martes, 25 de marzo de 2014

RUTA DE LA ERMITA DE BIENVENIDA POR EL SAPO

Ermita de La Virgen de Bienvenida (Puente del Arzobispo)

Domingo 23 de marzo, tras presentar las propuestas, decidimos la ruta del Sapo, y como meta elegida optamos por la Ermita de la Virgen de Bienvenida. La hora de partida, pasadas las 8:30, como ya fuera convenida, y entre las caballeros, un  gamonino más una decena de veleños. En dirección Sur, hacia la N-V por el Camino de Montenuevo, seguidamente circulamos por la vía de servicio hasta alcanzar la gasolinera Galp, que después de sobrepasar nos tuvimos que desviar por el camino de acceso a las parcelas de Palomarejos. Tras atravesar esta finca a ritmo de pedal, tuvimos que saltar la portera que está en el extremo final. Nos incorporamos a un precioso sendero de un tapiz herbáceo cubierto, hubo que controlar y la pericia demostrar, resultó un atractivo trayecto, que hizo las delicias de  los burriclistas, su nombre La Raya del Monte, que nos llevó hasta los alrededores de una población, nos referimos a Alcañizo, con el puente más bonito ("La Puente" según los lugareños). Circunvalamos y por el Camino de El Puente del Arzobispo nos alejamos, a un lado El Rincón del Sapo dejamos, y nos adentramos en la finca del Sapo por el camino Los Pedernales, alcanzamos la labranza o establo en el alto del terreno cultivado, seguimos por el camino de El Torrico hasta converger nuevamente en el de  Puente del Arzobispo, vadeamos algún arroyo y proseguimos entre sembrados de cereal teñidos del fresco verdor matinal de la recién estrenada primavera, con encinas centenarias diseminadas por el terruño. 
Al llegar a las casas de Los Pozuelos, giramos a la derecha por un tramo del camino de Los Torrejones para enlazar con el camino de Lagartera a Alcolea de Tajo, rumbo sur por el citado camino hasta desviarnos, unos centenares metros más allá, por la vereda de La Raya hasta ir a dar con una alambrada en su extremo final, tras saltar, a un nuevo camino, en muy buen estado, nos incorporamos hasta que por fin logramos divisar la meta final, es la Ermita de Bienvenida a la que llegamos a toda prisa. Sobre un primer cuerpo de soportales blancos se alza una fachada berroqueña coronada por una espadaña con campana. Pero en la quietud y el silencio, emerge la figura mansa de un monje, tras darle los buenos días responde con cortesía, mas se aleja paso a paso orando y meditando. Mientras tanto, por el recinto deambulamos, varias fotografías tiramos, descansamos y nos alimentamos.  Tras lo cual, llega el momento de regresar, tomamos el Camino de Alcolea a Alcañizo, bastante más corto pero más aburrido, después Alcañizo, camino de Silos, y por último, Cañada Real Leonesa Oriental que nos llevará a la villa de Velada, punto final. 

domingo, 16 de marzo de 2014

Las cien porteras y las mil esparragueras

Caminos históricos: 

Velada-Alcañizo/ 

Alcañizo-Navalcán/

La Corchuela- Velada


Salida de Velada a las 9:00 de la mañana, una decena de caballeros Veleños y el Gamonino Roberto. ¿Dónde vamos? ...el maestro ha dictado, por ser alcañizano, el camino de Velada a Alcañizo tomamos, pero antes de acceder un tramo del Camino Real hemos de recorrer. Y en el bajo, donde cruza un reguero, caza la liebre el maestro. En el camino Alcañizo ya estamos y el primer arroyo cruzamos, con algunas fotos lo ilustramos. Por Cornocosillo nos adentramos hasta llegar al arroyo de Alijares, donde nos apeamos porque con las burricletas no transitamos, hay que saltar porque las porteras cerradas están. Proseguimos hacia la finca del Quejigoso, circunvalamos porque el camino Alcañizo lo han desviado, y con el de Gamonal a Alcañizo va a converger después de recorrer un tramo de Colada del Enchicao. Hacia Los Pajares de Quejigoso el rumbo marcamos, y al llegar a las casas una señora nos da el alto, por aquel camino de allí no podéis proseguir, es privado, tomad éste que sale por aquí pero se pierde en la finca que está ahí. A Lamparilla ha reconocido y por esta vez nos da permiso; si bien, la decimos que junto a la Casa del Guarda sale el camino Alcañizo, así que por una portera nos colamos y campos y sembrados atravesamos, llegamos al fin a una portera con candado y saltamos, en el camino Navalcán estamos, cruzamos y seguimos de frente al trazado que llevabamos, es la finca de Pedrobanegas y nos espera una sorpresa: Un búho real en medio del encinar, belleza sin igual. Llegamos al chiringuito de David, en la N-V, circulamos por el camino de servicio de la derecha en busca de un camino con portera muy ligera, junto a una acacia, del camino de Navalcán se trata, partía de Alcañizo y está poco transitado y visto, cruzamos un primer arroyo donde en verano los alcañizanos se daban un remojo, son los charcos del Tío Modesto, pero ahora están maltrechos. Continuamos sin que se divise el trazado, siguiendo por intuición el camino, con  unas porteras "caseras"de palés de madera, somieres, alambres y cuerdas, también nos encontramos cercados con alambre electrificada "pastor", que salvamos con cuidado, pero poco después descubrimos que está desconectado. Muchas chaparreras y un montón de esparragueras, con hermosos espárragos que hacen las delicias de los más espertos y osados, que los encuentran por todos los lados: y pim´-pam, pim-pam- pim-pam...para el morral. Almorzamos y parlamentamos, sobre las cien porteras y las mil esparragueras. Fotos para la ocasión y un manojo del copón. De nuevo cabalgamos, por los caminos históricos y auténticos, sin desviarnos aunque el firme está poco apto, pero los veleños como son valientes no se rinden y siguen de frente. Al fin encontramos el camino ancho añorado, se trata del camino de Calera a Navalcán muy conocido por el personal,  nos dirigimos al Norte, Salabroso, Dehesa Nueva y al llegar al camino Real de la Vera, el grupo se disgrega, dicen unos cuantos que se les hace tarde y que se marchan por él hacia Velada, pero 5 combatientes siguen de frente, hasta el camino de Corchuela y la Dehesa Nueva hacia Velada, cruzamos El Arenal del Lobo, Cerrodávila, El Barrero, donde su dueño nos abre la portera y cuando pasamos la cierra, saludamos y nos vamos, por fin a Velada llegamos. A destacar las maravillosas Dehesas que tenemos tan cerca.