EPOPEYA MTB DE GAMONAL
Y VELADA A LA CIUDAD DE CASTROS
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Foto: Víctor |
Personados frente al Centro de
Salud de la villa de Velada los caballeros veleños, a las 8:00 de la mañana,
pertrechos aguardan a la escuadra de Gamonal, quienes entran en escena mientras
se graba la toma primera: se anuncia la jornada épica del 17 de agosto de 2014,
con una arenga a los congregados para la conquista de la Ciudad de Castros, más
allá de nuestras fronteras, sita en una imponente colina entre los ríos Pedroso
y Tajo. Tras la exhortación se inicia la partida, pero instantes después se
produce la primera avería, la burricleta del Gran Maestre se arrepiente y se
retira del contingente; rápidamente se hacen gestiones y una nueva cabalgadura ocupa posiciones –se
trata de una jaca “BH” que el Presi compró a los Apaches, entrada en años y con
algunos desgastes-,
reintegrado a la formación se marcha en columna de a dos:
Cañada Real Leonesa Oriental, Laguna del Conejo, La Casa de Postas, Los Llanos
Caleranos y Alcañizanos (unas parejas de avutardas en vuelo se alzan, un bando
de palomas revolotea en la loma, corre veloz la liebre y pronto desaparece…un
alto en la ciénaga del barranco que nos obliga a descabalgar y atrochar por el
maizal; mientras tanto, amigablemente vamos charlando), Los Regadíos, Alcolea
de Tajo, El Puente del Arzobispo con su imponente construcción sobre el río
Tajo, senda de la margen izquierda del río, fotos del puente y de los molinos,
La Cascada del Pedroso,
sendero extremeño paralelo al arroyo El
Pedroso en dirección Oeste, Puente y ruinas de Molino, remontamos con las
burricletas a cuestas la orilla del arroyo y avistamos en lo más alto lo que
andábamos buscando “Las murallas de la fortaleza de la Ciudad de Castros”,
dejamos descansando a la sombra las
burricletas y ascendemos andando la empinada cuesta hasta coronar el bastión
más elevado de la fortaleza.
¡EUREKA! ¡EUREKA! La conquista está hecha!!! Con alegría y entusiasmados nos
fotografiamos,
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Fotos: Roberto |
mientras admirábamos desde el enclave la belleza del paisaje,
con el curso del río Tajo a nuestros pies, desde la alturas oteábamos ambos
valles que surcaban las profundidades, escoltados por cadenas de cerros
montanos revestidos de pastizales y chaparros, salpicados de canchos
berroqueños cenicientos. Recorrimos el interior del recinto amurallado, donde
identificamos los restos de un aljibe, la puerta principal de acceso flanqueada
por lienzos de muralla que aún se conservan, muros derruidos …
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Foto: Martín
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Tras el
avituallamiento, iniciamos el descenso, cruzamos el arroyo, y tomamos de nuevo
las burricletas para emprender la vuelta. De nuevo, hubo que saltar una valla
de alambrada y seguir el intrincado sendero plagado de matojos que discurre
paralelo al arroyo El Pedroso, luego continuamos a orillas del Tajo, cruzamos
el monumental puente y la localidad de El Puente del Arzobispo, marchamos por
el camino de Alcolea a Alcañizo (entretanto, el Gran Maestre no anda fino, con
la fatiga y el calor parece indispuesto, su cara refleja el sufrimiento, por lo
que el resto de la escuadra hace un descanso y para, después los más fieros
caballeros, Martín “El Delfín” y Roberto
“Gamones”, le auxilian dándole empujones. Circunvalamos Alcañizo, tomando el
camino de Silos hasta conectar nuevamente con la Cañada Real, pero al cruzar la
línea férrea, el Maestre ya no pedalea, agua
más aportes vitamínicos para continuar el camino, a lo que hay que sumar la
ayuda colosal de Víctor “Canilla” (marqués de la cocinilla) y Roberto “Timones”
(marqués de los gamones). Avistamos a los que marchan en cabeza, pero llevan
del ramal a sus bicicletas, hacían tiempo para esperar al resto, nos
reagrupamos y continuamos. La fatiga hace de nuevo mella y el Gran Maestre se
descuelga, pero allí están Víctor y Roberto para empujarle en lo que resta de
trayecto. Por fin, con cansancio y mucho sufrimiento, llegamos a la meta, sanos
y salvos la hazaña hemos logrados, grabamos el colofón con un botellón, una
litrona de cerveza para reponer fuerzas.
Se despiden los miembros de la escuadra y se van a casa; pero se forma
un triunvirato representativo “El Gran
Maestre, El Maca y Víctor”, quienes por el Presi del MTB VELADA son recibidos, procediéndose
a un brindis en su honor al grito de “fuerza
y vigor, y vino para el corazón”, con vino añejo y buen queso para la
celebración, siendo obsequiados con una botella de tinto y un ramo de orégano, dándose
por finalizado el feliz encuentro.
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