jueves, 4 de abril de 2024


PETRA, WADI RUM, MAR MUERTO, EL JORDÁN Y GERASA (JORDANIA) 

Con gran ilusión y enormes expectativas iniciamos el viaje en avión de la flota Royal Jordania desde el aeropuerto internacional Adolfo Suárez de Madrid a la capital Jordana de Amán. Debido a las inclemencias del tiempo, el avión procedente de Amán se demoró en su llegada y, por consiguiente, se retrasó la salida.  En pleno vuelo, nos ofrecieron un tentempié provechoso, que aplacó nuestro apetito, y suplantó a la supuesta cena que no tomamos en el hotel de destino debido a las altas horas de la noche en que arribamos.  




A la mañana siguiente, día 10 de marzo, desayunamos temprano y montamos en el autobús con dirección al Castillo de Kerak, fortaleza templaria del siglo XII, que ubicado en la cresta de la montaña controlaba el paso hacia Jerusalén, así como las rutas que se dirigían de Damasco a Egipto y La Meca . 

Aparece en una de las secuencias de la película "El Reino de los Cielos",  cuyo bastión se encontraba bajo el mando de Reinaldo de Châtillon, y que fue asediado y tomado por el sultán Saladino, quien ordenó decapitar al mandatario cristiano, quien era bien conocido por su crueldad. Visitamos el Castillo, en un estado semiderruido, pero con unas vistas espectaculares de una vasta extensión de tierras a su alrededor (valle del Jordán, Mar Muerto...). 


Por la tarde, visitamos La Pequeña Petra, que tuvo gran importancia económica en época del reino nabateo (siglos IV a.C.- II d.C.). Respondía a una especie de suburbio en el extrarradio de la ciudad de Petra, capital de los nabateos. 
En este lugar se hospedaban los conductores de caravanas y comerciantes de la ruta de la Seda y de las Especias, que procedentes del Indostán y China, atravesaban el Golfo Pérsico, la Península Arábiga, Siria, Fenicia, Moab, Palestina, Israel, Reino Nabateo y se dirigían a Egipto. 
Se ubica en un cañón, con numerosas cuevas, algún templo, diversos locales, viviendas,
dependencias y habitáculos excavados en  la roca, como biclinium o comedores... (templo del dios Dushara). Después, tras el descanso y el alimento, las caravanas se dirigían hacia Gaza y Egipto (Puerta Oeste).


Finalizamos la jornada en un fabuloso mirador, en los alrededores de la ciudad de Wadi Musa, para contemplar la maravillosa puesta de sol sobre la cadena montañosa de Araba y el valle de Wadi Araba. 


En uno 
de los picos más elevados se halla la tumba de Aarón, hermano mayor de Moisés, donde se ha levantado una mezquita. 
En el interior de uno de los macizos montañosos que avistamos se encuentra el complejo arqueológico de la ciudad de Petra.


