MONT BLANC (FRANCIA)
Viaje en grupo al macizo francés del Mont-Blanc en coches
particulares, agosto de 2025, con parada y noche en la ciudad francesa de Narbona.Tras dejar las
maletas en el alojamiento, un hotel en las afueras del casco urbano, nos dispusimos a caminar hacia el centro de la urbe, a últimas horas de la tarde, cuando ya caía el sol de poniente. Pasamos el canal por un llamativo puente, el Pont Voltaire", el más antiguo, y nos adentramos en la "cité", que poseeun casco histórico medieval muy interesante: Palacio de los Arzobispos de Narbona del siglo XIII, situado en la Plaza del Ayuntamiento, con su robusta torre del homenaje y la bella
fachada gótica;
La Vía Domitia, restos arqueológicos de una calzada romana con adoquines; El Pass. de l'Ancre, un pasadizo cubierto
pétreo que nos retrotrae a tiempos del medievo;
La Catedral de San Justo y San Pastor, sin terminar, data de los siglos XIII y XIV, de estilo gótico muestra aires de fortaleza con imponentes torres góticas, sus gruesos y altos muros, desde el exterior divisamos sus gárgolas y ventanales trifoliados; El
Jardín de la Catedral con su "fuente-reloj solar" y murallas del palacio arzobispal; El Palacio Museo
de Arte e Historia de Narbona, con su rica colección de obras; y, por último, el L'Horreum, almacenes subterráneos de origen romano. Por otro lado, Narbona cuenta con el mejor restaurante buffet de Europa, es necesario reservar con mucha antelación.
El tiempo apremia, no da para más, así que una pausa para tomar unas cervezas en una de las terrazas, y vuelta al hotel a descansar.
Al día siguiente, tras el desayuno, rumbo al departamento francés de La Alta Saboya, situado en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, donde se encuentra la casa rural alquilada "Chalet du Meilly", en la localidad de Saint-Gervais-les-Bains. Cuando llegamos a nuestro destino al mediodía, lo primero que que experimentamos fue una grata sorpresa, al divisar en la distancia el
macizo nevado del Mont-Blanc, con unas vistas maravillosas del entorno montañoso; quedamos impresionados, tanto con la casa, en madera, típica de la zona, como con las extraordinarias vistas. Tras la distribución de las habitaciones, nos pusimos manos a la obra en la cocina y, seguidamente, el almuerzo en la terraza con increíbles vistas del Mont Blanc y su glaciar, el Glacier de Bionnassay. El Pico del Mont Blanc, con su cúpula nevada, destaca en el centro flanqueado por el Dôme du Goûter, a la izquierda, y les Aiguille de Bionnassay, a la derecha; también se aprecia la lengua del Glaciar acostado.
Por la tarde, mientras mis compañeros decidieron dar un paseo por los alrededores entre árboles y verdes praderas, decidí quedarme en la terraza de la casa para contemplar cómo los últimos rayos de sol del ocaso se proyectan sobre el macizo
del Mont Blanc.
Y llegó el momento tan esperado, las vistas desde la casa
resultan impactantes, me sentí un privilegiado mientras contemplaba la fastuosa imagen de la montaña dorada, los rayos iluminaban la cara Oeste del Macizo Alpino en tonos asalmonados. Majestuoso en el centro, sobresaliendo, el Pico de Mont Blanc con sus 4.806 m.También emergía espectacular por encima de las nubes el puntal de L'Aiguille du Midi, con sus 3.842 m.
Fueron momentos inolvidables,
apuntamos el visor del telescopio a la cúpula blanca del Mont Blanc y disfrutamos de la contemplación: una estampa digna de un póster.
Al día siguiente, teníamos planificada una ruta de senderismo, la ruta de las Pasarelas (las Passarelles) y el Lac Glacier, desde el Parking Bionnassay Le Crozat.
El primer tramo, hasta la "Passerelle", de
Un recorrido un tanto lento y
fatigoso;
pero alcanzamos el punto de señalización con el desvío a La Pasarela sobre el Torrente glaciar de Bionnassay.
Al llegar al extremo de La Passerelle, hubo que esperar turno para poder cruzar al otro lado, dado la cantidad de gente que se amontonaba. La experiencia del paso resultó motivante y emotiva, con numerosas fotos para el recuerdo; si bien, hubo
alguno/a que lo pasaron "regular", pues la estructura metálica del puente se balanceaba bastante al pasar.
