martes, 17 de septiembre de 2019

FUENTE DÉ-TORRE DE LOS HORCADOS ROJOS

Madrugamos la mañana soleada del 7 de septiembre de 2019, que auguraba un día espléndido, para sacar los tikes del teléferico de Fuente Dé (Cantabria) sin demasiadas colas, tanto en taquilla como en el embarque, y tuvimos suerte, el horario de verano es de 9 a 19 horas. Una vez en la cabina se puede apreciar a medida que se eleva cómo nos engulle la niebla, o ligera capa nubes, la sobrepasamos y alcanzamos la estación superior denominada El Cable (1.823 m de altitud). Nada más bajarnos, casi es de obligado requerimiento el paso por el balcón colgante anejo, pues ofrece al frente una panorámica extraordinaria del valle del río Deva, del pueblo de Pido y, como telón de fondo, la Cordillera Cantábrica, destacando la tupida cubierta de vegetación en tonos verdes. Por cierto, en contraposición con las cumbres de roca desnuda que tenemos detrás correspondientes al Macizo Central de los Picos de Europa, en tonos grises, color ceniza al incidir los rayos del sol matutino. Nos dirigimos, seguidamente, al panel informativo de las distintas rutas, y nos decantamos por la PR-PNPE-23 "HORCADOS ROJOS" (Lineal// Distancia: 11,5 km//Desnivel: 772 m//Duración: 4:30h //Dificultad: Media-alta). 

El camino a seguir, en sentido Norte, bien señalizado, presenta un firme en buen estado, se trata de una pista ancha que discurre pegado a la ladera de la cadena montañosa que tenemos a nuestra derecha, según el sentido de la marcha. Los primeros momentos son de admiración, pues nos sentimos anonadados y sobrepasados por la verticalidad y alturas de las cumbres que nos rodean, resulta impresionante estar a sus pies y alzar la vista hasta divisar las cimas, con sus diferentes formas y abruptas escarpaduras, unas simulan agujas, otras crestas, también torres, dientes de sierra, tiros de chimeneas, etc; por lo que perdemos bastante tiempo en la contemplación pausada y toma de fotos, pero no importa, estamos disfrutando. En primer lugar, a nuestra izquierda, al SO, la primera cumbre se llama Peña Remoña, le sigue Torre Salinas, Torre Hoyos de Liordes, La Padierna- Torre Alaiz y San Carlos.

Alcanzamos un punto, en una bifurcación de sendas, con varias tablillas de señalización, a la altura de la Horcadina de Covarrobres, tomamos la de la izquierda hacia Horcados Rojos, flanqueados por un murallón enorme de roca caliza a nuestra derecha, Peña Olvidada y su pedrera, mientras que en la hondonada de la izquierda se encuentran los Hoyos de LLoroza, dos lagunillas con poco agua, pues el preciado líquido escasea en esta época del año; en este sentido, cabe señalar que la roca caliza de Los Picos de Europa no retiene el agua en las alturas, sino que se filtra y aparece mucho más abajo en zonas de vaguada, valles, circos, hoyos ...por lo que sus paredes carecen de cubierta vegetal, se hallan desnudas, dando lugar, en distintos tramos del sendero, junto con las pedreras y derrubios, a un auténtico paisaje lunar, y cuando más adelante se divisa el refugio "Cabaña Verónica" que se asemeja a un módulo espacial, parece calcado a la imagen que tenemos de nuestro satélite. 


A la altura de "la vueltona", donde la pista describe una brusca curva a la izquierda, y a la derecha se estrecha transformándose en un sendero que va serpenteando y remontando progresivamente la ladera, más adelante nos encontramos los pedreros de Peña Vieja, mas si miramos al frente visualizamos la forma piramidal del imponente Tesorero (2.568 m), con el nevero a sus pies, me llama la atención su parecido con las Pirámides de Egipto, a su izquierda en menor altura, el refugio de Cabaña Verónica que brilla como  un iglú de aluminio (en realidad se trata de la cabina antiaérea de un portaaviones americano, estadounidense, que tras su desguace se colocó dicha pieza allí), por encima de la misma, sobresalen las cumbres de La Torre de Llambrión (2.642 m) y el pico en forma triangular de Peña Blanca (2.617 m); por último, bajando más a su izquierda, los picos de Tiro Llago y Madejuno.
  
Por otro lado, si nos centramos en las cumbres situadas al frente y nuestra derecha, pasada La Canalona, tramo con fuerte repechón que discurre entre grandes peñascos, divisamos el imponente farañón (una mole sólida, vertical y alta) de la Torre de los Horcados Rojos, en tonos ocre-rojizos con forma de horca de apilar el heno, de ahí posiblemente su nombre. 
Encontramos la señalización, mediante tablillas, del desvío a la izquierda que se dirige al Refugio de Cabaña Verónica,nosotros seguimos nuestro itinerario que se halla bien marcado (líneas amarilla y blanca); también en la ruta aparece el desvío, éste en cambio a nuestra derecha, que se dirige a Peña Vieja. 

En las proximidades del Collado de Los Horcados Rojos se requiere un último apretón para salvar el desnivel, pero no reviste peligro, en sendero zigzaguea entre las piedras. Cuando alcanzamos el Collado nos sentimos impresionados y recompensados, las vistas son maravillosas, delante tenemos el majestuoso Urriellu (2519 m), con su perfil característico, frente a él, y a la izquierda El Neverón, en el bajo u hondonada el circo glaciar de Jou de los Boches; y además, como telón de fondo, la Sierra de La Cuera en tonos verdes y el azul del Mar Cantábrico. Desplazamos el campo de visión hacia nuestra derecha y divisamos en lo más alto de la cima de la Torre de Los Horcados Rojos a varios senderistas que ya han coronado, mientras otros van ascendiendo lentamente por el sendero en zig-zag de su cara Oeste.; viramos completamente 180 grados para enfocar El Tesorero, emblemático punto trifinio provincial de León, Asturias y Cantabriaque, dada su proximidad se nos muestra augusto. 

