lunes, 24 de febrero de 2014

RUTA DE LOS ALMENDROS EN ALDEANUEVA DE BARBARROYA (TOLEDO)

RUTA "A" : Los ALMENDROS de ALDEANUEVA

Domingo, 23 de febrero, reunidos frente al Centro, media docena de caballeros veleños y un gamonino lobero. Mientras la posible ruta comentan, pasa el Carpi en su coche y nos dice que va al calbote, una marcha senderista a la que se apuntaron varios burriclistas, seducidos por la bota más las migas de comida.
Muy mermada la escuadra partimos de Velada, da comienzo la célebre ruta de los almendros, la doble A, Almendros de Aldeanueva.
Por el camino de Montenuevo divisamos los primeros, cuajados de flores que incitan a las deserciones, para qué vamos a seguir si los tenemos ya  aquí­ -se alza alguna voz mientras prosigue el pelotón-. Al aproximarnos al puente de la autoví­a, había que elegir por dónde se irí­a, dos opciones con emoticones: una por casa postas que nada te mojas, y la otra, más apetitosa y vistosa, la adorada ""faunia"", donde reina la calma y la foresta nos embriaga con su duende esmeralda.
¿Y tú qué dices Martín? ¿Por dónde te parece a ti?
-Yo no tengo miedo.
-Claro, por eso te llaman "El Fiero".
- ¡Que no es buena idea! ¡Que nos vamos a poner guapos de agua y barro! Al maestro no le hagáis caso, que nos la lía como antaño, el arroyo no le cruzamos ...alguno va al agua - y pim pam, pim pam, repetí­a el amigo Lamparillas, que bien no lo veía.
Por Balsaero nos vamos, como estaba programado. Un charco, otro charco, más charcos, ahora aguazo, verde prado empapado, también barro...A Lamparilla no le resulta de su agrado, busca entretenimiento, con sus variopintas "cirigoncias" peligrosas, hace alarde de sus cosas, hinca en el barro la rueda y cae de la burricleta, por los pelos se ha salvado de hacer "pleno" en el charco, pero como buen cazador pilló la liebre mayor...después llegó algún gazapo pues le gusta mirar a los lados.
Foto: Diego
Arrivamos al arroyo y le cruzamos con arrojo, mas Ví­ctor se desvía, sorteando tantas piedras, por el camino de la izquierda, y "catapún", allí se encuentra con la sorpresa, el guarda que está a la espera se interpone en su carrera. Los demás, al grito de "tonto el último", continuamos sin parar...los silbidos en la retaguardia detienen al fin la marcha, damos media vuelta a ver si hay reprimenda...pero el caballero extraviado, que viene con algún compañero escoltado, al grupo ha retornado, después nos cuenta que ha parlamentado y que el guarda, hermano del Bombones, le ha dado unas lecciones: el camino de Alcañizo está perdido y, por el otro lado, va el de Calera a Gamonal. Nos satisface la solución y pedaleamos con tesón. Al canal llegamos y a Lamparillas abandonamos, pues ha de retornar a su villa natal. Nos alejamos y hacia la ví­a verde nos encaminamos. Ya rodamos por el firme de su trazado, que se halla en buen estado, festejamos con agrado la aparición de almendros a ambos lados.

Vaya Puñeta! No levanta la niebla, timorato el sol no alumbra con fulgor, se viene abajo y no cala el sombrajo. Arrecia el viento fresco y desvirtúa el majestuoso acontecimiento, atravesamos los túneles y pedaleamos con alegría por el viaducto del Tajo, mientras contemplamos el fluir de sus aguas por debajo de los arcos, y en la lejanía una bella estampa se divisa: los almendros floridos pueblan los cerros tendidos.
Un par de km. más allá,  a la izquierda nos hemos de desviar, por el camino de Los Molinos, el situado en primer lugar, más a la izquierda,  y enseguida nos encontramos con almendros en flor plantados, son terruños o parcelas de Aldeanueva, que decoran un precioso cuadro de un camino flanqueado por muretes de piedras superpuestas, con su firme alfombrado con los pétalos blancos provenientes de las resplandecientes flores de los majestuosos almendros.


La marcha triunfal de Los caballeros veleños entre la multitud de pétalos esparcidos por el viento, homenajeados por los almendros. Tras el desfile glorioso, toca el retorno...de nuevo en la ví­a, decidimos acercarnos y bajar, para ver la base de las cepas del imponente puente, denominado Puente de Amador. Quedamos impresionados por la magnitud de la obra, y retratados. 







Después, repostamos y llenamos la "andorga", mientras descansábamos,  apareció en el lugar la escuadra de Gamonal, venían en ruta desde un poco más allá. Juntos la vuelta realizamos: tramo restante de vía verde hasta Calera, después tomamos el carreterín del Canal hasta carretera Gamonal-Alberche, llegada a Gamonal, despedida de las huestes, y rumbo a Casa, en la villa de Velada. Total 65 Km, casi "na", y a estirar que la pierna no sube más.

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