jueves, 12 de agosto de 2010

Playas Blancas


PLAYAS BLANCAS
Mis queridos compañeros de rutas, aventuras y hazañas:
La mañana del 13 de junio amenazaba lluvia, dudé un momento, me acerqué y subí en el furgón a tiempo. Rumbo a Playas Blancas con algún resquemor por dentro: convertirá el cielo la ruta en un tormento?...Llegada a la explanada, alguien comenta que él no baja -¿habrá motín en retaguardia?, al fin ya salta y las bicicletas una a una se bajan. Un poco fríos, pero se arranca Víctor con cierto brío: éste es un paraje idílico, los árboles se abrazan, los ruiseñores cantan, los sonidos del agua....De pronto el maestro se desata: las ninfas desnudas danzan entre las espumas del Ramacastañas....Ahí están, exclaman otros por detrás, disfrazada de civila en cuatro por cuatro nos vigila, risas y carcajadas, la verderona no se destapa y va a dar comienzo la gran etapa.
Con la GT ya reparada, el buen maestro marcha con ganas, pero es el Presi quien ha dispuesto, junto con Víctor, su plan de ascenso: A la derecha camino tieso "Pozo Felipe" próximo al lecho, miradas varias a las cascadas que se divisan entre las ramas,... un poco tensos, algo empañadas porque la lluvia nos acompaña. ¡Miradlas ahí! que con sus pozas se hacen oír -canta el Presi muy cantarín.
La puta tierra que está muy blanda -grita Domingo- y el camino se me atraganta. Y ahora por dónde vamos?, una carretera nos desviamos, a quién preguntamos?, al hortelano, que nos mojamos, ¡meteos aquí! un motorista vino a decir. No hacemos caso, que es un atraso, problema resuelto: seguimos recto por el repecho, nos lleva al pueblo entre cerezos. Ruge domingo, resopla Chema y el maestro que ya se queda... los pies en tierra que el cuerpecito ya se marea... El lamparilla con sus cerezas, nos las comemos, renacen las fuerzas. Estamos cerca, estamos cerca ... y en Santa Cruz hay media vuelta, una viejecita cambió la senda, marchamos todos por callejuelas hasta enfilar la "madre" cuesta, con un peralte que desnivela, algún paisano con boca abierta ante el arrojo de “la veleña”, "apretamos los dientes", "arreamos los machos", "las bridas tensas" , y ascendemos lentamente por la encementada cuesta, suspiros, quejidos, y un rechinar de dientes en lo que parece más duro de la pendiente ...
parado a un lado el lamparilla se ha sujetado, mira al maestro que se ha bajado, su pensamiento que va por dentro "lo del depósito no es más que cuento", "ésto es un tormento" ... prosigamos, prosigamos, encima la bici otra vez montados... que sí, que no, un poco más, ¿dónde coño estará?...patatín, patatán, pedalín, pedalán al depósito he de llegar, ... por fin le veo allí, que bien al fin lo logré!... joder! pero ...¿es que no hay casera? ...¡se han marchado todos!.. a lo lejos diviso al amigo Víctor dale que dale a su vicio, me resisto y no abandono, más que un gozo, hasta que tira la foto, después pies de plomo, que me "eslomo"...pienso ¿dónde demonios iremos, más que al cielo parece un infierno?...¡Vaya con Santa Cruz! es un calvario más que es una cruz...y no termina nunca, bueno, bueno, si ahora sigue por una pista forestal de tierra entre pinares, castaños...¡vaya castaña! si la subida no para, aunque ahora es más liviana, zarzas, helechos, regatos, ... esto va cambiando y me empieza a gustar, porque aún queda gente ahí por detrás, Domingo y Chema están al final, cerrando el grupo en la cola van. Eureka, eureka! la curva del fin del mundo "la cima del finis mundi", en la curva del final de la tierra está la más preciada de las metas: vistas impresionantes de montañas, valles y tierras circundantes, parajes cubiertos de niebla nos envuelven entre las peñas, henos por fin felices de estar aquí...fotos, chascarrillos, anécdotas, ¡vaya aventura, esta sí que ha sido dura!...Y el Presi que no aparece, van a buscarle, mas el solo vuelve, estaba husmeando ya más abajo, nos apuntamos y algo bajamos hasta encontrarnos el arroyo claro. Media vuelta, bajada y descanso, por los helechos duendes y faunos, el gamonino sufre un pinchazo, que un clavito se le ha clavado junto al castaño. Solucionado, bajamos muy, muy despacio, frenando, frenando, que la pendiente tiene un mal trago, cuidado,mucho cuidado que volteamos, por las orejeras alguno brincamos ... sin incidentes nos reagrupamos, en el mirador nos relajamos y alguna foto en él tiramos, cruzamos el pueblo hacia poniente buscando un camino junto a la corriente, aguas abajo todos marchamos a Peñas Blancas ya retornamos, alisos, chopos, río transparente una delicia para las mentes: "Corrientes de aguas puras, cristalinas, transparentes,
árboles que os estáis mirando en ellas; verdes prados de dulces ninfas llenos...Volveré aqueste lugar de ensueño a disfrutar con mis amigos y mi gente... Recuerdos para el alma.
Saludos, Josema

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