El día 11 de marzo nos aguardaba una de las visitas más emblemáticas del viaje: La Ciudad de Petra. Madrugamos para contemplar el amanecer desde el "Petra Panorama Hotel" y divisar desde la lejanía la cadena montañosa de Araba, que alberga en sus entrañas el maravilloso Complejo Arqueológico de Petra, hallado y descubierto
para el mundo occidental por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt en 1812. Recibió el nombre de Petra (Piedra) dado que se encuentra excavada y esculpida en la roca de arenisca rosa. Fue la capital del reino Nabateo, alcanzando su máximo esplendor en la Edad Antigua, entre los siglos II a.C-II d.C., período helenístico y romano con su correspondiente legado e influencia cultural y artística..
Y llegó al fin, el día y la hora, ese momento tan ansiado y esperado, nos encontramos en el Centro de Visitantes de Wadi Musa y con los tikes en la mano, pasamos los tornos de acceso y nos dirigimos a pie por el camino  que conduce al Gran Cañón- Desfiladero, denominado El Siq, acompañados por nuestro guía ( palestino), quien nos va contando en español aspectos de la historia y el arte de todo aquello que vamos viendo. 
En primer lugar, a medio camino entre el Centro de Visitantes y la Puerta de Entrada de Petra, encontramos a nuestra izquierda La Tumba de los Obeliscos y el subyacente Bab al Siq Triclinium. Se trata de un monumento funerario de dos pisos, en el superior se hallan esculpidos 4 obeliscos, de ahí su nombre, de influencia egipcia, en memoria de los 4 difuntos que albergaba; mientras que en la parte inferior, tenemos la entrada al hipogeo, el triclinium, los bancos del interior de la cámara, que era utilizada en los banquetes y festejos de los ritos funerarios en honor a los difuntos,  las semicolumnas en la fachada  con el frontón curvilíneo por encima, muy desgastadas por la erosión de la roca.
Al otro lado, en el lado derecho del seco cauce de Wadi Musa, se hallan los "Djinn Blocks" (los Cubos Djinn), monolitos excavados en la roca, donde los beduinos consideraban que habitaban los espíritus, protectores o guardianes de la entrada a la ciudad. Se cree que albergaban tumbas. Y, muy próximo a ellos se ubica la Tumba Serpiente, por el parecido de la figura que aparece en una de las paredes.. Más adelante, antes de la Puerta de Entrada al Siq interior (embocadura del cañón, penetrante hendidura en la roca), los nabateos construyeron un túnel excavado en la roca para desviar las aguas del Wadi Musa evitando las inundaciones, y en lo alto se divisa un Cubo Djinn y varios obeliscos, en uno de ellos aparece la inscripción  "Reqem", el nombre nabateo de Petra. 
En la Puerta de Entrada se conservan restos (pilares, nichos y molduras, diezmados por la erosión, esculpidos en la roca) de un gran arco monumental. Custodiada por dos soldados nabateos, ataviados a la antigua, punto de atracción turística para sacarse unas fotos. 
Penetramos en el angosto y largo desfiladero (longitud aproximada: 1.300 m), denominado "El Siq", con paredes verticales de una gran altura (cuya altura oscila entre 100 y 200 m), que sorprende e impresiona: una auténtica maravilla de la naturaleza. Su origen geológico es tectónico, se trata de una falla (fractura de dos bloques de roca), y que después la erosión del agua y el viento a lo largo de los miles de años han ido excavando la roca de arenisca y profundizando la hendidura abierta.
Nos percatamos que en las paredes de ambos lados se han excavado dos sendos canales correspondientes a los acueductos que llevaban el agua a la ciudad. 
A medida que avanzamos por el Siq interior nos vamos encontrando inscripciones en nabateo y en griego, así como piedras sagradas dedicadas a deidades, nichos votivos (alguno de ellos con figuraciones de la diosa Al Uzza); entretanto, el guía nos va explicando aquello que considera como más relevante. Llama la atención el colorido de la arenisca rosa, en distintos tonos, dependiendo del reflejo de la luz y de las sales minerales disueltas en la roca. El pasear tranquilamente, siendo un afortunado con muy poquita gente, a lo largo del Siq resulta de lo más emocionante, una experiencia indescriptible, un auténtico disfrute.
Llegamos al punto, en el recorrido, donde el desfiladero se estrecha, y dadas las alturas de las paredes del cañón, aumenta la oscuridad y el tramo se ensombrece; entonces, al dirigir la mirada al fondo avistamos la mayor de las maravillas, la joya de Petra: la fachada rupestre del "Khasnè", El Tesoro, así denominado por la creencia de los beduinos de que allí estaba guardado el tesoro del Faraón. Recuerdo la secuencia de la película de Indiana Jones y la última cruzada, donde Harrison Ford y Sean Connery entran en la Plaza a través del desfiladero montados a caballo y en sus rostros queda reflejado la admiración al contemplar la majestuosa fachada del mausoleo excavada y artísticamente esculpida en la pared de la roca de tonos rosa, según la luz del momento. Cuando llegas al ensanchamiento (placita), te paras frente al bellísimo monumento, quedas hipnotizado, perplejo, fascinado en la contemplación. Después, al cabo de un tiempo, cuando reaccionas, te pones a tirar fotos como un enloquecido, tratando de captar la mejor de las imágenes posibles.  