Tras la pausa y el disfrute, emprendemos juntos, mi mujer y yo, el reto que nos teníamos marcado, la ascensión a la imponente Torre. La primera mitad de la subida resulta fatigosa pero asumible por ambos; sin embargo, superado este primer tramo, el sendero se empina de manera importante y su trazado se diluye un tanto confuso entre el pedrerío, y a veces requiere cierta trepadita, por lo que mi mujer, dado que no tomamos la mejor opción, un tanto nerviosa, opta por desistir y decide bajar en compañía de una pareja conocedora del trazado. En adelante, continuo solo la ascensión un tanto apurado e inquieto pues he de enfrentarme al paso más difícil o complicado, situado cerca de la cumbre, se trata de una cornisa aérea de unos tres metros de longitud, que requiere de cierta pericia agarrándose bien a la pared existente en uno de los lados; no obstante, existe otra vía con menos exposición, que transita por la izquierda remontando un promontorio rocoso para bajar al mismo punto de conexión, y dado el vértigo que me atenaza elijo esta segunda vía, que consigo superar sin mucha dificultad, y pocos metros después alcanzo gozoso la cima de La Torre de los Horcados Rojos, una sensación de alivio y bienestar me embarga, levanto los brazos pletórico de gozo y alegría, mientras los que allí estaban me miraban, mas no reparaba en nada, no quería reprimir mis impulsos y los gestos de felicidad se mostraban abiertamente.

 Cuando estuve más calmado, pedí a una pareja de montañeros que me hicieran unas fotos en la cima, captando algunas de las cumbres de alrededor, pues ofrece una maravillosa panorámica del macizo montañoso de Los Urrieles o Macizo Central de Los Picos de Europa. Tomando como referencia el Norte, mirando desde mi posición hacia El Urriellu y Mar Cantábrico, empezando por mi derecha y en sentido contrario a las agujas del reloj, tenemos Peña Vieja (2.614 m), Picos de Santa Ana, Tiros Navarros (2602 m), Los Campanarios y El Urriellu (2519 m), y al otro lado del circo glaciar Jou de los Boches, El Neverón de Urriellu y, sobresaliendo por encima de todas las cumbres,  la montaña más alta de Asturias y Los Picos de Europa, Torre Cerredo o Torrecerredo con sus 2648 m/ 2650 m (según las fuentes), ¡qué espectáculo tan grandioso! ¡sobrevolando las cumbres con la mirada! Me veo tan pequeño y tan insignificante ante la magnitud de lo que veo...
Después de tan maravillosa experiencia, con un montón de sensaciones e imágenes almacenadas, acometo el descenso con sumo cuidado y precaución tanto por el desnivel de la pendiente como por las piedras sueltas que tapizan el sendero, los bastones resultan de gran ayuda, pero en ocasiones conviene guardarlos y echar las manos para asegurar, pues la verticalidad del perfil en algunos tramos despierta el vértigo que me atenaza. Por fin llego al Collado y el reencuentro con mi mujer, respiro aliviado y nos sentamos para tomar el almuerzo, unos bocatas suculentos que nos saben a "gloria", junto a mi mujer Gloria, con la vista puesta en la lejanía, con la Sierra Cuera y Mar Cantábrico al fondo, entre el emblemático Picu Urriellu y el Neverón. 


Iniciamos del retorno hacia el punto de partida, El Cable, por un sendero de bajada zigzagueando entre piedras de derrubios amontonadas en la falda de las laderas, mientras la vista enfoca las escarpadas cumbres a derecha e izquierda, destaca el resplandor metálico de La Cabaña Verónica al incidir sobre ella los rayos de sol en medio de un paisaje lunar, por lo agreste, rocoso y seco -salvo algún contado nevero-, alcanzamos La Canalona  por donde se desvía la ruta que se dirige a Peña Vieja, seguimos bajando por el sendero y nuestra mirada ahora se detiene en dos torres de aguja, una se asemeja al pico de un córvido, mientras que la otra, mucho más fina, a la punta de un aguijón.


Algunos buitres planean en las alturas, surcando el azul del cielo, las chovas piquigualdas merodean entre los comensales (se concentran principalmente en el Collado), sin cubierta vegetal en las paredes rocosas de las laderas, tan sólo el cardo azulado de montaña se deja ver en contadas ocasiones, no puedo aportar más datos de flora y fauna por lo que se refiere a mi experiencia en la ruta.
Sobrepasamos las tablillas de señalización situadas en la bifurcación de caminos a la altura de la Horcadina de Covarrobres, pero nos desviamos unos metros por la ruta de Los Puertos de Áliva hasta un mirador de dicha ruta, con una esplèndida panorámica del praderío en la vaguada, el valle y, al fondo, las montañas del Macizo Oriental de los Picos de Europa (pensando en la próxima ruta del día siguiente). 

Volvemos sobre nuestros pasos a retomar nuestra ruta por la cómoda pista que nos conduce hasta El Cable, lugar al que llegamos sobre las 18:00 horas, tras muchas pausas y descansos, donde hemos de guardar cola para bajar en el teleférico a Fuente Dé, tras una jornada memorable, una preciosa ruta en un día memorable y en la mejor compañía.Durante la espera, no dejamos de mirar y admirar todo lo que nos rodea, al Sur destaca el verdor de la Cordillera Cantábrica (Montaña Palentina), y al Oeste, en tonos grises, las cumbres descarnadas, de roca desnuda, de La Peña Remoña, Torre Salinas y La Padierna.















































































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