martes, 12 de noviembre de 2019

 EL LANCHÓN DE NAVALGUIJO

En la mañana del 9 de noviembre de 2019, un grupo de amigos nos desplazamos hasta la localidad de Navalguijo (Ávila), ubicada en la Sierra de Gredos, en cuyo término municipal se halla un espacio natural de gran atractivo por el excelente estado de conservación de los elementos naturales que alberga ( La Chorrera del Lanchón, La Laguna de los Caballeros y su Garganta, y las cumbres de la Sierra de Gredos que sobresalen: El Juraco, La Covacha, El Cancho y la Torre de El Púlpito). Tras atravesar el pueblo estacionamos los vehículos en el pequeño parking habilitado situado en el panel informativo desde donde parte la ruta, denominada "Laguna de los Caballeros" PR-AV40. En su primer tramo discurre por un camino ancho, en buen estado, flanqueado por robles rebollos; un poco más adelante, aparece un rodal de pinos, también de forma esporádica encontramos algún castaño. En una bifurcación de caminos, nos encontramos con una señal, colocada en la vía de arriba, informando de una batida de caza, por lo que optamos por seguir circulando por la de abajo con un ritmo alegre, entretenidos en el seguimiento de las correrías del perro que nos acompaña, llamado LOKI. 
A continuación, la vía se estrecha enmarcada entre muros de piedra a ambos lados, asimismo, el firme se presenta más agreste con bloques de piedras en su base y otras sueltas que las coronan, pero que no dificultan en demasía el caminar; sin embargo, la llovizna que va haciendo acto de presencia ralentiza la marcha, para evitar resbalones inoportunos, si bien, pese a todo, se produjeron algunos, pero sin consecuencias. 



Mañana plenamente otoñal , según nos acercábamos a la margen izquierda de la Garganta de Los Caballeros, se podía contemplar una estampa multicolor en el valle y laderas de las estribaciones montañosas, una atractiva gama de colores que se combinaban bellamente sobre el lienzo del paisaje, desde el dorado de las hojas de los chopos de la ribera, al rojo del serbal de los cazadores, pasando por los amarillos pálidos de los sauces, los verdes de brezos y tejos, y en ambas laderas que flanquean el valle del curso fluvial un abanico de matices ocres, pardos y castaños que irradian las copas de los robles, un denso robledal que puebla las laderas...una delicia para el sentido de la vista. 
Alcanzamos una zona abierta, donde predomina la pradera complementada con brezos, retamas y otras especies arbustivas, desde este punto alzamos la mirada al frente para fijarla en las blanquecinas cumbres tímidamente nevadas de las precipitaciones que cayeron la noche anterior, las primeras nevadas del otoño en la zona, sobresalen al fondo  la Torre de El Púlpito y El Cancho, junto con la cresta de la serranía. Transcurrida una hora y media encontramos una tablilla con el indicativo de la Ruta "Laguna de los Caballeros" y una flecha con el rótulo "Chorrera del Lanchón", y en la lejanía se divisa la referida chorrera que se despeña desde las alturas del talud rocoso. Para acceder hasta sus pies hemos de desviarnos de la ruta por un intrincado sendero pedregoso que discurre entre matojos, cuyo sinuoso trazado, no peligroso, se halla marcado con hitos de piedras apiladas, y que dista aproximadamente un centenar de metros. Alcanzamos la charca formada por la caída de las aguas del majestuoso chorro y elevamos la vista progresivamente a lo largo de la pared rocoso buscando el origen del fluir del agua que se descuelga por la brecha abierta en el lanchón vertical, bruñido por la erosión,  resaltando los tonos oscuros, casi negros de la faz de rostro.
 Momentos para la toma de fotos y la charla amigable, impresionados por la vista panorámica que ofrece este espectacular marco natural nos felicitamos por la maravillosa experiencia de haber llegado hasta aquí.
Tras el avituallamiento, emprendemos en retorno, extremando las precauciones pues la lluvia empieza arreciar con más fuerza y las rocas que conforman el firme de la senda se hallan mojadas y resbaladizas, algunos de los integrantes del grupo dan buena cuenta de ello; pero insignificante con lo que más adelante nos íbamos a encontrar. Pasada la zona abierta de praderío, observamos que en las inmediaciones deambulan varios cazadores y ojeadores con sus chalecos reflectantes, por lo que sumidos en la preocupación avanzamos con cuidado un tanto ""mosqueados"", al poco un estruendo pasmódico, que nos deja sin aliento, surca el valle producido por un tiro de escopeta, el espanto del perro, muy asustado, obliga a su dueño a amarrar al can, sujetando con fuerza las riendas  o cordel, en su ayuda viene un compañero que aguanta la estampida también. 
Y según nos cuentan, poco después, alguno de los integrantes del grupo, que marchaba de los primeros, al escuchar el estrépito del fuerte ruido se echó cuerpo a tierra (bueno, exagerando un tanto). 
Dadas las circunstancias poco propicias para el paseo relajado, aceleramos la marcha con los paraguas abiertos mirando a todos los lados, hasta que al fin llegamos sanos y salvos, si bien alguno bien mojado.

RUTA: La Chorrera del Lanchón/ Lineal/ Distancia: 10 Km ida y vuelta/ Tiempo: 3 horas/ Calificación: 5 estrellas por la belleza del paisaje otoñal y por la grandiosidad de la chorrera.
























































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