Seguidamente, desde el fondo del valle emprendimos la rampa de subida que nos
condujo a una gran llanura donde pastaban las vacas en la pradera. En este punto, el grupo se desgajó, mientras unos emprendieron el camino de vuelta, por la otra margen del torrente, otros -entre los que me incluía- atravesamos la gran pradera con la vista puesta en el Mont Lachat y en el Glacier de Bionnassay. Después de
una ascensión zigzagueante, nos detuvimos en una atalaya natural con vistas espectaculares del Lac Glacier de Bionnassay y de la morrena terminal del Glaciar.
Tras lo cual, retomamos el sendero de ascensión que conduce al
Refugio Du Nid D'Aigle; mientras caminábamos nos encontramos a una pareja de aragoneses que venían de vuelta, y tras la información recibida sobre distancias y tiempos (restaban 3,5 km y cerca de 1:30 h, decidimos abandonar la empresa y retornar al Parking de inicio.
Recorrido por algunas de las calles de Saint Gervais des Bains y plaza del mercado. La toponimia del nombre de la ciudad de Saint Gervais des Bains obedece a los prestigiosos baños
termales que posee, y que constituyó un revulsivo turístico para la ciudad a principios del siglo XX. En la actualidad, junto con el balneario de aguas termales, cuenta con otros atractivos turísticos importantes: excelentes pistas de esquís, alpinismo/escalada (en su término municipal se ubica el Mont Blanc, que con sus 4.806/4.810 m. es el pico más alto de la Europa Occidental, y el segundo delContinente Europeo, por detrás del Monte Elbrus, con 5.642 m, en la Cordillera del Cáucaso, perteneciente a Rusia), senderismo, ciclismo, Tramway du Mont-Blanc, Teleférico...
Al día siguiente, con la tarjeta Multipass, nos acercamos, a primeras horas de la mañana, a la estación del Teleférico "Aiguille du Midi" en la ciudad de Chamonix Mont Blanc. El primer tramo se asciende en en una Telecabina con capacidad para unas 70 personas, cabe
señalar que mientras subíamos asistimos a un desprendimiento de rocas y nieve, sin bien, este incidente no nos afectó en ningún sentido, pues tuvo lugar a cierta distancia. Llegados a la primera parada-estación "Gare Intermedia", tomamos un segundo teleférico con capacidad para unas 6 personas, que nos trasladó a la estación superior, que cuenta con una
amplia terraza con vista panorámica del Macizo de Mont-Blanc y de la Cordillera de los Alpes (Francia-Italia-Suiza).
A continuación, una vez en la Estación Superior,
nos dirigimos al ascensor que te eleva a l'Aiguille du Midi (Aguja del Mediodía),
con su cabina de cristal
suspendida en el vacío a una altitud de 3842 m (Step into the Void), donde se hace cola para la típica fotografía; también cuenta con restaurante, tienda, cafetería... En el punto de venta "Vertical Shop" de
merchandising compramos algunos recuerdos.
En la sala "Espace Vertical" se halla el museo de alpinismo más alto jamás construido.
En la terraza panorámica tomamos varias fotos de la nevada que nos cayó, así como del entorno sumido en las nubes.
Resultan impresionantes las imágenes tomadas de los alpinistas, que tras el equipamiento necesario, emprendían la cordada de ascensión al Mont-Blanc en medio de la nevada, y/o Cotas Alpinas del Macizo. A pesar de que el tiempo no nos acompañó, dado que estaba cubierto de nubes y las cumbres no se hallaban visibles, disfrutamos de la experiencia, acompañada de una nevada en el mes de agosto. No obstante, las vistas de las lenguas de cuatro glaciares, tan cercanas y próximas, descolgarse
montaña abajo, resultan impactantes.
Finalizada la excursión al "Aiguille de Midi", el teleférico más alto de Francia, (el teleférico más alto de Europa es el Matterhorn Glacier Ride con 3.883 m en la localidad de Zermatt, Suiza), encadenamos la excursión a "Montenvers Mer de Glace".
El viaje comienza en la Estación de Tren de Montenvers que nos sube hasta el Refugio de Montenvers, que cuenta con restaurante, tienda y bar. Una vez en la Estación del Refugio, hay que subir al Telecabina Mer de Glace que nos transportará hasta las inmediaciones del Glaciar Mer de Glace (el mayor glaciar de los Alpes franceses y uno de los más famosos de Europa), al que se accede bajando por una escalera metálica de 170 escalones. La Gruta de Hielo, en su exterior, está protegida para su adecuado mantenimiento con unas lonas blancas con forma de paracaídas que recubren su cúpula. Tras cruzar la puerta de entrada, nos sorprende una larga galería de hielo, en forma de gusano hueco, por la que avanzamos tocando a cada instante las paredes para experimentar una sensación única: de que estábamos en las entrañas de un auténtico glaciar.