La ciudad de Petra está considerada como una de las siete maravillas del mundo moderno. Y en verdad lo merece, pues tanto la belleza artística que atesora, como su belleza natural, son incomparables. Escuchamos con atención las explicaciones del guía, los elementos arquitectónicos y artísticos que presenta la fachada, de influencias asirias, egipcias, y sobre todo, griegas (período helenístico), con las aportaciones características nabateas. 
El Khasnè ( El Tesoro) es un suntuoso mausoleo funerario del siglo I a. C., tallado y esculpido en roca arenisca rosa (color asalmonado), dedicado al rey nabateo Aretas III, puesto de manifiesto por la urna funeraria (de las cenizas) que corona el cuerpo central de la planta superior. La fachada consta de dos niveles superpuestos, el nivel inferior presenta 6 columnas que soportan el friso y frontón triangular ornamentados, con relieves escultóricos muy erosionados a ambos lados de la Puerta de entrada, que según parece representan a Cástor y Pólux. En su interior, según las explicaciones de nuestro guía, hay una sala con un hueco en el centro, donde se realizaban los rituales  dedicados a los dioses nabateos: Allat, Al Uzza y Dushara.
En el nivel superior, encontramos la partición en tres cuerpos verticales que sobresalen con dos columnillas cada uno de ellos, los laterales rematados por sendos aleros de un semifrontón, y el central rematado por un friso curvilíneo con forma de media corona, semicircular, una especie de tholos , sobre la que se asienta la urna de incineración (donde algunos saqueadores beduinos sospechaban que pudiera contener un valioso tesoro, El Khasné del Faraón, lo que explicaría los orificios de los disparos) y la figura de un águila. También en el central, se halla esculpida la figura de la diosa Al Uzza, diosa de la fertilidad de Petra. La influencia helenística resulta notoria en las columnas y capiteles corintios. Aparecen diversos bajorrelieves ornamentales en frisos y capiteles(racimos, guirnaldas, grifos, amazonas, nikés aladas...). En las excavaciones del sustrato inferior, junto a la escalinata, se han encontrado cuatro tumbas de personas de alto rango, con restos óseos datados en el siglo I a.C. Todo parece indicar, según la nueva versión, que el khasné es el templo funerario consagrado a la memoria y culto al rey nabateo Areta IV (8 a.C.-40 d.C.).
Siguiendo el recorrido, a continuación de la explanada,  el cañón (o garganta) gira a la derecha, entrando en lo que se denomina "El Siq externo", donde podemos apreciar una cavidad en la pared rocosa, se trata  de un triclinium, sala donde tenían lugar los banquetes en honor al difunto (los comensales eran familiares invitados a la celebración. Los cuerpos eran incinerados y sus cenizas colocadas en urnas esculpidas en lo alto de las tumbas sepulcrales). 
A la izquierda encontramos varias tumbas consecutivas, que llaman la atención por su grandiosidad, una de ellas presenta almenas escalares de influencia asiria, mientras que otra, posee cuatro semicolumnas en la fachada rupestre. 
En la parte más elevada de la pared rocosa, lado derecho de la marcha, se halla la Tumba de Uneishu, hermano de la reina de los nabateos, y esposa de Areta IV, destaca el relieve prominente de su frontón.  Al otro lado, a la izquierda, el teatro con su espectacular graderío excavado en la montaña, y restos del escenario y columnas.
Más adelante, aparece la denominada "Vías de las Fachadas", numerosas fachadas de tumbas alineadas con sus correspondientes portales horadados en el talud rocoso. 
A partir del Siq externo, se extiende una gran explanada con tiendas de souvenirs de los beduinos, tribu que habitó esta ciudad tras la decadencia y abandono de la ciudad por los nabateos en torno al siglo IV-V d. C., debido, según los expertos, a nuevas vías alternativas de comunicación y transporte comerciales utilizadas por las caravanas, que unían el Indostán, Península Arábiga, Siria, Fenicia, Palestina y Egipto.
Y en niveles superiores, al lado opuesto del teatro, divisamos en lo alto la pared rocosa del Gebel al Khubta, donde se halla, en primer lugar, la Tumba de la Urna (urna en el pedestal de la fachada), una monumental construcción con numerosos arcos en su parte inferior. Destaca la verticalidad de la fachada retranqueada en la pared rocosa, con dos semicolumnas de gran altura que enmarcan la puerta, coronado por un gran friso dórico nabateo, muy característico de sus construcciones, y un frontón. En su origen, se trataba de una tumba-palacio real, según los investigadores, podría tratarse de la tumba del rey Malichos II (s. I d.C.). En la gran sala del interior (triclinium) tenían lugar los banquetes en honor del difunto. Siglos después, en época bizantina, siglo V d.C., fue transformada en Iglesia Cristiana (basílica), siendo la primera iglesia cristiana de Petra. Una escalinata asciende al rellano donde se encuentran alineadas las tumbas reales (Nosotros optamos por visitarlas a la vuelta).
También, desde la lejanía, observamos a la izquierda La Tumba de la Seda, recibe su nombre del fastuoso y jaspeado colorido que presenta la roca arenisca en su fachada, una amalgama de matices e irisaciones que impresionan  la percepción de la vista. También conocida como Tumba Arco Iris.
