de los siglos IX a XII, pero fue reconstruido en 1912 tras la destrucción ocurrida en 1902. Tiene una gran altura, pues se acerca a los casi 100 m, es de planta cuadrada en ladrillo sobre la que se levanta el campanario blanco rodeado de ventanas, que alberga 5 campanas; y se

halla coronado por un aguijón piramidal. 

Las vista panorámica de la ciudad, desde lo alto del campanario, al que se sube en ascensor, resulta impresionante, y merece la pena.



Después, paseo por las calles y plazas más típicas,  visitas a tiendas con productos y objetos típicos venecianos (pasta, bebida, camisetas, máscaras de carnaval...) y, lo que no puede faltar, como en otras ocasiones, la visita al bar para tomar un refrigerio: cervecitas frescas, vinos blancos de la zona, o Splitz.


Y por la noche, para poner el punto final, cena en nuestro hotel y fiesta nocturna, con las viandas veleñas y los buenos vinos españoles; y acompañamiento de "cantatas" en las voces del quinteto "Los Tenores de San Andrés" y danzas "Tentempiés" (je, je, 😂je, en equilibrio inestable).



El séptimo día, inicio del retorno: Vaporetto por el Gran Canal hasta el Parking del Tronchetto, disfrutando durante el recorrido del bellísimo paisaje urbano que nos ofrece la ciudad en las primeras horas de la mañana de un día soleado, 


y salida de la Isla de Venezia a coger la Autopista del Norte de Italia en dirección a Turín, con intención de visitar la ciudad de Montecarlo (Mónaco). 



Llegamos a la ciudad glamurosa y elitista de Montecarlo a mediodía, y lo primero que hicimos fue realizar y circular con nuestros coches por el circuito del Fórmula 1 del Gran Prix de Mónaco; Plaza del Casino (unos coches impresionantes y unos modelitos propios de la "jet-set"), Curva Loews Fairmont Hairpin de F1(la curva más glamurosa de la F1), Tunnel Larvotto, Avenida de las Tribunas Monaco Gran Prix y Parking du Chemin des Pêcheurs. 



Estacionados los vehículos, dimos un paseo por la parte alta de la ciudad, en el Centro Histórico de Montecarlo, desde el Museo Oceanográfico hasta la Plaza del Palacio, donde se encuentra El Palacio de los Príncipes de Mónaco.


En la plaza, desde la parte donde se sitúa la estatua de la "Apotheosa Mónaca" y el Castillo-Palacio de los Príncipes, desde "Monaco Palais Belvédère" se tiene una vista panorámica espectacular tanto del Puerto (con lujosos yates, cruceros, veleros, lanchas...), como del circuito urbano de Fórmula 1 del Gran Premio de Mónaco.


La Catedral de San Nicolás, de nueva construcción, data del S. XIX, en su interior se hallan las tumbas de la familia real "Los Grimaldi" ; entre ellas, las del Príncipe Rainiero y la Princesa Grace Kelly. Al lado de la Catedral, el Palacio de Justicia, con una preciosa fachada y escalinata, considerado edificio de interés histórico.


Paseamos también, por los bellos jardines de Saint-Martin, donde se encuentra una estatua de la Princesa Grace.

Después de la corta visita al Casco Viejo, subimos al auto y pusimos 


rumbo a la ciudad medieval francesa de Aviñón, donde llegamos sobre las 8 de la tarde. Tras llegar al hotel, y después de acomodarnos, fuimos a visitar, ya de noche, el histórico Puente de Aviñón, recordando aquella famosa canción infantil que aprendimos cuando estudiábamos francés en el Colegio: "Sur le Pont d´Avignon"... 

Del citado Puente, "Pont St-Bénèzet", sobre el río Ródano, construido en la Edad Media sobre los restos de uno anterior romano, sólo queda en pie una pequeña parte del mismo, únicamente  cuatro arcos y una pequeña capilla románica denominada de San Bénézet y dedicada a San Nicolás. Tras la sucesión de varios derrumbes ocurridos en las crecidas del Ródano, se desistió finalmente de llevar a cabo su reconstrucción. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad.



La ciudad de Aviñón se encuentra rodeada de una sólida muralla, con sus puertas y torres correspondientes.


También forma parte del Patrimonio de la Humanidad, el grandioso


Palacio Papal de Aviñón, edificio gótico con una fachada espectacular, una auténtica fortaleza, residencia de los Papas durante una etapa de la Edad Media, durante la cual tuvo lugar el denominado cisma papal (Dos Papas y dos Sedes: Roma y Aviñón). El Papa Benedicto XIII, conocido como El Papa Luna, fue declarado antipapa, siendo asediado el Palacio; pero consiguió huir  y refugiarse en el Castillo-Palacio de Peñíscola, sin renunciar a su legitimidad (su lucha tenaz en su negativa a renunciar al cargo dio lugar a la popular frase de "mantenerse en sus trece").

El octavo y último día, a primeras horas de la mañana, abandonamos la ciudad francesa de Aviñón y continuamos con la ruta de retorno a nuestras casas en tierras de Hispania, rumbo a Talavera y Velada. Cruzada la frontera de La Junquera, de regreso a casa, realizamos las pertinentes paradas, recordando distintos pasajes de la aventura, con la  emotiva despedida incluida: Aventura con ¡FINAL FELIZ! 👍 

REPORTAJE FOTOGRÁFICO.




































































































































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