lunes, 21 de mayo de 2018

EL DEHESÓN DEL ENCINAR

EL DEHESÓN DEL ENCINAR (TORRALBA Y OROPESA)

En la mañana del 20 de mayo, festividad de San Bernardino, patrón de la villa de Velada, nos reunimos en el lugar acostumbrado, a las 9:00, varios caballeros; y como no hay acuerdo, un grupo explorará el paraje de "Los Pinos" en Parrillas, mientras que el otro, integrado por un quinteto, se inclinan por algo más suave y llevadero, "La Dehesa" en tierras de Torralba y Oropesa. 
Nos ponemos en marcha a lomos de las burricletas rumbo Oeste, en busca del Camino Real de la Vera, al cual nos incorporamos tras un pequeño tramo, poco más adelante el camino discurre entre las fincas adehesadas de Cornocosillo y El Barrero, canta la abubilla y corretea el conejo, la vegetación de gramíneas crecen a diestro y siniestro, flores de colores coronan las verdes hierbas que tapizan la senda. El día se presenta soleado, la temperatura resulta agradable, por lo que la luminosidad reina en la "campa" y aviva los colores del follaje y las flores. Mientras tanto, circulamos relajados, proliferan los comentarios, la mayoría relacionados con la noche de fiesta (el baile, los cubatas, las cervezas, etcétera). A la altura de Cerro Dávila, nos encontramos con un caminante, quien fuera un avezado cicloturista antes, bien conocido por los integrantes, se trata de Julián, de los "sprint" un supermán, por lo que nos detenemos a saludar. A continuación, en la bifurcación, tomamos el camino de la derecha, incorporándonos al Carril de las Mulas, que nos conduce a través de la finca "El Arenal" hasta el Dehesón del Encinar, finca de experimentación agropecuaria de la Junta de Comunidades, que dista de Velada unos 15 km. aproximadamente. Nos adentramos en el corazón del bosque mediterránea adehesado, de encinar y alcornoques, junto con el sotobosque característico que acompaña, una bien conservada fresneda el arroyo flanquea, nos acercamos a las naves y casas hasta encontrar la portera de entrada para seguir por la ruta señalizada, avistamos un torreón que en el pasado un palomar albergó, continuamos siguiendo la señalización, de Parrillas en esta ocasión, el encinar se muestra en todo su esplendor, las encinas centenarias con sus copas extensas y anchas, los alcornoques con las señales del descorche, las "lavandulas" o cantuesos con sus morados pétalos, las margaritas blancas con las caléndulas amarillas, los farolillos cárdenos teñidos de añil, el verde de los juncales en los regatos y bajos, la humedad que reinante donde aflora el agua...; mientras mis compañeros buscan el "pelillo" de la turma, las criadillas de tierra, me dedico a grabar y fotografiar el bello paraje. Tras la breve parada, reanudamos la marcha, y un poco más adelante, nos encontramos al "Presi", que transita en solitario, charlamos y al grupo le incorporamos, por lo que da media vuelta y alcanzamos la media docena. Poco después, me he de detener, al contemplar un cuadro con el manto morado, el suelo de la campa cubierto de lavandas, entre las encinas diseminadas por la pradera. Alcanzamos la portera de Mengacenar con salida al embalse de Navalcán, giramos a la derecha por la Cañada Real y, en un alcornocal, de ejemplares centenario, me comenta el Presi que en lo alto de la copa hay un nido de aguiluchos -águila pequeña-; me acerco al lugar y pude contemplar un nido de palitos entelazados en una horquilla, rodeamos el tronco, y por la parte de atrás, sobresalía la punta ahorquillada de la cola de un milano, dedujimos que era la hembra incubando los huevos, pues en la lejanía volaba la pareja (algunas fotos muestran la escena). Continuamos por la Cañada Real hacia  el Puente del Guadyerbas, pero antes, un alto para alimentarnos y un descanso. Entre tanto, unos cuantos buscan por la zona el pelillo de criadillas, me comentan que donde crece una pequeña planta herbácea, algunas con flores amarillas, suele haber criadillas; entonces, saco el móvil y abro la aplicación de identificación de la flor, según la información responde al nombre de "Helianthemum". Está planta se asocia, en simbiosis, con el hongo de la "Turma" (criadilla); dado que el hongo necesita estar en simbiosis con distintas plantas, como el mencionado Helianthemum y otras, como los "Quercus" (encinas, alcornoques, quejigos, robles), ahora bien, no todas estas plantas tienen siempre un hongo, a veces sí, a veces no, pero es una señal que indica posibilidad, por tanto, conviene mirar. Llegamos al Puente sobre el Guadyerbas y saltamos una portera situada a la derecha, tomamos una senda que discurre paralela a la ribera, plagada de álamos y fresnos, muy densa y tupida en esta época, un vergel en primavera, donde canta el ruiseñor, el pinzón, el herrerillo, el escribano montesino y otros pajarillos, el cuco con su binario ritmo, zurea la paloma ...Enlazamos con el camino de Navalcán, que a la labranza de Trujillanos nos ha de llevar, por un camino ancho nos alejamos y la finca abandonamos, camino de Navalcán hasta el arroyo Los Huertos, a la derecha avistamos los helechos, en las orillas una densa sauceda, luego parcelas con plantas forrajeras, a continuación cereales, el último arroyo y, por último, la cuesta "cojonera", cuando apenas quedan fuerzas, coronamos y en el pueblo nos adentramos, como están en fiestas, bordeamos el casco urbano por la derecha hasta alcanzar, en los colegios, la meta.
Ruta: circular // 35 km. aproximadamente// tiempo invertido: 3:30 horas// Fácil// Atractivos: el paisaje de la dehesa en primavera.










































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