miércoles, 18 de octubre de 2023


 ALBARRACÍN & TERUEL & ALREDEDORES

Albarracín (al-Banu Razin "los hijos de Razin", clan bereber soberano de la taifa de Albarracín), en la provincia de Teruel, es uno de los pueblos más bonitos de España. 

Su precioso casco antiguo responde al típico trazado medieval, con calles estrechas, muralla circundante, puertas defensivas de acceso, judería, arrabales extramuros, alcazaba... Se ubica en la ladera y falda de un promontorio montañoso, que cuelga sobre el profundo valle del río Guadalaviar, que en su curva de ballesta abraza el flanco Sureste de la población. Propuesta por la Unesco para ser declarada

Patrimonio de la Humanidad.

Pasear por sus plazas y callejuelas empinadas resulta de lo más atractivo. 







Se aconseja subir a la colina más alta, donde se ubica la Torre del Andador en la muralla exterior, para obtener una espectacular vista panorámica del pueblo en su conjunto: edificios monumentales (Catedral del Salvador, Palacio Episcopal, Alcázar o Castillo, Torre de Doña Blanca, Iglesia-Auditorio de Santa María), enracimado de  casas colgadas y escalonadas en terrazas o estratos en la ladera con sus paredes enlucidas de rodeno (mortero térreo de color rojo extraído del entorno), estrechas calles, pintorescas plazas, frondoso bosque de ribera, cortados rocosos calizos y areniscas de color rojizo ("rodeno") al otro lado del curso fluvial... 

Personalmente, pese a las expectativas favorables que tenía, me sorprendió por su extraordinaria belleza y rico patrimonio que ostenta, por lo que bien merecido tiene el ser considerado "uno de los pueblos más bonitos de España", si lugar a dudas. 



La ruta senderista del Paseo Fluvial a lo largo del río Guadalaviar nos permite disfrutar del ecosistema ribereño.



Por otro lado, su rica gastronomía hace las delicias de los paladares más exigentes; a destacar, sus reputados quesos y su sabroso Ternasco, típico de la comarca.







En la Comarca de la Sierra de Albarracín se halla el nacimiento del río Tajo, que con sus 1008 km. de longitud es el más largo de la Península Ibérica. Y concretamente, en el paraje conocido de La Muela de San Juan se encuentra la fuente origen del río: "Fuente García".  Junto al hito de piedra que marca su ubicación se ha levantado un monumento al "Padre

Tajo", y en el conjunto escultórico, se levantan esculturas que simbolizan a las tres provincias limítrofes que confluyen en el entorno: Teruel (cuna del nacimiento representada por el toro y la estrella), Guadalajara (el caballero) y Cuenca (el cáliz y estrella). 


También en la zona, en el término municipal de Calomarde, se encuentra una ruta muy atractiva de senderismo, denominada Ruta del Barranco de la Hoz, en el Cañón de los Arcos, que discurre a lo largo del río de la Fuente del Berro, con pasarelas y escaleras. 


También en la carretera A-1704, cerca del pueblo de Calomarde, encontramos la Cascada Batida en el paraje del Molino Viejo. Un sendero de bajada, de corta distancia, nos conduce al cauce y cascada del río Fuente del Berro, con excelentes vistas para  obtener bonitas fotos del lugar.



La ciudad de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, ofrece al visitante un riquísimo patrimonio histórico cultural. Resulta de gran valor arquitectónico y artístico su patrimonio mudéjar (estilo que combina elementos góticos e islámicos), parte del mismo, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Entre los monumentos mudéjares más sobresalientes tenemos la Catedral de
Santa María de Mediavilla, del siglo XII, con su alta y labrada Torre mudéjar, su ornamentada portada, el cimborrio de la cúpula; y en su interior, sobresale la techumbre con su elaborado artesonado mudéjar decorado con bellas pinturas (techumbre con artesonado medieval de los más importantes del mundo). 


La Iglesia de San Pedro, con su alta Torre mudéjar (S. XIII), también se integra en la denominación "Arquitectura Mudéjar de Aragón" Patrimonio de la Humanidad. Anejo a la iglesia se encuentra el Mausoleo de los Amantes, donde se encuentran los sarcófagos

esculpidos en alabastro con los restos momificados de dos jóvenes turolenses que vivieron en la Edad Media, Isabel y Juan (Diego), conocidos, en base a la leyenda, como "Los Amantes de Teruel", una historia de amor con trágico final (fuente de inspiración para las obras de escritores, músicos y artistas).