Al final del Siq externo, que delimita el término de la Necrópolis, continuamos por la calle de las fachadas, nos cruzamos con algún beduino, con su típica vestimenta, cabalgando en su dromedario, y tomamos alguna foto; mientras los tenderos se dirigen una y otra vez a los turistas para que compremos algún souvenir. Avanzamos por la vía Columnada, vía principal del casco urbano de la ciudad de Petra, con los pórticos con columnas a ambos lados, donde se ubicaban las tiendas, despachos, edificios públicos, mercados... Tramo enlosado de una antigua calzada romana, con la mirada puesta a la izquierda en las ruinas del Templo de Great, Gran Templo, Temenos, la Puerta de Temenos, que daba acceso a la Zona Sagrada, el Templo Qasr al- Bint, el Columbario; y que formaba parte del recinto sagrado. Al otro lado, el Templo de los Leones Alados. 
A ambos lados de la calle principal, bajo los promontorios de tierra y escombros de los sedimentos aluviales del Wadi Musa se encontraban las edificaciones tanto públicas como privadas del casco urbano de la ciudad de Petra. 
Alcanzamos el restaurante Nabatean, y aquí se da por finalizada la visita guiada, por tanto, disponemos de tiempo libre en el complejo arqueológico de Petra. Nosotros optamos por continuar la ruta por la fatigosa escalera de 850 escalones que conduce a "El Deir" (El Monasterio), que se encuentra en lo alto. La subida se hace dura, sobre todo en días calurosos, por lo que hay turistas que prefieren subir montados en burros, tras abonar el precio correspondiente. Sin embargo, visto lo visto, dado lo pronunciado de la subida, el desnivel de las rampas, supone cierto riesgo la montura; personalmente, descartaría totalmente la bajada a lomos de un borriquillo, pues un extraño y besas el suelo cayendo por delante de la cabeza del susodicho animalito. 
Iniciamos la subida de los escalones con buen ánimo (preparados con agua y alguna barrita energética), siempre mirando de reojo para evitar que algún mulo o asno te embista por la espalda. Según subimos, un cartel indica el Triclinium de los Leones, un desvío de corto recorrido por complicada callejuela, su nombre se debe a dos relieves que aparecen a ambos lados de la puerta; no obstante, desistimos de la visita a dicho monumento.
Más adelante, subiendo la prolongada escalinata, a la derecha se hallan una gran cisterna de agua "Qattar ed Deir" (manantial) y restos de una Emita Cristiana. Por las inmediaciones discurría un  camino nabateo y una impresionante escalinata excavada en la roca arenisca (lo que pone de manifiesto la pericia de los constructores nabateos). 
Por fin, tras aproximadamente una hora, alcanzamos la gran explanada donde se ubica el majestuoso monumento, denominado "El Deir" (El Monasterio). Su nombre viene dado por la posterior utilización del palacio nabateo como iglesia bizantina. Destaca su colosal fachada excavada en el macizo rocoso, con una gran urna sobre la tholos semicircular, en el centro del frontón partido. La fachada se halla incrustada en la montaña, adentrándose varios metros de la pared rocosa, destaca la pureza geométrica y grandiosidad de sus elementos arquitectónicos, menos recargada de ornamentos, una espectacular obra rupestre de medidas asombrosas, otra de las maravillas de Petra, junto con El Khasnè (El Tesoro). Consta de dos niveles y dos secciones, varias semicolumnas con capiteles nabateos, a los lados dos nichos con tímpanos curvos, el Portal de acceso coronado con frontón triangular, encima el arquitrabe sobre el que se levanta el segundo nivel, en alto relieve con dos simifrontones que enmarcan el tholos central con techo cónico con capitel que soporta la gran urna. Cuenta con un friso dórico de triglifos y metopas. En definitiva, una mezcla armónica de elementos helenísticos y nabateos. Una majestuosa obra de arte rupestre. 
Según los expertos, no se trataría de una tumba, pues en su interior se ha encontrado un biclinium y un altar (para venerar la imagen sagrada de una deidad); y podría tratarse de un templo dedicado al rey Oboda I (s. I a.C), monarca divinizado, donde se le veneraba y rendía culto, una especie de santuario sagrado donde se realizaban las ofrendas y ceremonias.
Después de contemplar la belleza de la fachada y la grandeza del entorno montañoso, avistamos unos rótulos en inglés que venían a significar en español como "la mejor vista del mundo". Decidimos seguir la flecha y remontar un sendero que nos conducía a uno de los puntos más altos del lugar, donde se ubicaba una jaima que ofrecían té, refrescos, zumos... a cambio de unos dinares. Y desde donde la vista panorámica resultaba espectacular, una auténtica gozada contemplar desde las alturas la maravillosa fachada de "El Deir". También al otro lado, al Oeste, la cadena montañosa contigua y más al fondo las tierras de Palestina. Realizamos bonitas fotos de todo aquello que contemplábamos a nuestro alrededor; y lo más importante, quedó grabado en la retina y recordaremos siempre ese momento inolvidable..
Tras el descanso, la contemplación y la meditación, iniciamos la bajada, primero alcanzamos la explanada del Monasterio, donde de nuevo volvimos a disfrutar de las vistas de la fachada del monumento, para descender a continuación por la escalinata, con serenidad y precaución, pasando entre tenderetes y, a veces, bajo pétreos arcos naturales, mientras te cruzas con otros turistas y mulos de carga transportando mercancías, o bien a viajeros. A la derecha, según nuestra marcha, discurre un profundo y estrecho valle, sinuoso y seco, un tajo abierto en la montaña rocosa. En la lejanía, creemos divisar el hotel Panorama en el que estamos alojados, pura suposición, sin ninguna certeza.

