lunes, 16 de marzo de 2015

EL SENDERO DE LOS GNOMOS

EL SENDERO DE LOS GNOMOS

Se preveía una ruta larga y complicada, pero el ánimo de los congregados estaba alto y bien dispuestos. El Gran Maestre tomó la iniciativa y se marchó sin esperar para la cuesta de La Gamonosa superar, sin que el pelotón tuviera que esperar. Pero hay cambio de planes, el pelotón cambia el trazado y opta por La Cañada Real Leonesa Oriental; por lo que tras recibir aviso, se reúne en Mejorada con los talaveranos, Antonio y Diego. Continuamos hasta Segurilla y bajamos por la carretera al encuentro del resto, llegando al mismo tiempo, y por la Cañada Real a Sotillo de las Palomas conseguimos llegar. Breve descanso para reagruparnos, y seguimos remontando la Cañada Real, tras vadear el Guadyerbas, unos andando por las piedras que sobresalen con las burricletas a cuestas y otros montados exhibiendo sus destrezas- Nico y El Maestre-. 
A partir de este punto, la vía pecuaria se estrecha ganando en dureza y belleza, numerosas rampas encadenadas nos ponen a prueba, y la colaboración hace acto de presencia, siguiendo el primer mandamiento del Club -velaré por todos mis compañeros- el Caballero Roberto en las cuestas empuja al Gran Maestre. En las proximidades de Navamorcuende, El Carpi se arrepiente, decide no continuar y se vuelve a casa ya. Mientras que los demás, seguimos unos kilómetros más hasta girar, a la izquierda de la marcha y en las cercanías de la población, por un carreterín asfaltado que comunica Navamorcuende con Buenaventura. Un par de kilómetros después avistamos un hito de la ruta Navamorcuende-Buenaventura, que discurre por un paraje espectacular, donde alterna el matorral y la dehesa, un encinar abigarrado con terreno accidentado y trazado intrincado e irregular. Le hemos bautizado como el Sendero de los Gnomos, porque resulta muy pintoresco: túneles de vegetación con u




























na cubierta de ramas entrelazadas de chaparras, toboganes de bajada con suelos agrietados, a veces empedrados y numerosos  socavones, canchos o bolos gigantes, recovecos, senderos sinuosos, prados floridos ... (recomendado en primavera). Llegamos a la plaza del Ayuntamiento de Buenaventura, donde hacemos un descanso para el avituallamiento y fotografiarnos. Se nos hace tarde y hay que dar aún muchos pedales, partimos por el camino de Montesclaros, nos adentramos en encinares adehesados, ganado vacuno, pastizales... la sensación de estar perdido entre las encinas marchando por un camino, sin que la vista alcance a ver cosas conocidas, por fin avistamos un edificio, una labranza y una cadena con cartel de prohibido; pero sin dudarlo seguimos. Alcanzamos la población de Montesclaros, por la plaza cruzamos y por una de sus calles nos alejamos, buscamos el Camino de Los Caleros, que es el más corto y recto, para llegar a Velada, donde la ruta se acaba. Atravesamos varias fincas con dehesas, cuyos pastos verdean.  El Gran Maestre se resiente, pero Víctor e Ilde van pendientes. Vadeamos el río Guadyerbas con pericia, mas la burricleta de un Gamonino  relincha y cae en la orilla. Por el camino de Casillas el pelotón marcha presto, pero el Maestre se ha indispuesto, está cansado y fatigado, se ha descolgado. En los llanos, dos del grupo le están esperando, otra vez Víctor e Ilde, los infalibles. En la subida de la rampa del Molino empujan de lo lindo, coronamos y la meta en Velada alcanzamos. Agradecimientos a los fieles Caballeros que han actuado de Escuderos.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9087298






No hay comentarios:

Publicar un comentario