lunes, 25 de enero de 2016

LOS CAMINOS DEL ABUELO: LAS MAJADAS, EL HITUERO Y EL MARRUPEJO

LOS CAMINOS DE NUESTROS ABUELOS

En la mañana del 24 de enero, y en el lugar de costumbre, nos reunimos 10 burriclistas caballeros veleños, con las miras puestas en el queridísimo arroyo "Marrupejo". Se da la salida y arranca la comitiva con lento pedaleo, pues en frío los músculos aún no están prestos; lo que aprovecha el Gran Maestre para poner tierra por medio, pone en marcha una estrategia de escapada dejando atrás al grueso de la escuadra, el fuerte demarraje sin marcaje, dejó al pelotón sin reacción, y corona el primero de los puertos con éxito, se trata de La Gamonosa, una cota primorosa, por fin, por primera vez lo consiguió a lo gran campeón -quedará en el recuerdo y la memoria, probablemente no haya otra-. Entusiasmado por la hazaña, alienta a la retaguardia: ¡vamos, vamos! ¡no paréis, no paréis! ¡que aquí me tenéis!
Ya estamos en Mejorada, cruzamos la plaza y enfilamos la salida por el camino de Segurilla, arribamos a la población, a la altura de su conocido crucero pétreo nos abandonan tres compañeros, pues a casa pronto han de volver a degustar las suculentas tapas y beber; siguiendo a Diego nos desviamos por el camino del Hituero, continuamos pedaleando y el Marrupejo cruzamos, dado su bajo nivel de caudal no supone obstáculo poderlo vadear; pero a continuación, la empinada cuesta requiere habilidad, fuerza y destreza, porque cualquier tropiezo o resbalón rompe el ritmo de la formación, circunstancia que se da y algunos han de descabalgar, el tramo más intrincado, que presenta más dificultad nos obliga a caminar con la bicicleta del ramal.
Tras la fatiga y el calentón, llega el momento de la emoción, avanzamos por un sendero mágico, adentrándonos en un encinar clareado donde crecen los pastos de los prados, chaparros diseminados y arbustos de monte bajo, que bien podríamos calificar como "senderos del abuelo o del arriero", porque ellos fueron quienes los   abrieron, por él transitaron y levantaron los berroqueños cercados a ambos lados para encauzarlo; llama la atención la exuberancia y verdor de la vegetación, mientras el musgo tapiza las piedras,las hierbas alfombran la senda, salvamos encantados los numerosos obstáculos que presentan raíces, leños y cantos, una experiencia de ensueño que a todos os recomiendo, cuelgan de las ramas las barbas de viejo, tocones y leños, juntos, dispersos...auténtica pasada para ser vivida y no solo contada, en las entrañas del monte mediterráneo adehesado y asilvestrado, muy bien conservado...una auténtica gozada. Y por el camino de Las Majadas, por donde antaño deambulaban vacas, ovejas y cabras, junto con borriquillos y mulos conducidos por los arrieros, atravesamos los cerros, afrontamos con precaución la bajada, con frecuencia poniendo el pie en tierra, hasta que alcanzamos La Cañada, la vía pecuaria más ancha; y en este lugar, hacemos un alto para comer algo -frutos secos, barritas o plátanos- e hidratarnos. Mientras nos relajamos y nos recuperamos, observamos con curiosidad las numerosas flores del campo, la exuberancia de los prados, una eclosión floral de cabezuelas por las praderas, la humedad reinante en las zonas de umbría, las suaves temperaturas... podríamos calificar la jornada de soleada y primaveral, que hemos tenido la fortuna de vivenciarla en grata compañía y disfrutando con una de las cosas que más nos gusta: montar en bicicleta por caminos, senderos y sendas, de nuestras queridas tierras, que nos ofrecen variedad y atractivos paisajes (que estamos obligados, como buenos veleños,  a velar por ellos).
Con brío y nuevas fuerzas, afrontamos las cuestas venideras, camino viejo de Segurilla a Benaventura (del vertedero), bajada al Marrupejo por el puente viejo, los más osados lo vadeamos sin temor a que el agua levantada pudiera salpicarnos; prueba de ello, las fotos de Diego. Afrontamos una tras otra varias cuestas encadenadas, el Gran Maestre se retrasa pero aguanta, arribamos al observatorio astronómico, con el rostro sudoroso, ralentizamos la marcha y los últimos enganchan. Después, continuamos por Segurilla, nuevamente Mejorada, La Gamonosa y Velada (Tiempo: 4 horas/ Distancia: 42 Km.aproximadamente. Calificación: dificultad media, espectacular)-
Reportaje de fotos con parajes maravillosos (autores: Diego, Roberto, Nicolás, Josema y Víctor)





















  

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