Llegamos al restaurante concertado, donde nos esperaba el resto del grupo. Tras el almuerzo y descanso, proseguimos con una ruta alternativa de vuelta, ya entrada la tarde. Visitamos, en primer lugar, los restos arqueológicos de una Iglesia Bizantina con un rico mosaico en su interior. 
Continuamos en dirección a las Tumbas Reales del macizo rocoso Gebel al Khubta, cruzamos la pasarela de un puente peatonal sobre el Wadi Mataha, una mirada hacia su lecho seco y profundo, que suscita a detenernos y sacar alguna foto.
Seguidamente, arribamos a la Tumba Palacio,, la más monumental de las tumbas, con una parte del nivel superior de la fachada derruida, sin embargo, resulta un construcción colosal al estilo de los grandes palacios helenísticos y romanos. Cuenta con una terraza, balconada, y cuatro escaleras que excavadas en la roca que conducen a los cuatro portales enmarcados en semipilastras y semicolumnas con sus capiteles nabateos y espléndidos tímpanos (triangulares y curvos). En el nivel superior, sobre el arquitrabe se levanta un frontón salpicado de semicolumnas emparejadas a modo de galería ciega. Sobre las mismas, otro arquitrabe que da paso a un tercer nivel o planta superior, incluso se aprecia el arranque de una cuarta planta. Las dimensiones, tanto en altura como a lo largo, son enormes, una construcción gigantesca visible desde cualquier punto de la ciudad. Al parecer, delante del mismo, en la explanada, que haría las veces de escenario, se celebraban representaciones y festejos destinados a la familia real.
A la derecha de la Tumba Palacio, se encuentra la Tumba Corintia, denominada así por los motivos decorativos florales de sus capiteles, y que presenta un aspecto de deterioro y mala conservación debido a la fuerte erosión. En la planta superior destaca en el centro el tholos curvilíneo y a los lados los semifrontones.; y en la planta inferior, una escalinata con el Portal de acceso al interior, cámaras funerarias y nichos, enmarcados por semicolumnas.
Al lado, la Tumba de la Seda, o Tumba Arco Iris, por el impactante colorido jaspeado que presenta la roca, con sus irisaciones y atractiva gama de matices polícromos (amarillo, rosa, rojo, gris, salmón, crema, marrón...). Tanto la fachada como su cámara interior presentan una bellísima estampa impresionista veteada, convirtiéndose en un auténtico reclamo para las ávidas miradas de los espectadores, y cuyas imágenes coloristas son captadas por nuestras cámaras.
Y por último, la majestuosa Tumba de la Urna (objeto existente sobre un pequeño pedestal), también conocida como la Catedral Bizantina. Se trata de una monumental construcción maciza, con sus arcadas del patio con columnas en el nivel inferior y su retrasada fachada incrustada en la pared rocosa de la montaña, con su Portal enmarcado por dos gigantescas columnas monolíticas, sobre un podium; coronadas por un friso dórico nabateo y frontón. Destaca la verticalidad de la fachada en su planta principal. Según los investigadores, se trata de la tumba real de Malichos II, rey nabateo (s. I d.C.). Posteriormente, fue transformada y habilitada como Iglesia Cristiana en época bizantina. 
Retomamos el camino de vuelta avanzando por el Siq externo plagadas sus paredes de tumbas y nichos y alcanzamos la plaza o ensanche donde se halla el Khasnè, la bellísima fachada del Tesoro, que con la luz del atardecer presenta otro atractivo colorido, nos detenemos, contemplamos y boquiabiertos nuevamente  quedamos impresionados, captamos con nuestras fotos el mejor de los momentos, en un escenario semidesértico de turistas, sólo unos camélidos que sirven de complemento y realzan el monumento (Petra está considerada como una de las maravillas del mundo moderno). 
Caminamos por el Siq interior, un paseo tranquilo, a penas encontramos visitantes, nos sentimos unos privilegiados, en medio de este cañón-desfiladero, profundo, sinuoso, estrecho, de altas paredes, de arenisca rosa, y con distintos matices de color según la luz que refleja la roca... 
Finalizamos la visita al Complejo Arqueológico visitando el Museo en el Centro de Visitantes, y sacándonos una foto delante de las letras del rótulo con el nombre de Petra.
El día 12 de marzo, tras el desayuno, abandonamos el Hotel Panorama de Petra y nos dirigimos en autobús al desierto de Wadi Rum, Visitamos la estación de tren donde se encuentra una antigua locomotora de vapor con varios vagones de la época, tren histórico de 1916 durante la 1ª Guerra Mundial y la rebelión árabe del poder Otomano (Turco), dirigida por el capitán inglés Lawrence de Arabia. Según nos cuentan, se trata de los vagones y locomotora utilizados en la película que lleva su nombre. Pudimos subir tanto a la locomotora como a los vagones, y nos sacamos unas fotos. 
Terminada la visita, nos acercamos a las tiendas de souvenirs de la estación y nos compramos la característica "hatta" jordana, también llamada kufiyya, para protegernos del sol y del polvo del desierto..
o



