lunes, 23 de noviembre de 2015

AVENTURA ÉPICA: DE VELADA A VALDEVERDEJA

 A VALDEVERDEJA EN BURRICLETA: INCURSIÓN EN LA POBLACIÓN  Y TOMA DEL ÚLTIMO BALUARTE  "EL MOLINO DE LOS CAPITANES"

Tras las numerosas llamadas a los miembros de las escuadras, de Gamonal y Velada, para sumarse a una nueva hazaña épica, nos encontramos en el día de la partida, 22 de noviembre, con un octeto de valerosos caballeros en el Centro de Salud bien dispuestos y pertrechos. Antes de iniciarse la marcha, en la salida, El Gran Maestre arenga a sus gentes y les comunica el reto pendiente: exploraremos tierras lejanas, allende nuestras fronteras, alcanzando la villa de Valdeverdeja, en busca del fértil "valle verdejo", paraíso de nuestros ancestros. ¡¡¡Aur, aur, aur!!! , son los gritos que acompañan la salida. En vanguardia, El Gran Maestre abandonando la villa de Velada, tras él su séquito de siete caballeros, seguidamente tomamos la Cañada Real Leonesa Oriental, que discurre en primer lugar por tierras de Gamonal, poco después Calera también; pero surge el primer inconveniente, pinchazo de mala suerte, siendo Ilde el primer penitente. No obstante, la mañana se presenta soleada, aunque un poquito fría, y la marcha discurre con brío, por la estepa castellana, con el color verde que destaca, tanto en siembras de cereal como en hierbas silvestres que alfombran los barbechos. En el pueblo de Alcañizo, junto a una bifurcación de caminos (Alcañizo-Alcolea y Alcañizo-El Puente) nos reagrupamos y rumbo al Sur, por el camino de Alcolea continuamos. Pocos kilómetros después, a la derecho hemos de torcer, cruzamos un guardaganados y en una dehesa de encinas nos encontramos, suenan los crujidos de las bellotas, que se hallan esparvadas en el camino, al ser aplastadas por las ruedas de nuestras bicicletas, y el entorno resulta muy atractivo y entretenido, idóneo para contemplar y disfrutar. Sobrepasamos la labranza y caserío del Pozuelo siguiendo rumbo Oeste hasta alcanzar la carretera de Oropesa-Puente, cruzamos la misma, a su izquierda el afamado restaurante Valdepalacios queda, para continuar por el carreterín que a Torrico nos ha de conducir; pero antes, hemos de salvar un segundo inconveniente, en esta ocasión Pedro es el penitente, rotura de cadena, minutos después los mecánicos la arreglan. Mientras tanto, para no retrasar la marcha El Maestre se destaca, y en Torrico está a la espera y se pone en marcha cuando llegan.
Cruzamos el pueblo siguiendo el trazado de la carretera, nos desviamos por la que continúa hacia Valdeverdeja y nos colamos, gracias a un viejo del lugar que nos tuvo que orientar, nos indicó el correcto camino y por él nos fuimos. Minutos después, divisamos desde la lejanía las primeras casas de la villa, entramos sin ninguna oposición en la misma, pues la mayoría de los moradores aún dormían (es domingo) y la vigilancia era poco activa; así que decidimos tomar la plaza donde se levanta la placa de cerámica y tomar fotografías como prueba de la osadía, coronando al Gran Maestre ante la ausencia del Presidente.
Tras la marcha triunfal por sus calles, coronamos el cerro de La Ermita, después de la bajada, enfilamos por un camino rumbo a los molinos, su firme es pedregoso e irregular, que hemos de salvar con cierta dificultad. Encontramos una flecha en una baliza de madera, con los indicativos de "Molino de los Capitanes" y "Molino Nuevo", hacia el Sur, todo recto. Abrimos una portera y el río Tajo queda muy cerca, no obstante, la última parte resulta casi intransitable (me refiero en bicicleta), por lo que optamos por aparcarlas cerca del lugar y a pie bajar; salvo una excepción, con la burricleta a cuestas el caballero Pedro "El de los Hierros" superó el reto épico: la toma del último baluarte "El Molino de los Capitanes". Y alzó su burricleta por encima de su cabeza, dando las gracias al cielo por coronar la gesta con éxito. Después, en la cubierta del célebre molino todos nos reunimos y lo celebramos, con una proclama que fue grabada: " He nos aquí y ahora, conseguida la victoria, con la toma del último y emblemático baluarte "El Molino de los Capitanes". El Valle Verdejo es ya nuestro, el honor y la gloria para vosotros caballeros, y la grandeza para nuestros pueblos, demos gracias al cielo, la aurora boreal reflejará en la inmensidad del universo este momento épico. Tras la celebración, el avituallamiento y el descanso. Seguidamente, emprendemos el retorno, una vuelta no exenta de dureza. Cruzamos nuevamente la villa ocupada rumbo al norte, por el mismo camino llegamos a Torrico, surge una propuesta de estrategia, que pretende acortar el camino hasta Oropesa, una vía que discurre más al Oeste, en las proximidades del Centro de Reciclaje; pero la apuesta resulta confusa, rayando la pérdida, bordeando las fronteras de tierras de Caleruela y Herreruela, hasta que por fin enderezamos el rumbo camino de Oropesa, a lo lejos despuntan las torres del Castillo en medio de la fortaleza. Circunvalamos por el Este la capital del que fuera en otro tiempo condado, para encaminarnos hacia Torralba, dejándola en la distancia sin aproximarnos a su casco urbano, tomando un camino rural que al cruce de Alcañizo  en la Nacional nos ha de llevar, continuamos por la vía de servicio de Nacional-V, cabe señalar el gran servicio del caballero Pedro "El de los Hierros", que en ayuda del Gran Maestre sus empujones son cada vez más continuos y persistentes. Atrás quedan la Gasolinera y Casa de Postas, mas las fuerzas son pocas, sin embargo, empujón más empujón y un último esfuerzo nos permiten llegar al pueblo y coronar la hazaña con éxito, cuando son las dos del mediodía y a las ocho fue la partida..