La Torre del Salvador. La Torre de la Iglesia del Salvador es un prototipo de edificación de estilo mudéjar aragonés. Fue erigida en el siglo XIV, durante la época medieval del Reino de Aragón, y destaca su construcción en ladrillo, la decoración cerámica de color verde y blanco, la ornamentación de ladrillos entrelazados con sus formas geométricas, tracería mudéjar, la simetría de sus elementos decorativos, las columnillas revestidas de piezas de cerámica (al estilo de la cerámica andalusí), y el arco apuntado de la puerta.



La Torre de San Martín. Adosada a la iglesia de San Martín. Similar en su estructura y decoración a la anterior. Edificación mudéjar catalogada como Patrimonio de la Humanidad, fue erigida en el S. XIV, y responde a una torre-puerta de ladrillo con azulejería de cerámica vidriada verde-blanca, arcos entrecruzados, lazos y columnillas revestidos de cerámica, y demás elementos decorativos mudéjares. 



Por otro lado, también como atractivos, señalar la célebre Plaza del Torico, con la Fuente del Torico, uno de los iconos de la ciudad, escultura de un toro negro en lo alto de una columna que se alza en medio de la fuente con cuatro cabezas de toros en bronce de las que brotan los chorros de agua.

Apuntar también, como otro de los atractivos, la arquitectura modernista de las fachadas de varios de sus edificios y la esmerada forja del enrejado de balcones y cerramientos.

Otro de los iconos de la ciudad es la Escalinata del Óvalo, se trata de una construcción monumental moderna de comienzos del siglo XX, de estilo neo-mudéjar, realizada en ladrillo con adornos de cerámica vidriada en colores verde y blanco, con un altorrelieve de las figuras en piedra de los Amantes de Teruel. También encontramos el escudo de Teruel, los torreones en la parte superior en representación de las

Torres Mudéjares de la ciudad,  así como la forja que ornamentan las farolas en alusión al modernismo. Se ha convertido, en nuestros días, en relevante atracción turística.

En la zona norte, se encuentra el acueducto renacentista del siglo XVI denominado "Acueducto de Los Arcos", un paño de restaurado de las Muralla de Teruel y el Torreón de la Lombardera (su origen data del siglo XII).


En el recorrido de regreso a casa, por la carretera A-1512, en el término de Gea de Albarracín, hicimos una primera parada para visitar el Tramo IV del Acueducto Romano Albarracín-Gea-Cella, denominado Barranco de los Burros. Se trata de una obra de ingeniería romana espectacular, un acueducto excavado en la roca caliza y arenisca, a media ladera de la cadena montañosa. La galería interior, o

túneles,  cuenta con ventanas de ventilación e iluminación para facilitar los trabajos de conservación. 

Esta obra de ingeniería hidráulica realizada en el siglo I d.C. conducía el agua desde río Guadalaviar en Albarracín hasta la población de Cella, con una longitud de unos 25 km. 

Después de dejar atrás la Sierra de Albarracín y tierras de la provincia de Teruel, nos adentramos en la provincia de Cuenca, atravesando la Serranía de Cuenca, con sus densos pinares en la laderas y singulares crestones rocosos en las alturas. 

Avistamos los indicativos de carretera de los desvíos hacia Tragacete (Nacimiento del Río Cuervo) y La Ciudad Encantada, pero en esta ocasión lo dejamos pasar. Sin embargo, unos kilómetros antes de llegar a Cuenca, hicimos una nueva parada en el paraje conocido como El Ventano del Diablo (la leyenda cuenta que se refugiaron de una fuerte tormenta, un padre y su hijo, en el interior del abrigo rocoso, y que el infortunio quiso que un rayo caído fulminó al padre causando su muerte), unas oquedades en la roca caliza desde donde se divisa el fondo del valle del río Júcar, con unas vistas espectaculares desde lo alto del acantilado rocoso de las aguas azul turquesa del encajonado río, que serpentean emparedadas entre los arbustos verdes que pueblan sus orillas. 



Tomamos varias fotos de tan peculiar y hermoso paraje. Las vistas desde algún punto enfrentado del exterior, las redondeadas oquedades en el bolo rocoso se asemeja a la cabeza de una calavera.



Y en la ciudad de Cuenca, realizamos una última parada, para contemplar la bella panorámica de la Hoz del río Huécar, con su puente viga de hierro y sus famosas Casas Colgadas, una maravilla.