 


martes, 5 de marzo de 2024

EL RISCAL (SEGURILLA)


 El RISCAL DEL RÍO MARRUPEJO 

El Paraje del RISCAL en el arroyo Marrupejo, término municipal de SEGURILLA (Toledo) , tras unas jornadas de lluvia, bien sea en otoño, primavera, e incluso invierno, presenta una hermosísima estampa, donde predominan los tonos verdes, vivos


e intensos tanto en musgos que tapizan los cercados ciclópeos de piedras de granito y bolondrios, el manto herbáceo de los prados donde pastan bellos y 


pacíficos ejemplares de caballos, vacas y ovejas, el verde más apagado de las encinas; complementado por las florecillas con sus pétalos blancos y amarillos de las margaritas. 

Pero la joya del paraje se encuentra en un antiguo molino, hoy en ruinas, dónde las aguas bravas del Marrupejo se precipitan en los escalones rocosos de granito, con algunas incrustaciones de cuarzo. 


La corriente cristalina del tramo con desnivel más suave que discurre un tanto apaciguada al encontrarse con la fractura del lecho berroqueño acelera su ritmo embistiendo contra el erosionado muro empedrado originándose unos pequeños rápidos en el curso de las aguas que se tornan blanquecinas al chocar, y

seguidamente, al llegar al escalón que presenta el perfil de su lecho dan un salto salvando el desnivel y al caer airean gotitas a su alrededor, y espumas en sus orillas.

El discurrir de las aguas del Marrupejo avanza por un estrecho y profundo 



valle, emparedado a ambos lados por las laderas verdes de los cerros cubiertas de matorral y carrascas (chaparros). Un entorno natural asilvestrado bien conservado y que bien merece una visita, bien como ruta de senderismo o cicloturismo .



















domingo, 3 de marzo de 2024


SIGÜENZA  (GUADALAJARA)
 

La ciudad de Sigüenza (Guadalajara) es firme candidata a ser declarada Patrimonio Universal de la UNESCO  por el valor histórico-artístico que posee.