En el recorrido por la Gruta de Hielo nos encontramos con distintas salas, o habitáculo, en algunas de las cuales se hallas figuras de hielo que representan animales y objetos, como la barra de un mostrador o bar, sillones...
Llama especialmente nuestra atención el color azul glaciar, también color blanquecino, la iluminación artificial que proyectan las luces de los focos, etc. Tomamos numerosas imágenes del interior de la cueva del glaciar. En resumen, una experiencia muy atractiva y agradable, que merece la pena visitar alguna vez.
El día 21 de agosto, teníamos hecha la reserva del "Tramway du Mont-Blanc", así que, pese a que el tiempo no era propicio pues estaba muy nuboso, nos subimos en la Estación de Saint- Gervais al tren cremallera más alto de Francia, con paradas en Col de Voza, Bellevue y Mont Lachat. La última parada de su recorrido, la parada de Nid d'Aigle (Nido de Águila), se hallaba cerrada por obras, una lástima.
Durante el trayecto pudimos contemplar distintas escenas del paisaje alpino: arboledas de cedros, abetos y abedules, verdes praderas, pueblos en las laderas y en el fondo del valle. Mención aparte, las bonitas vistas del Lago Glaciar Bionnanssay desde las alturas.
Después de la excursión del Tranvía, en cierto modo fallida por las inclemencias del tiempo, encadenamos, una parte reducida del grupo, la excursión del "Télésiège des Bossons". Subidos en el Telesilla iniciamos la ascensión al Chalet Bossons, donde bajamos, e iniciamos a pie un corto recorrido por una senda marcada hasta alcanzar el mirador del Glaciar des Bossons. Las vistas desde el mirador habilitado son espectaculares, pese a no lucir el sol, y las fotos tomadas del Glacier des Bossons maravillosas. Nos alegramos mucho de la toma de decisión acordada pues disfrutamos mucho de la experiencia. Después, en el bar del Chalet Bossons tomamos unas cervezas en su terraza, con unas vistas del glaciar extraordinarias. Amenazaba lluvia y había que volver. En el regreso, durante el trayecto en telesilla comenzaron a caer las primeras gotas, pero estábamos a salvo, así que cogimos el coche y pusimos rumbo a la casa, donde nos esperaba el resto del grupo para compartir el almuerzo. Todo un éxito, maravillosa experiencia las vistas del Glaciar des Bossons, cuyas bellas imágenes fueron captadas en fotos.
El día siguiente, viernes 22 de agosto, viajamos a la ciudad suiza de Ginebra, con la incertidumbre de que al cruzar la frontera nos pidieran la presentación del DNI, pues uno de los integrantes del grupo lo había olvidado en casa; sin embargo, al llegar a la aduana no encontramos ningún tipo de control, ni vigilancia, por lo que cruzamos la frontera sin problemas. Estacionamos los coches en un Parking próximo a Lago Leman e iniciamos el paseo de visita a la ciudad. En primer lugar, el Jardín Inglés y el Lago Leman, con las maravillosas vistas de su elemento más icónico: el "Jet d'Eau de Genève" (el Chorro de Agua de Ginebra). Después, nos dirigimos al Reloj Floral "L'Horloge Fleurie" para hacernos unas fotos.
Continuamos la ruta hacia el Casco Histórico de la Urbe, donde visitamos la Catedral de San Pedro, grandiosa y austera, de estilo gótico data del siglo XII, destaca su alta torre puntiaguda y, en su interior, las coloristas vidrieras de los ventanales, la nave central con la cubierta de crucería y el deslumbrante ábside que cobija el altar. Tras la salida del templo, caminamos por las calles y plazas empedradas del casco antiguo, con sus mansiones, palacios, tiendas, terrazas, bares, cafeterías y restaurantes. En la agradable de terraza de una de sus plazas, con una vistosa fuente al fondo, nos sentamos alrededor de una mesa y tomamos una cerveza local, en cuya botella aparece la imagen de Calvino (personaje histórico de la ciudad de Ginebra iniciador de la Reforma Protestante, junto a otros).
Por la tarde, tras el frugal almuerzo consistente en platos de pasta italiana, no del gusto de todos, nos dirigimos al Museo de Arte e Historia de la ciudad, que presenta una bella fachada arquitectónica y alberga numerosas obras de arte y objetos históricos. A destacar, la extensa colección de armas, el mobiliario del palacio y, sobre todo, los cuadros de pintura de Le Corbusier y de Juan Gris..
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