viernes, 31 de enero de 2014

BALCÓN DE GREDOS

EL  BALCÓN  DE GREDOS  EN  NAVALCÁN


En la mañana soleada del 26 de enero, reunidos media docena de caballeros, el maestro les dijo:
al balcón de Gredos, a contemplar la sierra nevada...a disfrutar de la bella panorámica...que desde la casa del exministro es una gozada.. ¡¡¡.en marcha!!!

Un momento maestro, añade el capitán Roberto, que desde Gamonal ya vienen hacia acá, una triada valiente, que se sumarán a las huestes. Nosotros marchamos y, con el GPS, en el camino nos encontramos. El mensaje han recibido y se apresuran para alcanzar al grueso del equipo velaíno. Por el camino de Villabuena los refuerzos ya llegan, todo está muy embarrado y atestado de charcos y regatos, conduciremos con cuidado. Arribamos al pantano y hacia el puente giramos.
La que nos has preparado Maestro, dice el Maca y asiente el Carpintero, si el arroyo nos corta el paso nos cruzas en la chepa y también las bicicletas. No os asustéis que aquí me tenéis...sin problema vadeamos y en el puente ya estamos.
Por el cordel pedaleamos haciendo cirigoncias en los charcos...hasta que a un gamonino le toca el pato y se moja el zapato.
Camino de Navalcán las vacas nos han preparado un buen barrizal, sálvese quien pueda que el barro nos alcanza hasta las orejas. En la depuradora ya estamos, pero ahora por dónde pasamos?? Por el camino alterno que llega a la cooperativa del pueblo...joder cuánto barro, el traje va "guapo", ni lo mientes que la mujer nos enseña los dientes!!!
A Navalcán llegamos y por las calles,en fiesta, nos paseamos, es San Pablo, grandes son sus maravillas que han llegado las cigüeñas pero no las de Parrillas...Mas nosotros nos encontramos con un tractor cargado, lleva en el toro un comedero que si se estampa da miedo. Atrancado se queda, pues el tubo de humos casi se lleva...Nos alejamos y ascendemos por el carreterín asfalto, vamos fatigados y algunos descolgados...paciencia que la cuesta si no, nos revienta. Por fin llegamos los retrasados...qué hacéis aquí sí el mirador de Gredos está allí, venid, venid...He aquí la maravilla que se divisa...las cumbres nevadas, laderas con verde primavera y las casas de los pueblos agrupadas en la falda, blancas, blancas...Acercaos y contemplad las maravillas y sacad  buenas fotografías.
Mientras tanto, las burricletas pacen y sestean en la siembra, qué gozada, qué relax...cuando de repente el dueño nos sorprende, desde lo alto del tractor suelta improperios a mogollón...que me destrozáis el sembrao, con lo que he trabajao, sacad las bicis de ahí y marchaos rápido de aquí, que el camino es privado y no me jodáis el sembrao. Tiene usted razón, perdone la confusión, es que sólo queríamos mirar desde aquí sierra y tirar unas fotos con las bicicletas...poco a poco el señor se fue calmando y la charla dulcificando. Media vuelta y continuamos tras el descanso. A la casa del ministro, los pinos, giro y la empinada cuesta monteña nos espera.
Vaya por dios, el cambio del Maca no entró y con un duro esfuerzo lo pagó...pero más adelante, en plena subida la burricleta no tira, Víctor se acerca pero no hay manera...se queda, se queda...los piñones  se han corrido y no enganchan los jodios.
EL maestro va en su ayuda y le empuja, pero como no está acostumbrado, porque ocurre al contrario, no da fruto su trabajo, y en las cuestecillas van abajo. Llegan los refuerzos y hasta Parrillas está resuelto.  Aquí se queda a la espera de ser rescatado por la parienta. Por el camino recto nos alejamos, hacia La Aliseda giramos para cruzar el Guadyerbas por el vado hormigonado. Pero surge un incidente, a un gamonino le saltan del amortiguador los muelles, y la horquilla se vence, peligrando los dientes. Los expertos van en su ayuda para idear su cura, la entablillan y la encintan, marcha con buena pinta.
El carpi y el maestro se adelantan unos metros, llegan al vado del río y le atraviesan con brío. EL Carpi no espera, se marcha, tiene las piernas cansadas, el maestro aguarda con la cámara cargada, aquí llega la escuadra veleña, acompañan los gamoninos, desfilan por el carril hormigonado uno tras otro con ardor y arrojo, venciendo la corriente, que es fuerte, sin incidentes. Todos a salvo y el hito está grabado, por Trujillanos marchamos, el arroyo los huertos sobrepasamos, continuamos y ya casi finalizando, en la conocida cuesta, donde las fuerzas escasean, al Carpi divisamos, sube andando con la bicicleta en las manos, algún calambre le habrá atizado, le animamos y le ofertamos que si le empujamos...el maestro le mira y dice que si tira, pero no acepta la oferta, y cuando el alto corona en la bici se monta....Por las calles del norte a la villa entramos y la meta alcanzamos, después nos dispersamos.


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