miércoles, 8 de marzo de 2023


 ÁVILA: SUS MURALLAS , IGLESIAS, PALACIOS Y LA CARNE AVILEÑA

La ciudad de Ávila es conocida mundialmente por sus impresionantes murallas medievales, Patrimonio de la Humanidad junto con su casco histórico, tiene el honor, dicho bien, ser el recinto amurallado urbano mejor conservado del mundo, de gran extensión perimetral (tiene un perímetro de 2.516 m, 87 torreones, 9 puertas y 2.500 merlones).


Resulta, para el viajero, un auténtico placer pasear, tanto por las alturas, es decir, por el adarve como centinelas del pasado realizando la ronda de vigilancia, como por los bajos, a los pies de los recios muros de granito contemplando los numerosos paneles ilustrativos. 

El origen de la ciudad, según informaciones, se remonta a la edad antigua, con la conquista y asentamiento de los soldados romanos, en el siglo II a. C., levantando un campamento militar, posible comienzo del recinto amurallado, si bien el que vemos en la actualidad es de la Edad Media. La comarca estaba poblada por el pueblo prerromano de los vettones, que dejaron su huella en restos arqueológicos

encontrados como castros, utensilios o útiles de la vida cotidiana, y especialmente, en los famosos "Verracos", esculturas zoomorfas graníticas de toros y  cerdos, que podemos ver en distintos lugares de la ciudad. Más información a este respecto, podemos encontrarla visitando el Museo Vettón ubicado en El Torreón de los Los Guzmanes, del XVI, monumento civil de carácter defensivo de gran belleza. Asimismo, en el Museo de la Iglesia Santo Tomé El Viejo (elementos artísticos de vettones, romanos, árabes y cristianos).



En el recinto amurallado, sobresalen por su grandeza, La Puerta del Alcázar  y La Puerta de San
Vicente.



Adosada a la muralla, se encuentra la oficina para sacar los tikets si se desea pasear por el Adarve, resulta un paseo muy placentero.



En las proximidades de La Puerta de San Vicente, fuera del recinto amurallado, se levanta la espléndida Basílica de San Vicente (S. XII-XV), una auténtica joya del románico tardío, de transición al gótico en algunas estructuras arquitectónicas, como la bóveda de crucería de la nave central y el elevado tamaño de sus columnas. Mención aparte, cabe resaltar su maravillosa Portada de estilo puramente románico, con las esculturas de las jambas y del parteluz, la bella ornamentación con relieves figurados de las arquivoltas y tímpano, las columnillas... 




En su interior se halla el sepulcro de Los Santos Mártires (San Vicente, Santa Sabina y Santa Cristeta, nacidos en Talavera de la Reina, perseguidos por los romanos en tiempos de Diocleciano, siglo III d.C., refugiados en una cueva de la Sierra de San Vicente y martirizados, finalmente, en Ávila) . 


La Catedral es uno de los monumentos más destacados, se trata de un templo fortaleza que conjuga el estilo románico con el gótico, con varias fases en su construcción, se inicia en el siglo XI y finaliza en el siglo XV, según fuentes consultadas.

El casco histórico, en el interior del recinto amurallado, cuenta con numerosos y hermosos palacios, y varios conventos. Entre los palacios más sobresalientes, por su valor artístico, podemos señalar: 

  • El Palacio de Los Velada, monumento artístico de interés cultural, del siglo XVI, con extensa
    fachada y esbelto torreón. Destaca en el interior, su patio central porticado con tres alturas, las galerías inferiores con preciosos arcos rebajados sobre las columnas de granito, y las enjutas ornamentadas con distintos escudos heráldicos del linaje familiar. Reconvertido en instalación hotelera, permite el acceso a la cafetería-restaurante del patio central, y en mi opinión, merece la pena.  
  • Palacio de Los Dávila: típico palacio medieval fortificado del siglo XIII, adosado a la muralla,
    con el escudo de armas de Pedro Dávila.
  • Palacio de Valderrábanos: Casa-Palacio de Gonzalo Dávila, conserva su hermosa fachada del siglo XIV.

