lunes, 22 de febrero de 2016

EL CAMINO PARRILLANO DEL MACHAQUITO

CAMINO VERDE DEL MACHAQUITO (PARRILLAS)


El domingo 21 de febrero, a las 9 de la mañana en el Centro, se pone en marcha lo más granado de la escuadra; los gamoninos rehúsan acometer la ruta de los almendros, sólo apta para curtidos caballeros, y se inclinan por otra pachanga, de esas que guardan bajo la manga. Y así fue, nos pusimos a pedalear con la mira puesta hacia Navalcán, por lo que tomamos el susodicho camino con el sol oculto y viento en la cara algo fresquito. Atrás dejamos Trujillanos, mientras vamos comentando temas profanos (alardea Ilde de su Farsa, digo de su Barsa; los sinsabores de la política; la atención dispensada por el Ayuntamiento ante el escrito presentado por los numerosos caminos cortados ...) Y mientras estábamos de charla proseguimos sin desviarnos del camino, cuando nos dimos cuenta ya no era tiempo de dar media vuelta, decidimos vadear el río, pese a las reticencias del Maestre que prefería cruzarle por el puente. Oteamos el percal, y solo uno montado en bici se atreve a cruzar, resultó ser el de mayor edad, el venerable Ilde, caballero insigne, tal vez henchido de la emoción de ver a su Barsa campeón, embistió con fuerza y lo cruzó -a punto estuvo de encallar pero colocó el pie en el arenal- ; mientras tanto el resto, se quitan las calzas, calcetines, protectores y demás impedimentos, se arremangan el culotte y andandito, con la bici a cuestas o bien del ramal, cruzan el río con el agua muy frío, los capilares sanguíneos se cierran, palidecen los pies y la piel blanquea. Seguidamente, al otro lado nos secamos y la arena nos quitamos, vuelta a calzar y de nuevo a cabalgar, enfilamos el camino la tabla y sugiere Víctor cambios en la etapa, según lo cual Parrillas hemos de cruzar para un camino nuevo buscar, mientras tanto divisamos  a los lados numerosos prados encharcados, sobresalen las flores en el verdor de las hierbas. Rumbo a los cerros que se divisan a lo lejos, "la cuerda" lo llamamos y con garbo pedaleamos, las cuestas se van encadenando y  cunde el cansancio, el Maestre se desespera y poco a poco se descuelga, mas los compañeros cumpliendo los mandamientos arriba le esperan y juntos progresan, durante el breve descanso contemplan con tristeza el campo desolado, reducido a cenizas tras el incendio del año pasado. Pasamos página del mal momento, y surge a continuación, por un camino de alrededor, un paraje revestido de verdor, brilla de esplendor, alfombrado de hierbas y verduras, flanqueado de muros de piedra que cercan las praderas, donde el ganado pasta, muge y campea a sus anchas; se trata de un camino nuevo, bautizado como camino del machaquito, porque él nos lo enseñó y es en su honor. Las fotos dan buena muestra de ello, y pese a las zonas encharcadas donde subyacen los trampales, de negros barrizales, en cuyo seno las ruedas se atascaban y el jinete culeaba, todos alegres y contentos por tan valioso descubrimiento. Después, en el avituallamiento el grupo charla contento, en ocasiones, se cuela algún ronroneo a cuenta del politiqueo. Repuestos y animados, marchamos cuesta abajo hacia el casco urbano, por el este lo bordeamos y por delante de la Ermita pasamos, alcanzamos la Cañada Real Leonesa Occidental, por ella continuamos hasta el camino de Parrillas-Montesclaros, por el cual nos desviamos, atravesamos el extenso encinar de la Aliseda, algunos quejigos y alcornoques centenarios  aparecen a los lados, vadeamos por el paso hormigonado el Guadyerbas  sin problemas, proseguimos por el camino de Parrillas entre alcornoques y encinas, cerca de Carniceros nos sorprende un grato acontecimiento, se nos cruza no muy lejos, a toda prisa, una piara de lustrosos jabalíes, seguidos muy cerca de una manada de ciervos en estampida recibido con gran algarabía, vítores y alegría, marchamos contentos y una bandada de grullas levanta su vuelo, resuena el gru-gru-de su canto en la dehesa de Trujillanos,  a medida que nos vamos alejando se va amortiguando. Al cruzar el arroyo Los Huertos arrecia con fuerza el viento, con cierta dificultad se avanza y la última rampa a algunos se les atraganta. Por fin, las primeras casas avistamos y la meta en Velada alcanzamos. (Ruta de 50 Km, tiempo invertido 4 horas, dificultad media, atractiva)





































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