Su casco histórico medieval, que se hallaba amurallado, con su puertas de acceso correspondientes que se conservan, resulta una auténtica maravilla, por lo que pasear por sus calles y plazas nos retrotrae a un pasado de esplendor y riqueza arquitectónica: palacios, monasterios, casas solariegas, iglesias, seminarios, y como más sobresaliente, su imponente Catedral-Fortaleza, su emblemático Castillo y su bellísima Plaza Porticada.


Resulta de gran interés la visita a su magnífica Catedral, dedicada a Santa María La Mayor, con un diseño arquitectónico de sólida fortaleza medieval, de estilo románico en sus inicios y que fue readaptándose al paso de los siglos, integrando los estilos gótico, renacentista y barroco. Desde la distancia, fijamos la vista en sus
excelsas torres atalayas defensivas, así como la torre campanario; pero si nos adentramos en su interior podremos contemplar auténticas maravillas tanto arquitectónicas, como escultóricas y pictóricas de los siglos XII-XVII, con una rica presencia de distintos estilos artísticos: románico, gótico cisterciense, renacentista, plateresco, mudéjar, barroco... 

La crucería gótica de las cubiertas de las naves desafían las alturas, el retablo barroco de columnas salomónicas que encuadran la imagen de la Virgen reviste una profusión decorativa de gran calado artístico. 



La sillería del coro en madera de nogal tallado con una exquisitez extraordinaria, una auténtica filigrana de artesanía escultórica. A ambos lados del coro, los prestigiosos órganos para deleite de quienes tengan la suerte de escuchar alguna de sus sinfonías.


Sin embargo, la joya singular y más prestigiosa, se encuentra en una de sus capillas o salas, la capilla de la familia Arce y Sosa, donde se halla la famosa escultura del Doncel de Sigüenza, de finales del siglo XV y estilo gótico, bellamente trabajada en alabastro sobre el sepulcro en posición recostada y leyendo un libro (simbolizando el caballero guerrero culto de la época).


Me llamó poderosamente la atención el frontal mudéjar del Altar de Santa Librada/Mausoleo de don Fadrique, por su elaborada ornamentación de bellísima estampa colorista.






El retablo del altar mayor de estilo renacentista también es otro de los tesoros que alberga la Catedral, protegido por un enrejado artísticamente labrado.




El claustro gótico, con arcos ornamentados de estilo flamígero, también resulta gato de contemplar y pasear por sus naves, en algunas de las salas contiguas podemos observar distintas obras pictóricas y los elaborados tapices.


También resulta impactante la bóveda de la capilla de las cabezas, por su profusión decorativa y minuciosidad barroca, obra de célebres autores de la escuela de Toledo (Alonso de Covarrubias, Juan de Talavera...  




Pasear por su plaza porticada, donde se halla en uno de los extremos el Ayuntamiento y en el opuesto la Catedral, resulta muy gratificante. De planta rectangular, siglos atrás fue escenario de corridas de toros; y una de sus puertas de acceso incrustada en la muralla lleva por nombre "Puerta Toril"´


El Seminario Arzobispal de San Bartolomé, junto a la iglesia aledaña, antiguo convento de los Jerónimos, presenta una fachada de estilo barroco del siglo XVII.


Y por último, en el promontorio más alto se levanta el Castillo medieval restaurado, que en su época pasada fue residencia de los obispos seguntinos. Con anterioridad, hasta la reconquista cristiana en 1124 de Sigüenza, fue en sus orígenes una alcazaba almorávide. En nuestros días, alberga el Parador Nacional de Sigüenza.



Respecto a su gastronomía, resulta apetecible tapear por la plaza y casco histórico, y para los más exquisitos el restaurante El Doncel cuenta con 1 estrella michelín (asados, carnes de montería...)

En los alrededores, encontramos la pedanía de Palazuelos, un pequeño pueblo que cuenta con una muralla perimetral, un castillo de propiedad privada que alza en lo más alto, la fuente de los 7 caños, disntintas puertas de acceso en la muralla, una austera Ermita románica de vetustas columnas, 


iglesia con típico campanario y portalillo... 


También se halla Carabias, pedanía de Sigüenza, donde encontramos una muestra del románico rural de gran valor, data del siglo XIII, con un atrio porticado de columnillas de gran atractivo, pero que por falta de tiempo no pudimos visitar. 

REPORTAJE FOTOGRÁFICO.