  • Palacio de los Verdugos: grandiosa y recia fachada de sillares graníticos del siglo XVI, y con un patio central porticado con arcadas blasonadas, ornamentadas con escudos del linaje y saga familiar.



A modo de consideración, señalar que fueron Caballeros abulenses quienes contribuyeron a la conquista y repoblación del valle del río Guadyerbas, por tanto, en agradecimiento, el rey de Castilla (Alfonso X  El Sabio) otorgó mediante Cartas Pueblas Privilegios y Señoríos a los Caballeros Dávila, como el Señorío de Velada (que más tarde pasaría a ser Marquesado de Velada, título nobiliario otorgado por el rey Felipe II a su mayordomo Gómez Dávila), cambiando el nombre de Atalayuelas de Guadyerbas por el de Velada, que viene a significar "vigilada". Encontramos toponimias en el término municipal como el de "Cerro Dávila", colindante con la finca El Barrero, donde se encontraba el primer núcleo de población.



Otro de los placeres, para los amantes de la gastronomía, propicio para disfrutar en buena compañía, son las afamadas carnes de ternera avileña, como su prestigioso "Chuletón de Ávila" a la brasa; asimismo, en repostería, las "Yemas de Santa Teresa", una auténtica delicia para paladares golosos.

El frío invernal es otra de las características de la ciudad, resulta ser la capital de provincia de mayor altitud de la Península Ibérica, que unido a su situación geográfica, casi en el centro peninsular, contribuyen a que frecuentemente tengan lugar fuertes heladas, y ocasionalmente, algunas nevadas; siempre acompañado de bajas temperaturas. 
 






A las afueras de la ciudad, dista aproximadamente un kilómetro, encontramos la Ermita de Sonsoles, donde se venera la imagen de la Virgen Nuestra Señora de Sonsoles, patrona de Ávila junto con Nuestra Señora de la Soterraña. Anejo al Santuario encontramos un amplio aparcamiento, árboles, jardín y mesas para el esparcimiento. 


De vuelta a casa, una parada en el término municipal El Tiemblo (Ávila), para visitar el paraje pintoresco conocido como "Los Toros de Guisando", junto a la N-403. En el interior de un recinto cerrado, se encuentran cuatro esculturas zoomorfas de granito que representan toros, uno de ellos tiene grabado una inscripción en latín, lo que indica que se trata de un monumento romano de carácter funerario, o bien, conmemorativo; y que,

posteriormente, fueron incorporados a la que en el pasado fuera La Venta Juradera, ubicada en aqueste lugar y de la que no quedan restos. Estas peculiares esculturas zoomorfas, conocidas como "los verracos" son manifestaciones artísticas del pueblo Celta de los Vettones, que poblaba el Oeste de la Península Ibérica (Salamanca, Ávila, Cáceres, Toledo). Talladas en granito representan toros y cerdos, y están ligadas a castros, rutas de comunicación, zonas de pastos; sin bien, fueron también adoptadas por los romanos como monumento funerario, presidiendo tumbas de incineración. Se  les denomina así, por encontrarse a los pies del Cerro de Guisando y del Monasterio de San Jerónimo de Guisando (en las proximidades). 

Este paraje, también es conocido por un importante acontecimiento histórico que tuvo lugar allá por el año 1468 en la Venta Juradera, donde se reunieron el rey de Castilla Enrique IV y su hermana la infanta Isabel (que años después será la reina Isabel La Católica), y se firmó el pacto de sucesión al trono de Castilla, por el cual es nombrada Isabel la heredera al trono en detrimento de Juana "La Beltraneja" (hija del rey). Dicha Venta, se hallaba ubicada junto a una importante vía de comunicación en la Edad Media, se trata de La Cañada Leonesa Oriental, cuyo trazado atraviesa el término municipal de Velada.